“Los noticieros aún no tocaron fondo”

“Los noticieros aún no tocaron fondo”

Por Constanza Guariglia
“Sucesos Argentinos”, fue el primer noticiero sonoro de la Argentina: fundado en 1938 por el empresario Ángel Díaz, fue un emblema del país hasta 1972, cuando fue imposible competir con la televisión. En 34 años registró hechos históricos como el primer viaje a la Antártida, el terremoto de San Juan y la Revolución Libertadora. Pedro Pouchulu, uno de los primeros “operadores de cámara”, estuvo detrás de las lentes desde la primera hasta la última emisión. En el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, con lúcidos 90 años, reconoce en una vitrina la cámara que usó: “Es esta, una Aircraft de 35 milímetros”, detalla el hombre que le dijo a Perón en la sala de prensa de Casa de Gobierno que nunca sería peronista.
Noticias: Conoció a Evita, ¿cómo fue ese encuentro?
Pedro Pouchulu: La conocí en el Ministerio de Bienestar Social. ¡Tenía un genio terrible! Era terminante, decía palabras feas y todo. Un día nos mandaron a cubrir un acto con los muchachos de Alpargatas, o sea, fuimos a hacer propaganda (risas). La película no era sensible, como ahora, y claro, íbamos con unos reflectores enormes y los muchachos comenzaron a gritar: “¡Señora, que corten la luz porque no la podemos ver bien!”. Tanto jorobar, la señora pidió que cortaran la luz. Así que yo levanté todo y me fui, no tenía nada más que hacer ahí. Tenía esas cosas la señora…
Noticias: ¿Y Perón?
Pouchulu: Era un hombre extraordinario. En la sala de prensa todos eran peronistas, salvo uno o dos. Un día me preguntó por qué no era peronista, le dije que yo lo voté por el plan quinquenal que fue espectacular, pero no votaba para que me den un valecito para que suba a un camión y vaya a aplaudir donde me manden. Me contestó: “Le agradezco mucho que me diga la verdad. Ojalá yo tuviera empleados como usted, acá todos me mienten”. Pero la culpa la tenía él porque le gustaba que lo elogiaran.
Noticias: ¿Conoció a otro presidente?
Pouchulu: A Frondizi, uno de los grandes presidentes del país. Tenía ganas de hacer, e hizo. En un acto en Resistencia, luego de que se levantara un conflicto político, en el `58, la plaza estaba llena pero la primera fila eran muchachos peronistas que estaban ahí dispuestos a cualquier cosa. Comenzó a hablar Frondizi y ¡plop!, se cortó la luz. Me acerqué y le dije: “Si usted quiere señor presidente, yo le doy luz”. Así que prendí los focos y me quedé apuntándole todo el rato. Me agradeció muchísimo y yo le contesté, “de nada pero, ¡se quedó sin nota!”.
Noticias: ¿Cómo entró a “Sucesos Argentinos”?
Pouchulu: El dueño, Ángel Díaz, iba a cazar a una estancia donde yo trabajaba. Mi padre era capataz de otra estancia y yo tenía muy buena puntería. Él se avivó porque supo que le iba a servir de cámara. En el `35 o `37 me trajo a la Capital porque yo quería estudiar. Éramos nueve hermanos, mis hermanas mayores me enseñaron a leer y escribir a los cinco años, pero nunca fui al colegio. Llegué y empecé a trabajar en esto, no estudié más que en la Pitman. Comencé como cadete y en un año ya era operador, porque me animé a hacer una toma que nadie se animaba, filmé de frente la largada de una carrera del hipódromo. Salió perfecta. En 1938 filmé cuando se cayeron varios bloques del Obelisco. No agarró a nadie porque fue a las seis de la mañana.
seis de la mañana.
Noticias: También participó del primer viaje a la Antártida.
Pouchulu: Sí, fue una misión secreta para ratificar en forma pacífica los derechos jurídicos sobre la región. ¡Bah!, había que “hacer soberanía”, frente a los británicos. Me citó un alto ofi¬cial de la Marina para decirme que el viaje era peligroso, me eligieron porque sabían que yo no hablaría y no podía, así me dijo, “comunicárselo ni a su ma¬má”. El avión no tenía botes para acuatizar ni esquíes para aterrizar en la nieve. Si pasaba algo, sabía-mos que moríamos y solo hubiera sido “un avión que se perdió en el Sur”. A la altura de Ushuaia vimos todo negro, era un frente frío que no podíamos esquivar ni por arriba ni por abajo, hubo que meterse nomás por el medio de la tormenta. La nieve empezó a tapar todo el avión. Filmé hasta donde pude porque estábamos encerrados, volando a ciegas. Llega¬mos a la Antártida y era todo blanco, nada más. ¡Impactante!
Noticias: Era todo un aventurero.
Pouchulu: Me casé y todo, imagíne¬se (risas). Mi mujer falleció hace seis meses, después de 60 años de casa-dos. Tuvimos dos hijos y son un orgu¬llo, tuvieron lo que yo no tuve nunca: capacitación. Mi hija fue becada dos años en La Sorbona. Pero sí, yo hacía todo lo que era peligroso.
Noticias: ¿Cómo fue la cobertura del terremoto de San Juan?
Pouchulu: Estaba en Mendoza fil¬mando maniobras de alta montaña del ejército. El 16 de enero estaba en Mendoza ciudad con un ayudante, Carlos Pujol, cuando empezamos a sentir los movimientos de la tierra. En dos horas el ejército organizó el primer tren de auxilio. No nos querían dejar subir y yo me responsabilicé por la vida de Pujol y la mía. Teníamos que cubrir eso. Murieron 10.000 ti¬pos. Llegamos de noche y no había ni una luz. Una negrura impresionante. Y un silencio sepulcral. Solo se escu¬chaban perros que aullaban y llantos. Yo no podía filmar porque no había luz. En eso encuentro un tipo que estaba sentado por ahí, apesadum¬brado, y me puse a charlar con él. No quería ir para su casa y enfrentar la muerte de su familia. Lo convencí y lo acompañé. La casa estaba toda caída y al lado, esperaban la mujer y los tres hijos: se salvaron de mila¬gro porque salieron a la calle a ver un pájaro grande y fue el momento en que se vino todo abajo.
Noticias: ¿Cubrió algún golpe de estado?
Pouchulu: Claro que sí, muchos. La Revolución Libertadora por ejemplo. Estaba filmando en la Casa de Gobierno y, desde ahí, vimos que tira¬ban desde el Ministerio de Economía. Tenía un ayudante, De la Fuente. Me rogó que le dejara filmar y le di la cámara. De repente, cerraron to¬do el perímetro porque comenzaron a bombardear. El quedó de un lado y yo del otro. De la Fuente fue y se puso entre dos fuegos. Agarré otra cámara y un teleobjetivo de 600 para filmar los aviones. Apareció un tanque y me mandó una ráfaga de ametralladora, de milagro no me pegó. ¡El ruido de los tiros era impresionante! Todo fue pavoroso. El muchacho De la Fuente no aparecía, y cuando lo hizo, tenía la pierna cortada. Se puso donde caían las bombas. ¡Me sentí tan culpable! Pero no era mi culpa
y él nunca me culpó.
Noticias: ¿Qué le parecen los noticieros de hoy?
Pouchulu: No han tocado fon¬do aún, todavía pueden ser peores, (risas)
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