Jockey Club de Santa Fe: “Volver a ser el club que soñaron los fundadores”

Jockey Club de Santa Fe: “Volver a ser el club que soñaron los fundadores”

Sin dudas fue el club más importante de la primera mitad del siglo pasado en nuestra ciudad, con épocas de gloria y también con una debacle muy grande en los últimos quince años. El Jockey Club de Santa Fe festeja este domingo su centenario, por lo cual el presidente de la institución, Carlos Morcillo, visitó junto a Conrado Periotti y Daniel Rivero —dos pares de comisión directiva— nuestra redacción, resaltando la pronta recuperación que ha tenido la institución, sobre todo luego del acuerdo logrado con la Unión de Trabajadores del Turf y Afines que administra la actividad hípica.
—¿Cuál era la realidad de la entidad cuando asumieron?
—Al club lo encontramos con una crisis terminal, se trataba sólo de una situación de subsistencia. Esta comisión directiva, que viene trabajando en este proyecto desde julio de 2011, trató de conformar una comisión para gestionar en tiempos de crisis, es decir con profesionales probados como Panzardi, en la parte deportiva, Laurino, un profesional destacado en la parte laboral y jurídica, el contador Casanovas, Conrado Periotti, que aporta su experiencia ya que fue presidente del Club Naútico, y también el aporte de Daniel Rivero, una persona con mucha trayectoria.
Con este grupo de trabajo nos preparamos para afrontar una tarea muy especial, pero cuando nos hacemos cargo sucede un hecho que realmente cambia la vida del club: la comisión directiva anterior acordó con la Unión de Trabajadores del Turf la concesión de la actividad hípica. Naturalmente la Utta, cuyo secretario es el Dr. Carlos Felice —un hombre de la casa, cuyo padre fue dirigente— creo que se ha visto en un compromiso moral de proteger a la institución, entonces esto ha sido un gran golpe de timón, porque se hicieron cargo de gente, del personal de toda la actividad hípica, de recuperar todas esas reuniones tan históricas, que marcaron un verdadero hito en la ciudad y que tuvo a través de los años nuestro querido hipódromo de Las Flores. En nuestro hipódromo se iniciaron grandes profesionales como Don Angel Barattucci, también “Coco” Moncada, por lo que esto para nosotros ha sido muy importante. Pero además hay otro detalle muy importante, que es la puesta en valor del hipódromo.
Con todo esto logramos muchas cosas, como mantener la actividad hípica y recuperar el predio, pero por sobre todas las cosas el hecho de mantener la fuente de trabajo, de proteger a esas 80 familias que pasaron momentos tan difíciles y que siempre estuvieron apostando al turf.
—La llegada al club de ustedes se dio en un momento donde aparecieron algunas listas sobre la hora…
—Hubo un intento de conformar otra lista por un grupo de socios históricos, pero nosotros veníamos trabajando desde hace mucho tiempo en este proyecto, el cual fue siempre dirigido —tal cual se llama nuestra publicación oficial— a integrar a todos los sectores del club, porque hasta aquí el club era un grupo de compartimientos estancos: por un lado el tenis, por otro el golf, más allá el turf; y en todas las reuniones previas yo siempre dije que “tenemos que pensar como el Dr. Carlos Felice, que piensa en grande, en proyectos importantes, porque nosotros al pensar cada uno en sus cosas, nos reducimos, y este club es muy importante y lo tenemos que levantar”. Ese fue nuestro proyecto, felizmente se sumaron muchas firmas y no excluimos a nadie, porque tratamos de que todo el mundo se sume y aporte.
—Antes de la llegada de ustedes el club pasó momentos muy difíciles…
—Fue un momento muy duro, la situación era complicada y recibí muchos mensajes de gente que me decía “no te metas”, pero felizmente y gracias a las palabras de un matrimonio amigo me comprometí. Ellos me dijeron “no te quedes, esta es tu oportunidad, estás en el momento justo”, y fue por eso que decidí seguir y apostar en este proyecto. Cuando nosotros llegamos dijimos que teníamos que tratar de que el club vuelva a ser creíble, vuelva a ser un club normal, que contenga a los socios, que tenga servicios, que cumpla con sus obligaciones y que piense en cómo brindar mejores servicios a los socios, porque esa es la función del mismo.
—¿Cuál fue el primer objetivo?
—Lo primero que hicimos fue conformar un equipo y ahí siempre discutimos lo que vamos a hacer. No me molesta que me debatan, porque entiendo que de esta forma salen las cosas importantes, lo que llamamos “tormenta de ideas”. Asumimos en el club y tuvimos que salir a poner la cara, aparecieron deudas por todas lados y de a una las fuimos tratando de solucionar; en poco tiempo pudimos arreglar la mitad de los juicios laborales y lo más importante es que no estamos generando deudas, con el agregado de que el personal es el primero que cobra, como corresponde.
Ahora, Roberto Favaretto Forner, un hombre de la zona, a sabiendas del centenario de la institución, nos hizo llegar una carta, donde nos manifiesta la intención de colaborar y hacerse cargo de la parte cultural del Jockey Club. La idea es que nuestra institución se convierta en el “polo cultural” del norte dela ciudad, que se organicen distintas actividades culturales, ya que el club tiene unas instalaciones muy buenas para todo esto.
EL LITORAL