Reputación online: tres de cada cuatro personas confían en lo que leen de otra en la web

Reputación online: tres de cada cuatro personas confían en lo que leen de otra en la web

Julieta Camandone
Ocho de cada diez estadounidenses usa el buscador más difundido del mundo, Google, para buscar información sobre marcas, personas, productos y servicios. El resultado arrojado por una reciente encuesta (Search Engine Use 2012) es perfectamente extrapolable a la Argentina para explicar los hábitos de los internautas locales, según aseguró a El Cronista Diego Cano, responsable de la firma FTI Consulting Argentina.
Si se considera la incidencia de todos los buscadores existentes, esta estadística sube a nueva de cada diez adultos.
El estudio realizado por el Pew Research Center le da, en paralelo, una alta credibilidad a las respuestas que obtienen los usuarios cuando consultan los buscadores: el 73% cree que la mayoría o toda la información que encuentra es precisa y creíble. Es decir que tres de cada cuatro personas confían en que es correcto y cierto lo que leen de otra en la web.
De ahí que haya crecido la importancia, en los últimos años, de contar con una buena reputación online, al tiempo que cada vez más empresas e individuos buscan tener un mayor manejo de sus calificaciones virtuales.
Según Cano, las personas y organizaciones no solamente acuden a la empresa para mejorar su reputación frente a información que consideran negativa, sino que también les preocupan los datos inexactos o engañosos además de que buscan “esconder” información que no quieren destacar.
“Tuvimos casos de marcas y empresas, pero mayormente los que recibimos el año pasado se relacionan con la reputación de un individuo”, asegura Cano.
¿Cómo se puede mejorar la reputación online? En primer lugar, las empresas buscan toda la información que afecta al individuo o marca en los medios digitales, hacen un análisis cualitativo de la información y elaboran un plan.
Pero las malas noticias no se pueden eliminar, al menos de manera legal o con una denuncia legal de por medio, entonces, lo que se hace es reordenar la información de la web.
“Conociendo la forma de indexación de los buscadores, lo que se hace es saturar de información para posicionar mejor las notas identificadas como positivas y tirar para atrás las negativas, porque mucha gente no pasa de la segunda página de resultados del buscador”, explica Cano. La forma de indexación de los buscadores es pública, pero desconocida por la mayoría. El principal mecanismo de ordenamiento es la cantidad de “clicks”, es decir que, habitualmente, aparecerá primero la página o portal que tenga más visitas. Pero no es el único mecanismo de indexación.
Si los resultados de las búsquedas se pueden manipular, ¿por qué entonces la gente cree tanto lo que dice la web? La respuesta está en que pocos saben que esto puede hacerse. “No hay mucha conciencia de estas actividades. quizás en el futuro pueda haber más conciencia y menos confianza”, asegura Cano, para quien cada vez será más importante quién avala esos resultados: una empresa, organización o “sello”, más que simplemente el buscador.
EL CRONISTA