“Eva fue una verdadera líder revolucionaria”

“Eva fue una verdadera líder revolucionaria”

Por Gisela Carpineta
A 94 años del nacimiento de la emblemática figura del peronismo, la ministra de Gobierno bonaerense, Cristina Álvarez Rodríguez, cuenta cómo es haber nacido en la familia de uno los íconos de la historia argentina. “Eva fue una verdadera líder revolucionaria”, subraya en diálogo con INFOnews.
“Es un honor enorme llevar la sangre de quien, con sólo 26 años, hizo una revolución social en paz junto a Perón”, confiesa Cristina Álvarez Rodríguez, sobrina nieta de Eva Perón y actual ministra de Gobierno bonaerense, a 94 años del nacimiento de la “abanderada de los pobres”.
Si bien no llegó a conocerla, explica que su bisabuela y madre de Evita, Juana Ibarguren, y su abuela Blanca Duarte de Álvarez Rodríguez, fueron quienes comenzaron a tejerle el cariño y la admiración que siente por ella: “Me transmitieron todo el amor de esa hermana menor, de esa hija menor de 6 hermanos, ese amor irracional y ese orgullo enorme de ser parte de su familia”, sostiene.
A lo largo de su infancia, esa bisabuela y abuela, también la ayudaron a comprender que la figura de Evita trascendía la familia y que era una persona realmente importante a nivel nacional y mundial.
Ya en el jardín firmaba “Cris PV”
“Luego viví todo un proceso de metabolismo intelectual y de racionalizar quién fue esa mujer, como decía Rodolfo Walsh, y que era una líder político femenina increíble, en un mundo en que las mujeres no teníamos oportunidad, ni voz ni voto”, relata la ministra.
Según explica, uno de sus abuelos, que era de FORJA y muy peronista, fue otro de los pilares para tener una visión más amplia de Eva. Él fue el encargado de darles libros en contra de Evita, tales como Aventurera O Militante, de Sebreli, o La mujer del látigo de Mary Main.
“Uno con 13 o 14 años leí eso y le decía “abuelo, ¿por qué nos pasas esto?”. Y él decía que teníamos que construir un juicio crítico desde el amor que le teníamos pero también desde la razón; y a partir de ahí equilibrar y comenzar a conocerla en toda su dimensión”, recuerda.
“Si bien soy peronista, amante de Evita, y tengo una admiración profunda por ella porque creo que es la mujer más grande que hemos tenido los argentinos, al estudiar su vida, su pasión militante, uno va descubriendo una Evita aún más rica”, reflexiona.
Sin embargo, sostiene que nunca se termina de descubrir a quien en su momento el pueblo pedía como vicepresidente: “Pasaron 60 años de la muerte de Evita y es como si estuviera presente. Es muy fuerte lo que nos pasa con ella”.
Para la ministra, ser familiar de Eva Perón tuvo sus distintas etapas. Si bien hoy se habla de ella con cariño y respeto, Álvarez Rodríguez debió pasar los procesos militares argentinos siendo la sobrina nieta de una líder revolucionaria. Desde 1955 a 1958, toda su familia debió exiliarse en Chile y retornaron con el gobierno de Frondizi. “Pero en el último proceso militar fue muy duro ser familiar directo, sobre todo para mi padre que era perseguido constantemente”, explica.
En esa época la ministra era adolescente y pasaba por una “etapa de cuestionamientos”, señala, y explica: “Se conocía mucho menos de Eva, no había tanto escrito ni recorrido como ahora”.
“Hoy existen cientos de escritos sobre ella, los argentinos necesitábamos una historia más rigurosa. Además, también hay muchos que antes no la querían y ahora comenzaron a comprenderla, y muchos que no, que es respetable…pero ellos se la pierden”.
En ese descubrir y contar constante, Álvarez Rodríguez decidió llevar a cabo, junto a una decena de colaboradores, el Museo Evita, donde hoy es titular del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas.
A 10 años de su inauguración, explica que es “una emoción muy grande” ver cómo avanzó a lo largo del tiempo y que hoy tiene una importante presencia tecnológica e interactiva que permite acercar sus discursos a los más jóvenes.
“El Museo es un sitio vivo. Hay aporte de miles de argentinos que han traído sus recuerdos y que hoy están en las vitrinas contando su historia”, señala, y remarca que es un museo individual, “de todos los argentinos”.
A lo largo de sus pasillos, se puede recorrer desde su infancia en Los Toldos, hasta la que creó el Partido Peronista Femenino, la Escuela de Enfermeras, la que hizo escuelas y hospitales en todo el país, hasta llegar a su muerte inesperada, a los 33 años, producto de un cáncer fulminante de útero.
Respecto a cómo marcó Eva en su militancia, la ministra de Gobierno provincial señala que, como toda su familia, fue “peronista desde la cuna”.
“Luego del silencio de la dictadura, de constantes cambios de domicilio, ya en la universidad pude empezar a militar activamente”, señala. Pero fue recién en 2001 cuando decidió vivir la política desde adentro.
“Sentí que todo se caía a pedazos, que el Estado era el lugar de las transformaciones y trabajé muy duro en mi primer cargo público. Hoy, acá estamos, acompañando un proyecto nacional y provincial con mucho honor”, sostiene.
“La carga en los genes está. Eva es la más grande y la única, uno hace lo que puede”, responde ante las comparaciones la ministra Cristina Álvarez Rodríguez, quien siempre sintió la vida política en la sangre y quien, ya en el jardín, fue varias veces a dirección por firmar “Cris PV”.
TIEMPO ARGENTINO