21 Apr El arte es sueño
Por Jimena Díaz Pérez
El arte puede trasladar al espectador a lugares sin tiempo. Y alcanza con observar un cuadro de la pintora argentina Silvina Duprat para que en nuestra realidad irrumpan castillos y reinas que cautivan con sus enormes ojos enigmáticos. “Como soy hija única, la pintura y la lectura fueron una puerta que me permitió introducirme en mágicos mundos. Allí me podía aislar y ser yo misma”, recuerda esta artista oriunda de San Miguel de Tucumán que descubrió su vocación desde muy chica. Licenciada en Artes Plásticas y docente destacada. Silvina es reconocida por sus series ¡Ay Latinoamérica! y The Riddle Queens. Pero también por innovar en lo que a exposiciones se trata: “Me interesa que la obra circule, que la gente viva con ella. Entonces, para mi última muestra, hice impresiones de los cuadros y utilicé las imágenes en pines, tazas, remeras e imanes”, detalla. Gran parte del público que sigue a Duprat son jóvenes. Y entre ellos, sus cuatro hijos son los admiradores número uno. “Crecieron rodeados de arte. A veces, cuando nos mudábamos de casa, comíamos en mi taller porque era lo primero que armábamos”, ríe. Y agrega: “A veces hasta se enojan cuando los vendo. Pero a mí me hace inmensamente feliz que alguien elija una de mis obras para verla todos los días”.
¿Cómo definiría su estilo?
Me siento identificada con lo que propone el surrealismo pop (también llamado lowbiow), pero considero que mis imágenes son más frescas y menos cruentas que muchas de sus manifestaciones. Es un lenguaje bastante propio que alude a mis sueños, miedos y fantasías. Además, necesito armar una historia y no puedo pintar un paisaje sin que haya una figura humana que cree un conflicto en el momento. Mi técnica es bastante minuciosa y perfeccionista porque me interesa que una obra se vea bien, tanto de cerca como a la distancia.
¿Cómo es el proceso creativo?
Tengo ideas permanentemente. Y también una memoria fotográfica que registra todo: lo que veo, escucho o leo se transforma en una imagen en mi cabeza. Tomo nota de las ideas que se me ocurren, y no me paraliza el lienzo en blanco porque ya poseo la imagen. Una vez plasmada, formo una especie de collage con otros elementos simbólicos que permiten construir la historia. Recién en ese momento comienza a surgir la atmósfera de la obra y tengo la sensación de que se independiza de mí.
¿Por qué retrata mayormente mujeres?
Normalmente son mujeres. Hombres no retraté, si niños en la serie iAy, Latinoamérica!, pero como era demasiado realista y tenia una temática que nos tocaba muy de cerca decidí dejarla inconclusa. El universo femenino me atrapa muchísimo y me resulta cercano. Me gusta la mujer sensual, voluptuosa, que transmite diferentes cosas. Creo que las jóvenes de mis cuadros expresan fragilidad e inocencia, pero también crueldad. Y a veces son ligeramente perversas. Otra característica es que siempre tienen ojos grandes, como si se quisieran comer al mundo.
¿Cuál es el mensaje que quiere transmitir?
Intento que la persona imagine lo que desee; más que nada, que el cuadro le dé la posibilidad que me da a mí: inmiscuirse en otra realidad y disfrutarla. Me interesa que despierte sentimientos, pero sin dar demasiadas pistas.
REVISTA CIELOS ARGENTINOS