Nadie es perfecto

Nadie es perfecto

Por Bernardo Stamateas
El término hipócrita viene del griego, así se les llamaba a los actores, es decir, que en un momento esta palabra fue buena. Con el correr del tiempo la palabra obtuvo una connotación negativa –hoy es una ofensa– ya que la palabra se fue desvirtuando por el simbolismo de estos actores que utilizaban máscaras para representar un determinado papel.
El término hipócrita viene del griego, así se les llamaba a los actores, es decir, que en un momento esta palabra fue buena.
Con el correr del tiempo la palabra obtuvo una connotación negativa –hoy es una ofensa– ya que la palabra se fue desvirtuando por el simbolismo de estos actores que utilizaban máscaras para representar un determinado papel.
Hay tantas máscaras como personas, pero básicamente tenemos que hablar de dos tipos de hipocresía:
El que simula (necesita mostrar algo que no tiene, se pone una máscara para impactar a la otra persona para que lo admire) y el que disimula (tapa algo que no quiere que la otra persona vea). Cuando se usan máscaras para simular lo que no se es, puede causar risa a los demás pero al que la lleva le trae angustia y necesita más máscaras para tapar la situación. El hipócrita socialmente necesita mucha energía en sostener una imagen distinta a su yo verdadero.
Detrás del hipócrita hay una persona con miedo al rechazo, y ese miedo es lo que hace que uno simule determinados papeles. Suele juntarse con personas semejantes a ellos y simulan el juego de la aceptación. Existe un protocolo social y un convencionalismo de cortesía que se aceptan, pero cuando hay una intensión deliberada de engaño, estamos hablando de ser hipócrita.
Un psicólogo definió como disonancia cognitiva cuando una persona tiene dos ideas en la cabeza contradictorias entre sí -entre lo que piensa y lo que hace- que conlleva al conflicto y angustia, recurriendo a racionalizar esa contradicción interna.
Por eso tenemos que mostrarnos como somos, nadie es perfecto, no idealizar a nadie; perder el miedo al rechazo y amigarnos con los errores, de esta manera vamos a dejar de taparlos.
TIEMPO ARGENTINO