13 May Hacer buena ciencia
Por Tatiana Giannini
El físico Daniel Zajfman, de 53 años, es desde el año 2006 el presidente del respetado Instituto Weizman de Ciencia, centro de estudios e investigaciones en Israel que reúne a mil científicos y un número igual de alumnos dedicados al desarrollo de nuevas fuentes de energía renovables, astrofísica, la cura del cáncer y la nanotecnología. En el 2009, una de las directoras de la institución, Ada Yomath, fue galardonada con el Premio Nobel de Química. ¿Cómo viabilizar económicamente las formas de energía alternativa? ¿Es factible que en breve hallemos vida extraterrestre? Zajfman responde.
Periodista: ¿Qué es lo que funciona mejor a la hora de dirigir un equipo tan grande de científicos como el que tiene usted en el Instituto, libertad de acción o disciplina férrea?
Daniel Zajfman: Ofrecemos a los científicos toda la libertad para sus investigaciones. Algunas instituciones dan demasiadas directrices a esos profesionales, limitando su campo de investigación. Los grandes avances de la ciencia fueron conquistados por personas que no estaban tratando de resolver un problema específico. Tome por ejemplo la creación de los aparatos de rayos X. Cuando las propiedades de los rayos X fueron descubiertas, ¿qué problema práctico se estaba estudiando? Ninguno. Y lo mismo se podría decir de internet. Ella no es la solución para ningún dilema preexistente de la humanidad. No estoy diciendo con eso que focalizar las investigaciones en la solución de problemas no sea bueno. Solo que defiendo algo diferente, o sea, la necesidad de entender cómo funciona la naturaleza. La historia muestra que, toda vez que comprendemos algo sobre el cuerpo humano, sobre los alimentos, sobre los astros, en fin, sobre la naturaleza, los científicos crean un nuevo conocimiento, cuya utilidad nadie sabe cuál podrá ser. Solo necesitamos crear un sistema, como la mejor infraestructura disponible, para hacer que ese conocimiento fluya en la dirección correcta. Esto es lo que nos distingue como institución.
Periodista: ¿Cuáles son las cualidades básicas que se le exigen a un científico para trabajar en el Instituto Weizmann?
Zajfman: Tiene que ser muy bueno en lo que hace, tener curiosidad y pasión por la ciencia. Los descubrimientos son resultado de un intenso trabajo cerebral de los científicos. El mero conocimiento no es suficiente. El conocimiento está disponible con facilidad en internet y en los libros. No porque alguien sepa mucho será más capaz de hacer mucho. Si así fuese, cualquiera podría convertirse en científico. Nuestra selección está basada en el mérito. No nos interesa ni el país del que proviene la persona ni el color de su piel. No hay límites de ese tipo aquí.
Periodista: ¿Cómo transformar los descubrimientos en productos?
Zajfman: En 1959 fundamos Yeda, una de las primeras empresas de transferencia tecnológica del mundo, con el objetivo de vender nuestros descubrimientos. Entendemos la diferencia entre hallazgos hechos en laboratorio y la introducción de esos inventos en el mercado. No siempre las investigaciones exitosas tienen aceptación en el mercado. Por eso, con el paso de los años aprendimos a no involucrar a los científicos en la comercialización del resultado de las investigaciones. Además de eso, tienen prohibido crear empresas propias.
Periodista: ¿Cómo hizo Israel para construir las bases de su desarrollo tecnológico?
Zajfman: Dando prioridad a las inversiones para el área de investigaciones y desarrollo. La razón es que no teníamos otra opción. No hay nada en esta tierra. No hay agua, tan solo mucho sol. No podemos exportar nada, a no ser que se trate de nuestras propias ideas. El pueblo de Israel tiene una característica muy peculiar, que de cierta forma ayuda al desarrollo científico. Y me refiero al hábito de los judíos de discutir todo, todo el tiempo. La sociedad judaica adora argumentar y es muy proactiva en eso. Sin discusión, no hay avances. Eso es lo que llamamos de chutzpah, la manera audaz, casi insolente, de cuestionar todo en nuestra sociedad. Los estudiantes israelíes aprenden desde cero a argumentar con sus profesores, y a cuestionarlos. Estamos todo el tiempo tratando de encontrar soluciones y explicaciones mejores para las grandes cuestiones del mundo y de la vida.
Periodista: El Instituto Weizmann tiene más de 25 años de experiencia en estudios con fuentes alternativas de energía, como la solar. ¿Es factible vislumbrar un futuro sin petróleo?
Zajfman: Dentro de algunas décadas, veremos una mayor diversificación en el mercado de la energía, hoy casi totalmente basado en un único producto, el petróleo. Eso será muy bueno, porque no existirá solamente una solución ganadora, sino varias. El mayor problema actual es cómo almacenar la energía. Consideremos el caso de los automóviles eléctricos: nadie quiere tener un vehículo que precisa ser abastecido cada 100 kilómetros. El gran desafío es desarrollar una tecnología capaz de aumentar la autonomía de este tipo de autos.
Periodista: ¿Cuál es, a su juici, la mejor fuente de energía renovable?
Zajfman: La gracia de esa pregunta es que no hay ninguna fuente que sea mejor. Las soluciones para las demandas energéticas serán regionales. Para los países que sufren de escasez de agua los biocombustibles son una solución terrible y deberían basarse en la energía solar, mientras que para gran parte de América Latina los biocombustibles son muy buenos. Las naciones rodeadas de océanos pueden también recurrir al biocombustible fabricado con algas marinas. La energía eólica es muy usada en Dinamarca. Lo que quiero decir es que lo que es bueno para Dinamarca tal vez no lo sea para América Latina, y esa diferencia es lo mejor, porque crea mercados antes inexistentes.
Periodista: Su instituto desarrolló una tecnología solar capaz de transformar gases contaminantes causados por el efecto invernadero en un combustible para automóviles. ¿Cuándo estará en el mercado?
Zajfman: Vendemos la licencia de esa tecnología a una empresa australiana, que trabaja para transformar nuestro prototipo para llevarlo a una escala mayor. La idea funcionó en nuestros laboratorios, y esperamos verla en breve siendo comercializada en todo el mundo.
Periodista: Después del accidente en la usina de Fukushima, en Japón, en marzo del año pasado, muchos países anunciaron el fin de los proyectos de energía nuclear. ¿Cuál es su opinión sobre eso?
Zajfman: Decisiones como las tomadas por Alemania, en cuanto a cerrar algunas de sus usinas nucleares, no tiene fundamento científico, solo político. La energía nuclear es una de las formas más seguras de energía. Los daños provocados por una usina de carbón, como la polución del aire, son más nocivos para los seres humanos y para la naturaleza que los efectos de las usinas nucleares. Si pensamos de manera lógica, veremos que no hay razón para dejar de apostar a este tipo de tecnología. Pero, claramente, no fue una buena idea construir una usina nuclear en un área sujeta a terremotos, como es el caso de Fukushima. En otras condiciones, es una energía muy limpia. En Francia, la mayor parte de la energía es generada por usinas nucleares, y no hay ningún problema con eso.
Periodista: Cambiando radicalmente de tema… usted hizo investigaciones para definir las posibilidades de que haya vida en otros planetas. ¿Cuál es la conclusión?
Zajfman: He intentado reproducir en laboratorio algunos fenómenos considerados esenciales para el surgimiento de la vida, como crear moléculas complejas a partir de otras más simples. Sobre la vida extraterrestre, si alguien me hubiera hecho esa pregunta 20 años atrás, habría dicho que las posibilidades eran muy bajas. La única cosa que sabíamos en aquel tiempo era que había ocho o nueve planetas alrededor del Sol. Estaba muy claro para nosotros que planetas como Marte y Júpiter no eran lugares donde la vida pudiera haberse desarrollado. Hoy sabemos que existen millones de planetas que giran alrededor de otras estrellas. Podemos estimar el número de planetas en miles de millones. Antes analizábamos la hipótesis de encontrar vida en nueve planetas. Actualmente, tenemos miles de millones de opciones, -con lo cual las chances se multiplicaron. Por eso, mi respuesta ahora es que es pequeña la posibilidad de que no exista vida fuera de la Tierra. Encontrar vida inteligente en otros planetas ya es otra cosa. Todavía estamos lejos de pensar en esa posibilidad.
Periodista: ¿Va a llevar tiempo encontrar vida extraterrestre?
Zajfman: No me asombraría que la encontráramos de aquí a algunas décadas. Se está observando mucho, hay muchos descubrimientos y tecnologías en esa área. De cualquier manera, por una cuestión conceptual, no va a ser fácil probar que se encontró vida en otro planeta. No hay una definición para la vida. La vida es un proceso, no un objeto.
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