13 Jan Todo para la bodega del vegano
Por Yamila Schmies
El estilo de vida vegano es complicado, sí, pero no imposible. Lo más importante para los que decidan seguir esta filosofía de no usar ni consumir productos animales es estar bien informado sobre lo que se utiliza todos los días, porque el veganismo abarca todos los aspectos de la vida. No sólo importa lo que se come, sino también lo que se toma.
Sobre todo con las bebidas alcohólicas. Los veganos que toman alcohol deben tener un especial cuidado, porque hay algunas bebidas que incluyen ingredientes de origen animal en su elaboración sin ser informados al consumidor. Se podría asumir que el vino, por ejemplo, es apto para veganos, pero hay que prestar más atención.
Santiago Quirós, de Vinos Veganos, emprendimiento que realiza desde 2008 vinos sin componentes animales, especifica: “En la elaboración de un vino convencional se van agregando diferentes componentes. Dentro de estos agregados, el más común es la clara de huevo, la caseína, una proteína de la leche que se utiliza para lograr un sabor más suave, y la gelatina para reducir la acidez. Sin embargo, como estos elementos se retiran del vino no son nombrados en la etiqueta”.
El vino espumante y el champagne, al ser derivados de este producto, tienen la misma característica. En la elaboración de sidras también se utiliza gelatina, para clarificarla.
Los que se salvan
El caso de la cerveza es muy distinto: Gregorio Lascano, de Quilmes, cuenta: “Nuestras cervezas son aptas para veganos. La cerveza, además de ser una bebida totalmente natural, se caracteriza por ser eminentemente vegetal. Sus ingredientes son cereales, lúpulo, levadura y agua”. Entonces, una cerveza que se precie de tal debe respetar esta receta.
Los aguardientes también se salvan: el brandy, la ginebra, el ron, el whisky, el vodka y el tequila, salvo marcadas excepciones (como el whisky de malta) son aptos para veganos. También se puede tomar licor, salvo los que contienen leche.
Para los veganos que disfrutan del buen vino, Vinos Veganos ofrece una variedad de tintos, blancos, rosados, espumantes y champagnes sin componentes animales en su elaboración.
Una buena alternativa a las sidras convencionales son las orgánicas, que son clarificadas naturalmente.
Otra opción orgánica es el kéfir, una bebida fermentada carbonatada ácida producida de manera natural, con un porcentaje alcohólico de entre 0,5 y 0,8 por ciento. Fabio Pascuzzo, de Reverdeciendo, un puesto del mercado Sabe la Tierra, el que espera los sábados en la estación San Fernando del Tren de la Costa, cuenta que esta bebida tiene propiedades medicinales: “Se lo considera elixir de salud y larga vida, siendo su principal virtud la capacidad de regenerar y equilibrar el delicado ecosistema de la flora intestinal”.
LA NACION