08 Feb Netflix apunta en grande
Por Matthew Garrahan
Hace mucho tiempo que Hollywood tiene una relación fructífera con la industria de la televisión paga, con películas taquilleras producidas por los estudios más importantes que siguen generando ganancias en canales tales como HBO, parte de Time Warner, Showtime de CBS y Starz, que forma parte de Liberty Media.
Esta relación, que ha perdurado durante más de 20 años, implica que los operadores de televisión paga y los canales que ellos ofrecen pueden usar contenidos exclusivos para atraer a los suscriptores.
Para los estudios, los acuerdos con la TV paga se convirtieron en una de sus fuentes de ingresos más confiables.
Esa relación se desmoronó la semana pasada cuando Netflix, un servicio de suscripción en línea, atrapó al pez más gordo de la industria y firmó un acuerdo de distribución exclusiva con Walt Disney. El acuerdo tuvo repercusiones en todo Hollywood y más allá: es la primera vez que un estudio grande decide cambiar la TV premium por un operador de televisión por Internet.
Netflix ingresó al territorio ocupado por los canales de televisión paga cuando comenzó a producir su propia programación: su mayor apuesta, “House of Cards”, una adaptación de la serie de la BBC que costó u$s 100 millones, saldrá al aire el año que viene.
Sin embargo, el acuerdo con Disney sube las apuestas aún más: Ted Sarandos, director de contenidos de Netflix, dijo en una conferencia celebrada en Nueva York que el acuerdo constituía un “factor de cambio” para la compañía.
Desde hace varios años, Disney suministra sus películas a Starz, que las transmite en la “ventana” de televisión paga poco después del lanzamiento de las mismas en DVD. El acuerdo con Starz expira en 2016 y Disney optó por suscribir un contrato por tres años con Netflix en lugar de renovar el que ya tenía con su socio televisivo.
Netflix está pagando un alto precio por los contenidos de Disney. Los acuerdos de programación de TV paga se valoran utilizando una fórmula compleja que vincula el precio de la licencia de cada film a su desempeño en las taquillas de EE.UU. Ese precio generalmente es 10% del desempeño de la película en las taquillas.
Netflix se mostró dispuesta a ofrecer más, según personas cercanas a la empresa, y podría pagar hasta u$s 400 millones al año, dependiendo del desempeño de las películas de Disney.
Esta cifra supera ampliamente a las pactadas entre otros estudios y servicios de televisión paga. Por ejemplo, 20th Century Fox renovó su contrato con HBO mediante un acuerdo valuado en aproximadamente u$s 200 millones.
A pesar de estar pagando una prima, las es la primera vez que un estudio grande decide cambiar la TV premium por un operador de televisión por Internet.
películas familiares de Disney son una buena opción para Netflix, que se ha vuelto popular entre los padres que buscan contenido on-demand adecuado para sus hijos.
“Es una apuesta audaz”, dijo Richard Greenfield, analista de BTIG Research. Según Greenfield, Netflix “se aseguró las marcas más importantes de la industria del cine”. Disney comprende marcas tales como Marvel, Pixar y ahora Lucasfilm – lo que le da derecho a hacer una nueva serie de películas de La guerra de las galaxias. “Es el contenido de mejor calidad que se puede comprar”, dijo el analista.
El acuerdo con Disney distingue a Netflix de competidores tales como Amazon, que tiene su propio servicio de videos online, así como también de Hulu Plus, escribió Anthony DiClemente, analista de Barclays.
Pero cuando las acciones de Netflix se dispararon tras conocerse el acuerdo, el analista pidió cautela y dijo que los beneficios llegarían “en el largo plazo”, ya que la alianza empieza realmente en 2016.
Lo irónico es que el servicio de Netflix solía ofrecer varias películas de Disney gracias a un acuerdo que tenía con Starz.
Este acuerdo permitía a Netflix transmitir cualquier película de Disney que Starz pusiera en pantalla – así como también cualquier otro contenido transmitido por el canal, que incluye programas originales de televisión y películas lanzadas por Sony Pictures.
En el verano boreal de 2011, Starz y Netflix estaban negociando un nuevo contrato por un valor estimado de u$s 300 millones al año pero Netflix dio un paso al costado, lo que provocó una fuerte caída de sus acciones y el comienzo de un período de 18 meses turbulentos marcado por un aumento de precios y un cambio de marca fallido – con el que luego dio marcha atrás.
Las acciones de Netflix, que habían llegado a u$s 300, cayeron dos tercios y recientemente atrajeron la atención del inversor activista Carl Icahn, que adquirió una participación accionaria de 10%.
La acciones de Netflix subieron 10% tras el anuncio del acuerdo con Disney.
Sin embargo, la empresa pagará más por los contenidos de Disney en virtud del nuevo acuerdo que con el que tenía con Starz – que también le daba acceso a las películas de Disney.
Un vocero de Netflix señaló que el alcance del nuevo contrato con Disney es más amplio e incluye títulos directos a DVD.
Al tratar directamente con Disney, Netflix “eliminó al intermediario”, afirmó el vocero. “Nos hemos concentrado en títulos de Disney y en contenidos para niños que, creemos, serán muy vistos”.
La compañía incorporó 10 millones de suscriptores en los últimos 22 meses.
EL CRONISTA