Ese misterioso señor Shakespeare

Ese misterioso señor Shakespeare

Por Ernesto Schoo
“Enfrentémoslo -exhorta el crítico de teatro Mark Lawson en la edición del 1° de mayo último del Guardian de Manchester-: Shakespeare tuvo ayuda.” Es otra vuelta de tuerca sobre el ya legendario tema de quién es el verdadero autor de las obras del Bardo, como familiarmente lo llaman sus compatriotas. Puesto que el enigmático dramaturgo será el centro de los festivales de teatro y de la labor de la BBC en el año de las Olimpíadas de Londres, la cuestión de la autoría vuelve al primer plano, sobre todo por una reciente publicación que ha causado algo más que ruido.
Es que los eruditos Gary Taylor y John Lavagnino acaban de editar las obras completas de Thomas Middleton (1580-1627), un celebrado colega de Shakespeare, autor entre otras de La tragedia del vengador , La bruja y Un juego de ajedrez , que pertenece al período histórico denominado jacobeo, por el reinado de Jacobo Estuardo, VI de Escocia y I de Inglaterra, heredero de Isabel I. Para asombro de muchos y en particular de los estudiosos del Bardo, estas obras completas de Middleton incluyen, íntegros, los textos de Macbeth , Medida por medida y Timón de Atenas . Hasta ahora se suponía que Middleton había pulido, digamos, algunos libretos de Shakespeare (de los que no existen originales, sino que se editaron a partir de las copias que usaban actores, tramoyistas, etcétera), pero los actuales estudios lingüístico-forenses probarían que los escribió Middleton.
Mark Lawson escribe en el Guardian: “Este trabajo de Taylor y Lavagnino, así como el de James Shapiro en su brillante Will Contested , han cambiado radicalmente mi actitud hacia Shakespeare. Como dice Shapiro al final de su libro, lo importante no es si el conde de Oxford, Isabel I, o Bacon escribieron esas obras, sino el hecho de que el teatro isabelino es fruto de colaboraciones”. Para cubrir la ávida demanda de libretos exigidos por los muchos teatros londinenses de la época, los dramaturgos crearon una suerte de pool , un centro donde se reunían, concertaban colaboraciones, o se copiaban unos a otros, y saqueaban de preferencia a sus colegas italianos.

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Tal vez casualmente, en días previos a mi lectura de esa edición del Guardian, amigos generosos me regalaron un DVD con un curioso film de Ronald Emmerich: Anonymous , de 2011. Cuyo tema es, precisamente, el de la autoría de las obras de Shakespeare, a quien se pinta como un personaje deleznable, vividor, trepador social, usurpador del trabajo de sus colegas (el de Ben Jonson, sobre todo) y soplón de la policía, en los difíciles tiempos finales del reinado de Isabel I (admirablemente interpretada por Vanessa Redgrave). En el film, el auténtico autor es el conde de Oxford.
Concluye Lawson su artículo con estas palabras: “Todavía no el caso de que la Royal Shakespeare Company pase a denominarse Royal Shakespeare and Middleton and Others Company, pero convendría revisar los textos de afiches, folletos y programas, para futuras representaciones de esas obras. Cuando Gregory Doran, que es el nuevo director artístico de la RSC, puso en escena, en el invierno pasado, Cardenio , una pieza aparentemente escrita por Shakespeare en colaboración y cuyo original ha desaparecido, puso bien claro que el material provenía del Quijote de Cervantes”..
LA NACION