La vocación también ayuda a construir un país mejor

La vocación también ayuda a construir un país mejor

Por Sonia Mihanovich
a vida de Adán Levy está ligada a sus grandes pasiones: la docencia y la ingeniería. Tras concluir la escuela secundaria, supo que quería dedicarse al mundo educativo. Estudió para convertirse en maestro de nivel inicial y trabajó tres años en las salas de tres, cuatro y cinco años, donde desarrolló la capacidad de enseñar a “aprender”, una herramienta transformadora que aplica en todos los ámbitos de su quehacer cotidiano.
Su vocación e interés por los saberes técnicos se mantuvieron latentes y lo empujaron a estudiar ingeniería mecánica en la Universidad de Buenos Aires.
Adán fantaseaba con integrar algún día estas dos profesiones tan curiosamente complementarias. Así fue como en marzo de 2012, junto con otros profesionales, creó la asociación sin fines de lucro Ingeniería Sin Fronteras (ISF), que promueve e implementa estudios y proyectos de ingeniería que permitan mejorar las condiciones de vida de comunidades postergadas.
La entidad busca colaborar en la construcción de una sociedad más justa, solidaria y sostenible. Mediante la promoción y elaboración conjunta de soluciones integrales con base tecnológica, contribuye a disminuir la pobreza, minimizar el deterioro ambiental y concientizar a la población sobre la necesidad de avanzar hacia un desarrollo humano sustentable. “En ISF nos enfocamos en el territorio nacional y descubrimos que el término «sin fronteras» se resignifica. En nuestro país hay muchas fronteras que es necesario trascender, traspasar, borrar y correr”, afirma Adán, en referencia a la organización que preside.
A once meses de su creación, ISF cuenta con 120 profesionales, docentes y estudiantes voluntarios, provenientes el 80% del mundo de la ingeniería y el 20% de otras disciplinas, como antropología, sociología y derecho. Esto resulta de importancia en el diseño, implementación y seguimiento de los proyectos. “Buscamos conformar un equipo interdisciplinario para que una alternativa de base tecnológica implementada en una zona marginada pueda ser apropiada por los locales. De esta forma logramos una visión más amplia y completa de los problemas”, asegura.
Bajo su liderazgo, este grupo de trabajo lleva adelante 12 proyectos en cinco provincias, vinculados con temáticas como: infraestructura y telecomunicaciones, agua y saneamiento, desarrollo productivo, energía, producción alimenticia y capacitación.
“Cada vez que actuamos desde nuestras profesiones, recordamos que hay un otro como mudo testigo que nos pregunta sin preguntar cuánto amor hemos puesto en lo que hicimos. Para reconocer al protagonista de la historia, con su identidad y cultura, nos sentamos a su mesa, aprendemos su sabiduría y, lejos de intentar imponer una solución, escuchamos y proponemos respetuosamente los saberes que traemos. De nada sirve el conocimiento sin sentimiento y sin colectividad”, agrega la ingeniera y docente Estela Cammarota, miembro de la junta directiva de ISF.
Quienes quieran conocer más sobre la organización y las formas de participación, pueden ingresar en su página web: www.isf-argentina.org o consultar en www.facebook.com/ingenieriasinfronterasargentina. También pueden comunicarse por teléfono al (+54.11) 4861.6014 o al (+54.11) 156.291.6682, o por mail a info@isf-argentina.org.
LA NACION