Un papa cercano a los pobres

Un papa cercano a los pobres

Por Guillermo Marcó
Los argentinos tuvimos ayer una sorpresa maravillosa y debemos estar orgullosos. El cardenal Jorge Bergoglio no figuraba en la lista de papables. Uno de los puntos por los que no aparecía era la edad, ya que la renuncia de Benedicto XVI, en parte, se debió al cansancio. Por eso, la mayoría de los candidatos tenían entre 60 y 70 años. Y nuestro cardenal ya tiene 76. Seguramente su perfil fue clave para que fuera elegido. La jerarquía de la Iglesia pensó que hacía falta un Papa cercano a los pobres. Muchos sostenían que debía parecerse a su pueblo. Y lo cierto es que la mayoría de los católicos están en Latinoamérica o África o Asia. No en Europa. Hoy hay un Sumo Pontífice argentino, latinoamericano, lo que también es una mirada sobre la región.
Además, hay un reconocimiento a un estilo de labor pastoral, que no es sólo de Bergoglio sino de los obispos de Buenos Aires. Un trabajo que consiste en salir a buscar y no quedarse esperando. Nosotros armamos carpas en Constitución, en Plaza Once, y el cardenal daba misas allí. Los jueves santos nunca los conmemoraba en la Catedral. Iba a la cárcel del Devoto, al Hospital Moyano, a las villas, a buscar a la gente.
Otro mensaje es el nombre que eligió. Me parece que incluye dos franciscos. Uno es San Francisco de Asís, conocido por todos por su vida modesta. Bergoglio es un hombre sencillo, austero. Viaja en transporte público. No usa la residencia de los arzobispos. Por otro lado, me parece que la elección también incluye a San Francisco Javier, un jesuita como Bergoglio, gran evangelizador de la India.
Ayer mismo, el cardenal tuvo gestos: uno de ellos fue que le pidió a la gente que rece por él. Se manifestó necesitado de la gente. Es su estilo: ha escuchado a otros, a los jóvenes y ha dejado obrar.
Él es un hombre muy sobrenatural. Para él la vida personal de oración es muy fuerte, en todas sus decisiones. Discierne mucho desde la oración. se levanta a las cuatro o cinco de la mañana para rezar todos los días. Él confrontará con Dios lo que hay que hacer.
Es probable, por su estilo, que haya un achicamiento del protocolo. El Vaticano sigue teniendo un protocolo muy Europeo, todo está muy pautado. Y la verdad es que él no es muy afecto a esas cuestiones. Creo que probablemente impulsará un estilo más austero.
Lo sucedido tiene que ser una alegría para todos los argentinos, que tantas veces nos tiramos abajo. Ahora, los cardenales del mundo se fijaron en un estilo pastoral, que por supuestos tiene que ver con Bergoglio pero también con nuestra propia idiosincrasia.
TIEMPO ARGENTINO