La letra chica de los seguros, el otro drama de los inundados

La letra chica de los seguros, el otro drama de los inundados

Por Julieta Camandone
Tras el temporal que ocasionó casi 59 muertes (registrados hasta anoche) en Buenos Aires, la amplia mayoría de ellas en la ciudad de La Plata, quienes sufrieron pérdidas materiales inician por estos días en la difícil tarea de denunciar los destrozos para poder cobrar un resarcimiento.
En el caso de las viviendas y los locales, las aseguradoras no cubren pérdidas por inundación. Las coberturas más completas son la de Integral de Comercio o Combinado de Hogar que, en general, aseguran robo, incendio, responsabilidad civil, y daños por agua sólo en los casos de filtraciones, derrames, desbordes, escapes de agua por falla en la provisión de energía o rotura, obstrucción o desperfectos en las instalaciones de almacenamiento como tanques, cañerías, válvulas, etc. Se excluyen, en general, los daños ocasionados por agua proveniente del exterior.
Por eso, los damnificados en estos casos deberán acudir a las líneas de ayuda instrumentadas tanto en Capital Federal como en la Provincia de Buenos Aires, que van desde subsidios y créditos blandos, hasta exenciones impositivas y aplazo en vencimientos de pago.
En el caso de los autos, las aseguradoras deberán responder, pero vale la pena tener en cuenta una serie de situaciones que pueden limitar el resarcimiento o anularlo completamente, dependiendo de las cláusulas de la póliza.
Para los autos con cobertura contra todo riesgo, que representan sólo el 8% del parque automotor, cualquier daño que haya ocurrido está cubierto.
Sin embargo, hay dos situaciones que los damnificados tendrán que tener en cuenta. La primera es que, en el caso de destrucción total, el resarcimiento será en función del monto que aparece en la póliza, que imita al valor de mercado de automóvil pero no lo iguala.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta el monto de la franquicia, impuesta por ley, que es deducible. En el caso de los autos nacionales, responde a $ 3.000 y en el caso de los importados y todo terreno, se eleva a $ 4.500. La compañía restará ese monto al resarcimiento.
En el caso de los autos asegurados bajo el sistema Terceros Completo sólo se cubrirá en caso de destrucción total, que en general se aplica cuando el costo del arreglo supere el 80% del valor del auto según figura en la póliza. Es importante tener en cuenta que no en todos los casos estos seguros tienen la cobertura de destrucción total, aunque es bastante frecuente.
Para definir si existe destrucción total, hay que aguardar el presupuesto que elaboran generalmente las concesionarias –aunque también puede hacerlo un particular si la compañía lo contempla– y luego hacer los trámites administrativos para dar de baja el auto. El resarcimiento puede hacerse a través de una nueva unidad o un monto indemnizatorio.
Según fuentes del mercado, el costo actual de las piezas en el país –en especial las importadas– hará que, en buena medida, se considere destrucción total en muchos de los casos denunciados.
El gerente técnico comercial de Automóviles de Mapfre, Rodolfo de Marco, asegura que habrá un cuello de botella en el sistema y por eso la Superintendencia de Seguros de la Nación, reguladora de la actividad, extendió el plazo habitual de 72 horas para denunciar un siniestro. “Este plazo no será considerado cuando se acredite que la denuncia no se realizó a tiempo, debido a un hecho fortuito, de fuerza mayor o algún tipo de imposibilidad”, aseguró.
EL CRONISTA