25 Apr Nicole Kidman: “fue un desafío a nivel visceral e intelectual”
Por Analía Rivas
¿La maldad se hereda? ¿Los genes preestablecen sólo características físicas o también determinan la personalidad de generación en generación? Estas fueron algunas de las preguntas que se hizo Park Chan-wook, el director coreano de Lazos perversos, al decidir contar su primer thriller psicológico en habla inglesa que llegó hace unos días a los cines.
Lazos perversos sigue la vida de India Stoker (Mia Wasikowska), cuyo padre muere trágicamente en un accidente de auto. De manera inesperada, y luego de estar mucho tiempo perdido, llega al funeral su tío Charlie (Matthew Goode), quien decide quedarse con ella y con su emocionalmente inestable madre, Evie (Nicole Kidman). Aunque al principio India desconfía de su encantador pero misterioso tío, ambos se cautivan entre sí, e India descubre cuánto tienen en común. Una vez que Charlie comienza a revelársele poco a poco, India se obsesiona cada vez más con su carismático pariente y llega a darse cuenta de que su llegada no es accidental. Con su tío como mentor, ella estará a punto de cumplir su inusual destino.
“Cuando estábamos, el director me dijo que quería hacer un film acerca de ‘la mala sangre’ aunque un poco más tarde también dijo que se trataba de otras cosas. Hay ideas de un fuerte contenido intelectual que coloca al frente de sus filmes. Park crea una atmósfera muy intensa y es a cierto nivel una película de suspenso que se va acrecentando; pero en realidad trata sobre la maldad y el génesis del mal.”
El trabajo previo de Park Chan-wook incluye una trilogía de la venganza: Sympathy for Mr Vengeance, Oldboy y Lady Vengeance, en las que predomina la violencia. Conociendo su antecedente, Kidman aceptó protagonizar Lazos perversos porque no hay mera explotación de la violencia. “No me opongo a la violencia en el cine cuando resulte relevante. Mientras las películas tengan una idea intelectual como respaldo y no sean una mera explotación violenta, las considero para participar en ellas. Me gustó el desafío como actriz tanto a nivel visceral como intelectual.”
Lazos perversos fue filmada en locaciones dentro y alrededor de Nashville, donde Kidman vive con su familia, su esposo Kieth Urban y sus dos hijas. En el set de filmación, el director –quien no habla inglés– tuvo un traductor a su lado en todo momento. “La barrera del idioma”, dice Kidman, “fue la única preocupación que tuve cuando acepté participar en el proyecto. ‘¿Cómo va a dirigir una película en inglés cuando no habla una palabra en este idioma?’, me pregunté. Nunca me preocupé acerca de su talento ni tampoco con que si sabía lo que iba a hacer con las cámaras o si había comprendido bien a la historia o la fluidez de los personajes, porque me quedaba claro que él es un cineasta muy talentoso.”
–¿Qué fue lo que más la atrajo a hacer Lazos perversos?
–El director.
–¿Y qué fue lo que le gustó del papel?
–Evie tiene una calidad de refinamiento mezclada con su inestabilidad emocional. Cuando estudiás teatro en la escuela de drama, en términos de Tennessee Williams, las tragedias griegas o Shakespeare, muchos de los papeles de madre siempre son muy, muy complicados. El film Los otros siempre la pensé como una tragedia griega, pues tenía algunas remembranzas de Tennessee Williams; y aunque Park siempre repetía en el set de Lazos perversos algo así como “no quiero que Evie sea como un personaje de Tennessee Williams”, tampoco quería que se ubicara en el Sur, así que nadie tiene un acento sureño. Park también quería que fuese una historia sin tiempo; pero hay aspectos de este personaje que son muy febriles y necesitados.
–Park Chan-wook ha sido comparado con Hitchcock por la manera en que va haciendo crecer el suspenso en sus filmes. ¿Es una buena comparación?
–Creo que de ahí toma algo de inspiración, pero él tiene su propia estampa. Yo diría que tiene su propia manera de filmar. Tiene un director de cinematografía con quien trabaja, que es una parte importante de su proceso de colaboración. Se llama Chung-hoon Chung, es muy, muy talentoso; él también es coreano y ambos tienen su propio lenguaje cinematográfico pues son muy precisos en la manera en que enmarcan tu cara. Hay una escena en donde veo a Mia y le digo “Quiero que la vida te destroce” y Park fue muy particular acerca de la manera de filmar eso. Fue tan sólo una toma y no la quiso editar. No hubo lugar para las improvisaciones; en cambio, con algo como The Paperboy prácticamente todo fue improvisación. Así que hay muchas maneras distintas de hacer películas. Pero como actriz, no somos más que un mero conducto para ayudar al director a cumplir con su visión.
–En Lazos perversos, ¿fue difícil interpretar a una madre que está decepcionada de su hija?
–No la veo como alguien decepcionado; la veo como una persona que quiere que su hija la ame. Me senté con el director y le pregunté “¿Cuál es la base para esto? Porque no estoy muy segura”, y él me contó que desde el primer minuto en que tuvo Evie a India en sus brazos, la criatura siempre ha llorado. India está conectada con el padre y no con la madre. A ella le gusta cazar y es una depredadora, y ésa es una muy poderosa mezcla de emociones. Park preparó la primera escena en donde digo “A India no le gusta que la toquen.” Durante toda su vida no le ha gustado ser tocada y eso es algo escalofriante.
–¿Cómo resultó la comunicación con Park Chan-wook por medio de un traductor?
–Comunicarse a través de un traductor obviamente toma tiempo, y sin entender las sutilezas de las palabras específicas a veces puede suceder que nos vayamos en una dirección equivocada. Pero de manera algo extraña, una vez que captamos el ritmo de las cosas no fue tan difícil, pues Park construye sus historias de una manera muy particular. Él haría unas escenas muy largas de dos a tres minutos que nos tomarían como medio día en filmar; así que cuando vas así de lento tienes mucho tiempo para conversar las escenas a fondo y asegurarte que sabes exactamente lo que él quiere.
–¿Ya vio la película?
–Sí. Vi la película por primera vez en Sundance y quedé impactada. Realmente es todo un maestro en la construcción del film; hace películas muy bellas. Hubo cosas de las que no estaba consciente en el momento en que estábamos filmando, como esa escena del cepillado de cabello, el cual después se convierte en césped. Él nunca me explicó eso, así que de una manera algo extraña me sentí como un instrumento musical que usa para componer una sinfonía.
–¿Conocía su filmografía?
–Vi la trilogía de la venganza, aunque solo vi la mitad de Oldboy , no dejaba de decir “¡Santo Dios!” (se ríe). Estaba viendo la película en un avión y sentada al lado de mi marido, y Keith –cuando vio como me cubría la cara con las manos mientras gritaba– me preguntó “¿Qué estás viendo?” y le mostré la escena del dentista. Park es todo un caballero y sin embargo hace estos asombrosos filmes. Le surgen unas ideas increíbles.
–¿Cómo lo compararía con otros directores con los que ha trabajado?
–Park se asemeja un poco a Stanley Kubrick, aunque sus películas son muy distintas. Este film se parece un poco a Los otros (dirigida por Alejandro Amenabar) en términos de algunos de sus temas. Fue algo muy específico, a diferencia de digamos, Lee Daniels (director de The Paperboy), quien es completamente lo opuesto: es muy tosco y a cada rato estaría gritando cosas como “¡Solo inténtalo!” fuera de cuadro. Es un estilo completamente diferente de hacer cine. Me tocó hacer The paperboy y Lazos perversos una después de la otra, lo cual es un poco raro. Fui de Louisiana y Lee, a Nashville y Park, pero como actriz fue algo asombroso.
TIEMPO ARGENTINO