Jaque al manipulador

Jaque al manipulador

Por Bernardo Stamateas
Cuando ponemos en primer lugar al otro, buscamos satisfacer sus necesidades o creemos que estamos en deuda, somos fácilmente transformables en víctimas de la manipulación. Partimos de una buena actitud, por ejemplo, dar. Sin embargo, los deseos de ayudar y conformar al otro nos pueden convertir en sus víctimas.
El manipulador no elige a cualquiera sino a aquellos que pueden darle un beneficio (por eso no es malo ser más selectivos a la hora de dar). Poner al otro en primer lugar puede ocultar una búsqueda de reconocimiento y la necesidad de validación a cualquier precio y esto puede hacernos efectivamente, pagar cualquier precio.
Entre las víctimas encontramos a una mujer manipulada por su pareja diciendo: “es que lo amo demasiado”, “es tan lindo”, “me da pena dejarlo”. La idealización no le permite ver la realidad. También podemos hallar a una madre culposa que se debe a su familia.
Las personas excesivamente responsables combinan explosivamente con un jefe manipulador que abusa de su sentido de la responsabilidad y los sobrecarga.
No debemos exponernos: los manipuladores estudian a las personas en busca de de su vulnerabilidad, de su debilidad y suelen tener como objetivo a las personas co-dependientes, crédulas, con culpa o que temen a la confrontación.
Está en nosotros no sacrificar nuestra dignidad; un valor que nos llevará en la dirección correcta y alimenta nuestra estima.
Aprender a cuidarnos es un trabajo difícil pero no imposible, por eso no está mal decir “no” cuando es necesario. Si logramos evaluar nuestras motivaciones y deshacernos de los espejismos, tendremos gran parte de la batalla ganada.
TIEMPO ARGENTINO