29 May El entrenamiento funcional desplaza a los “fierros”
Por Soledad Vallejos
Lo más completo, lo más efectivo y algo clave para no abandonar en un par de semanas. El entrenamiento funcional es la última tendencia en los gimnasios. Hace furor en Estados Unidos y Europa, y las principales cadenas del fitness local ya decidieron aggiornar sus espacios para darle lugar a esta nueva forma de ejercitarse, sin máquinas ni fierros. Adiós a la camilla de cuádriceps.
Como en la vida misma, este entrenamiento se basa en los movimientos más naturales del cuerpo, en todos sus planos, ángulos y posibilidades. Y en lugar de los clásicos aparatos que trabajan grupos musculares aislados, se usan distintos elementos para cada ejercicio. Los expertos dicen que así se estimula todo el cuerpo en simultáneo. “La funcionalidad está dada por cómo podemos trasladar un ejercicio a tareas cotidianas como levantar a nuestros hijos, llevar bolsas del mercado o guardar cajas”, explica Pablo Cervigni, del nuevo centro Megatlon de crossfit en Villa Crespo.
El Crossfit es sin dudas otra de las tendencias que irrumpió con fuerza en los últimos años y que tuvo sus primeros adeptos en el cuerpo de la marina estadounidense, con ejercicios de fuerza, resistencia, velocidad y precisión.
Uno de los beneficios que subraya Esteban Dietz, coordinador de Funcional Gym, en Palermo, es el escaso riesgo de sufrir una lesión. “El entrenamiento funcional no es una actividad amenazante para el físico. De hecho, tiene sus orígenes en la rehabilitación. La recuperación funcional de lesiones fue uno de los primeros pasos. Por eso trabajamos con el peso del propio cuerpo y liberados de carga. No es funcional cargar peso sobre nuestra columna. Acá las máquinas son las personas, y en eso se comparte la visión con el crossfit”, afirma. Sin embargo, en Funcional Gym, se autodenominan “puristas” de la actividad.
“Todas nuestras clases son ciento por ciento funcionales, y utilizamos lo que denominamos elementos blandos, como bandas elásticas, conos inteligentes, hexágonos, patines de deslizamiento, balones medicinales y bandas de suspensión (como las revolucionarias TRX o rip 60), entre una lista de unos cien elementos”, apunta Dietz, que por la buena aceptación del mercado hoy está en pleno proceso de expansión de la cadena, que ya cuenta con una sede en el centro de Máximo Ravenna. Es que, según explica el experto, hay un protocolo específico para cada objetivo por cumplir. “Estética, descenso de peso, aumento de tonicidad muscular, resistencia, precisión. El entrenamiento es funcional a cada necesidad, por eso lo pueden practicar todo tipo de personas, desde principiantes o adolescentes hasta adultos mayores y deportistas de elite.” Lo ratifica Sabrina Caballero (25), socia de Megatlon, que entrena tres veces por semana con el objetivo de aumentar de peso y tonificar los músculos. “Los beneficios son muchos, pero uno de los más notorios en mi caso es que mejoré la postura. Paso mucho tiempo sentada frente a la computadora estudiando y en mala posición -reconoce la joven-. También me ayudó con las contracturas, y una de las cosas más importantes para mí es que, a diferencia de otras clases de los gimnasios, no es para nada rutinaria. Además, si bien es una clase grupal, el profesor se detiene con cada uno para corregir posturas y explicar cómo se trabaja en cada ejercicio.”
Chau, rutina
Clases de 45 minutos, ejercicios lúdicos, música y circuitos que nunca se repiten. Laura Finelli, una de las profesoras de educación física de Concepto 360º, un gimnasio en Las Cañitas, sabe muy bien de qué se trata. “Las clases son heterogéneas, y en lugar de pasar dos horas adentro de un gimnasio repitiendo una rutina, acá el circuito es de media hora de entrenamiento y otros 15 de flexibilidad y vuelta a la calma. Pero siempre se trabajan todos los grupos musculares, no importa si la clase es más o menos intensa o el trabajo metabólico más fuerte.”
Las clases con bandas de suspensión (tipo TRX o rip 60) se han convertido en una de las más requeridas. “Se gana fuerza utilizando el propio peso del cuerpo, y las bandas se manipulan utilizando diferentes posturas y grados de inclinación”, explica Finelli.
Todo en suspensión
El año pasado, el entrenamiento en suspensión fue un éxito absoluto en Estados Unidos, sobre todo cuando los gimnasios de Hollywood comenzaron a promocionar la actividad. “Con esta nueva tecnología el cuerpo puede estar parcial o totalmente suspendido en el aire por distintos períodos de tiempo durante cada ejercicio, y uno de los beneficios principales de utilizar el propio peso corporal es la propiocepción [el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos] durante cada movimiento -explica Cervigni-. Al poner nuestro cuerpo como resistencia, los ejercicios se convierten en movimientos funcionales, y también tenemos la posibilidad de graduar la intensidad ajustando el ángulo de nuestro cuerpo con respecto a las bandas colgantes. La rutina progresa sobre la base de la flexibilidad, fuerza, movilidad articular, potencia o equilibrio de cada persona, y varía desde la posición de pie hasta los que están acostados en el suelo. Las manijas de las bandas pueden sujetarse con las manos o con los pies, dependiendo siempre del objetivo del entrenamiento.”
Si bien con la TRX o rip 60 se puede entrenar en la casa, en el parque o en el salón de usos múltiples de un edificio (ya que sólo se necesita un anclaje de alrededor de 2,5 metros de altura para poder realizar todo el abanico de ejercicios), tanto Cervigni como el resto de los expertos recomienda el asesoramiento de un profesional para evitar lesiones. “Entrené a deportistas de elite que luego siguieron con la práctica fuera del ámbito del gimnasio, incluso en sus casas, pero no lo recomiendo para cualquiera”, dice Cervigni.
“La dirección de un entrenador es muy importante -agrega Dietz-. Todos los elementos para un entrenamiento funcional mal aplicados también pueden provocar una lesión.” Por eso Leonardo Cufone (26) llega con su bolso al gimnasio bien temprano por la mañana. “Venir a entrenar me relaja, duermo mucho mejor y siento que mi estado físico mejoró rápidamente en sólo un par de meses. No lo cambio por nada.” Un fanático que lo recomienda “a todo el mundo”.
LA NACION