Cinco años que cambiaron el mapa celular

Cinco años que cambiaron el mapa celular

Por Ricardo Sametband
Hagamos de cuenta de que hay un pueblo llamado Los Móviles. Lo fundó hace 40 años Martin Cooper cuando hizo la primera llamada desde un teléfono celular. En el pueblo las casas son todas prefabricadas por empresas como Motorola, Nokia, Samsung, Sony Ericsson, LG, BlackBerry, Huawei, ZTE y otras; alguna vez participaron Palm, Siemens y BenQ, entre otras. Hasta mediados de la década pasada, todas las casas se hicieron con techo a dos aguas. Algunas más altas, con más dormitorios o con el balcón más grande: todas siguieron un mismo concepto, el del teléfono tradicional.
En junio de 2007 llegó un nuevo fabricante al pueblo. Era Apple, con una novedad: una casa que tenía una terraza enorme, la más grande y vistosa hasta entonces. Los demás observaron el anuncio con interés, pero con tranquilidad; el iPhone no traería ninguna revolución.
Se equivocaban. Porque Apple había cambiado el concepto mismo del celular. La pantalla capacitiva era, para la época, impactante, lo mismo que su navegador Web. El resto no. No admitía aplicaciones de terceros, no tenía multitarea, ¡no permitía copiar y pegar! Las casas de Nokia, Sony Ericsson, Motorola, Samsung, HTC y LG podían hacer eso y más. Pero seguían siendo casas. Es decir, teléfonos. Apple pensaba en computadoras: en el primer iPhone la parte de telefonía era secundaria, lo que valía era la Web, la puerta al mundo digital.
Pero el pueblo de Cooper estaba en plena explosión y la gente llegaba clamando por las casas más tradicionales y más baratas que construían Nokia, Blackberry y otros. Tomaron lo de Apple como una alternativa más y no como una ola que barrería con toda la industria. En noviembre de 2007 Google presentó Android, que ya tenía dos años de desarrollo. Aunque el diseño original de los primeros Android era clásico, Google finalmente optó por el estilo Apple. Pero, a diferencia de Symbian o Windows Mobile, regaló los planos a todos los fabricantes del mundo.
Windows Mobile siempre apostó por la terraza, pero toda la estructura (las paredes, las cañerías, el diseño de los pisos) era la misma desde fines del siglo pasado. Symbian era igual de viejo (nació en 1998), y creció como un amasijo de remiendos. Como era el más popular -por lejos- y bastante avanzado, nadie objetaba demasiado lo que se hacía con él. Después de la crisis de Nokia de 2011, ejecutivos de la compañía admitieron que conocían los problemas de humedad de cimientos de Symbian.
Como constructor, además, Nokia era -con todas sus proezas- muy poco eficiente: entre 2004 y 2007 invirtió en Investigación y Desarrollo nueve veces más que Apple.
El diseño y construcción de un nuevo modelo es un proceso lento. Apple tardó más de dos años en diseñar y perfeccionar su iPhone. En 2008 HTC presentó el primer smartphone de Google; Nokia, el 5800 Xpress con Symbian; Samsung tardó un poco más (abril de 2009) con su primer Android, y recién en 2010, con el Galaxy S, pudo ofrecer una alternativa seria al iPhone.
Nokia y BlackBerry comprendieron que ese estilo de construcción había llegado para quedarse. Pero no diseñaron casas desde cero: tomaron los planos originales, quitaron el techo, eliminaron algunas paredes que no eran portantes y le construyeron una terraza. Su éxito fue relativo, pero la afluencia de gente al pueblo Cooper era tan grande que las ventas siguieron creciendo y las voces de alarma se diluyeron.
Nokia tenía un plan: aggiornar el diseño original para Symbian^3 (el del N8 y su sucesores), mientras empleaba a la gente que había creado sus casas quintas para hacer MeeGo, el sistema operativo del N9, que sería su futuro. En los papeles sonaba bien; en la práctica, la construcción de Symbian^3 y de MeeGo se demoró, en parte porque entre los obreros había mucha interna y en parte porque la burocracia complicaba todo.
Así que Nokia no podía alcanzar lo que ofrecían sus competidores. En 2011 llegó lo que su directorio consideró la solución: Stephen Elop, el actual gerente general, que consideró que lo hecho hasta entonces no servía y optó por un modelo que conocía bien, siendo un ex empleado de Microsoft: casó a Nokia con Windows Phone.
En BlackBerry tenían un problema similar: sus techos de teja eran amados por muchos, y creyeron que se podía modernizar sin complicaciones. Resultó que no, que la estructura de la casa no tenía la fortaleza suficiente. Recién en 2010 la compañía compró QNX, un sistema operativo tipo Unix, para crear, ahora sí, su loft con terraza. Le tomó dos años, pero en 2013 finalmente presentó el Z10 y el Q10, con buena recepción en la industria.
Mientras, Samsung, HTC, LG, Sony y Motorola se subieron al mundo Android con éxito creciente.

SAMSUNG
En los últimos 3 años Samsung, eterno segundo detrás de los finlandeses, hoy domina el mundo móvil; vendió unos 70 millones de smartphones en el primer trimestre del año. A diferencia del resto de los constructores, Samsung fabrica sus propios ladrillos y le vende el resto a sus competidores directos. Siempre gana. Su estructura de producción y distribución, perfeccionada cuando vivió a la sombra de Nokia, es excelente. Además, su presupuesto de marketing global para 2012 es mayor al de Apple, HP, Dell, Microsoft y Coca-Cola. Sumados.

HTC
Pionero en Android y en cambiarle la cara a Windows Mobile, la compañía taiwanesa viene con una seguidilla de equipos excelentes, pero ventas flojas (unos 6 millones de equipos en el último trimestre); facturó 1420 millones de dólares en ese período, pero ganó sólo 2,8 millones, un 98% menos que hace un año. Aun así, su One (no confundir con el One X que se vende en la Argentina) está recibiendo calificaciones óptimas en todos los sitios especializados.

LG
El histórico tercero detrás de Nokia y Samsung también se volcó a Android. Célebre por tener un móvil todo pantalla antes del iPhone (el Prada), cayó en 2010, pero desde entonces viene creciendo en forma sostenida (10 millones de smartphones en el último trimestre). Su última estrella es el Optimus G Pro, que compite con el Galaxy S4.

SONY
La firma japonesa perdió terreno, pero después de divorciarse de Ericsson está recuperándose, y unificando criterios estéticos y funcionales con el resto de la compañía. Abandonó Windows Mobile (fue uno de sus defensores) y en el último trimestre de 2012 vendió 8,7 millones de smartphones. Se adelantó a sus competidores este año con el Xperia Z, y fue el primero de los fabricantes grandes en ofrecer un equipo con pantalla de 5 pulgadas Full HD; a la Argentina llegará, en la segunda mitad del año, el Xperia ZL (una versión parecida).

NOKIA
El gigante caído es el portaestandarte de Windows Phone, aunque su crecimiento es más lento de lo esperado. Vendió 6 millones de Lumias en el último trimestre. Sigue siendo el segundo fabricante en volumen general, pero los smartphones ganan en popularidad (será la mitad de las ventas mundiales este año) y la firma no logra reemplazar la caída de ventas de los modelos económicos con otros de alta gama. Aun así, y después de recortes feroces, está volviendo a los números positivos en lo económico. Sus Lumia 620 y 920 saldrán a la venta en la Argentina en los próximos meses.

BLACKBERRY
El último de los grandes en transformar su oferta. Lo hizo este año con el Z10 (todo pantalla) y el Q10 (pantalla táctil y teclado tradicional). Buena recepción en la industria, ventas decentes el último trimestre: un millón de Z10, 5 millones de equipos tradicionales. Quiere ser la tercera plataforma después de Android y Apple. La mayor virtud de su nuevo sistema operativo, además de que funciona muy bien, es que es distinto: tiene cómo diferenciarse. Su problema a largo plazo: su nueva plataforma no requiere de un abono diferencial. Es bueno para el usuario, pero le quita una fuente de ingresos.

MOTOROLA
Lo compró Google en 2011. Perdió 275 millones de dólares en el último trimestre. Tuvo equipos decentes, pero ventas limitadas. Según la compañía, su próximo equipo (conocido por ahora como X) superará la oferta actual de sus competidores, pero por ahora hace honor a su nombre y es una incógnita.

CHINATOWN I
Huawei, ZTE y en menor medida Lenovo están aprovechando el casi inagotable mercado chino para ampliar su presencia y ubicarse en el top 5 de los fabricantes. Quieren dejar atrás su aura de equipos económicos y competir de igual a igual con los grandes. Tienen con qué, aunque les falta reconocimiento de marca.

CHINATOWN II
Un tercio de las ventas mundiales de smartphones con Android (que a su vez se llevó el 65% de las ventas en 2012) corresponde a empresas chinas de marcas ignotas, responsables tanto de engendros que andan cuando quieren como de equipos de manufactura sofisticada y precio relativamente bajo; van ganando experiencia y calidad, y de allí pueden llegar a surgir competidores de peso.
LA NACION