Ultimatum para formar equipos

Ultimatum para formar equipos

Un ultimátum es una decisión que, por su texto y contexto, su forma y fondo, es definitiva y terminante. El diccionario de la Real Academia Española, lo refiere, “en el lenguaje diplomático, resolución terminante y definitiva, comunicada por escrito”.
La historia nos brinda ejemplos en los que el ultimátum está referido a instancias político-militares en una escalada de conflicto destinada a terminar una negociación. Normalmente, el que lanzaba el desafío era el que creía tener fuerza suficiente como para afrontar con éxito el paso siguiente del enfrentamiento y lo hacía saber. Errores de cálculo, impericia profesional o hasta cuestiones del azar podría torcer el rumbo de los acontecimientos, pero siempre había una voluntad de cortar el curso de una negociación que se juzgaba lenta, anodina o simplemente perjudicial para los propios intereses. Esto, a nivel individual, como en un gran ejercicio de juegos colectivos, en los que prima no sólo el autoconocimiento personal sino el del funcionamiento de todos organizados en sus roles diferenciados. Esto es: un equipo.
Tras más de 25 años de trabajo directivo y otros tantos de consultoría, en diversos ámbitos organizacionales e institucionales, la convicción es total: entre los líderes conscientes y las organizaciones sustentables están los equipos. Se trata de un ulTEAMatum.
Los equipos que no son un concepto teórico o algo “grato de tener” sino una necesidad absoluta en el mundo actual. Y, además, ¿qué son las organizaciones que funcionan bien sino un gran equipo de equipos?
Los verdaderos equipos no son sólo grupos, sino una evolución de estos, con una gama que va desde el pseudo-equipo, el equipo potencial al equipo verdadero o el equipo de alta performance.
En una visión asimilada a la biología, los equipos se desarrollan o decrecen como cualquier ser vivo. Nacen, mueren y hasta se reproducen en un afán de trascendencia.
Pero, no basta con denominarse así: lejos de ser reales y concretos, aparentan algo que no reflejan. Como en todo, el estado de conciencia para “realizar” algo es superior al necesario para ‘hablar’ algo.
Aunque, a veces, imaginemos lo contrario, los equipos no surgen espontáneamente sino que hay que hacer un esfuerzo voluntario y consciente para que se constituyan y más aún para que evolucionen.
Ellos son los grandes facilitadores o stoppers en cosas que van desde las más simples decisiones hasta las mas elaboradas estrategias. Son los que articulan entre el anhelo de ser (la visión) y el ser efectivo de la empresa u organismo.
Existen características o atributos que van marcando diferencias tipológicas entre unos y otros equipos:
1 Unos tienen perfil propio, con estilos que son más (o menos) que la sumatoria de los de sus integrantes.
2 Equipos que, con sus prácticas internas, son más o menos efectivos.
3 Pueden estar fijados en un pasado común o bien proyectados siguiendo una visión.
4 Pueden ser ‘bolsones de resistencia’ o introductores de nuevos valores.
5 Que conmemoran o festejan generando estimulo o desazón.
6 Que, como dice Valdano, son ‘un estado de ánimo’.
7 Volcados más a la reflexión o a la acción, siendo ambos necesarios.
8 Hay equipos que nacen en un proyecto.
9 O la enorme diferencia entre un equipo y el equipo mayor de directivos: los equipos de líderes.
10Los equipos que deben ser refundados para no agotarse en su propio quehacer.
EL CRONISTA