29 Jan La asistencia a los museos creció 58% en los últimos seis años
Por Silvina Premat
Sólo el riesgo de una epidemia, como fue la gripe A, pudo contra la atracción que despiertan las muestras internacionales de arte que periódicamente revisten las paredes de los principales museos argentinos. Sin contar espacios privados, en los museos nacionales y porteños el volumen de público creció un 58 por ciento en los últimos seis años.
En 2012 asistieron a 22 salas nacionales y 12 de la ciudad casi un millón y medio más de personas que en 2007. A partir de ese año, en el que se registraron 2.490.263 ingresantes, tal cifra fue creciendo hasta alcanzar a 3.931.926 que visitaron esos espacios durante el año pasado.
La recomendación de no concurrir a eventos masivos en 2009, para reducir el riesgo de difusión de la gripe A, implicó una disminución de medio millón de interesados en ingresar a museos nacionales, el MNBA y las salas porteñas. El total cayó de 3.404.235, que se habían registrado en 2008, a 2.906.335, al año siguiente.
Las cifras surgen de las visitas informadas a LA NACION por la Secretaría de Cultura del gobierno de la Nación, donde la Dirección Nacional de Patrimonio y Museos lleva un registro de los ingresos en 21 museos (se exceptúan las sedes del MNBA de Buenos Aires y de Neuquén, el Museo de la Lengua, el Museo Evita y la Casa del Bicentenario, que dependen directamente de esa secretaría); de las provistas por el Ministerio de Cultura de la ciudad de Buenos Aires, y por el MNBA, que es elegido anualmente por más de 1.200.000 personas.
Entre las iniciativas con mayor poder de convocatoria del Museo Nacional de Bellas Artes, sobre la avenida Libertador, en Palermo, quedará en la memoria la exhibición durante tres meses, en 2011, de una de las estatuas de mármol más antiguas. El Doríforo fue visitado por 300.000 curiosos de los tesoros de la humanidad. Más reciente, también fue exitosa allí la muestra Caravaggio y sus Seguidores, con más de 160.000 visitas.
En cuanto a la atracción que las exposiciones plásticas despiertan en el público, el Centro Cultural Recoleta, sin ser un museo, está a la altura de los más importantes del país. En 2008, por caso, fue visitado por 1.322.891 interesados, y en 2010, por 1.244.969 asistentes.
Entre 2007 y 2012 doce museos porteños aumentaron su caudal de público en un 63%. Pasaron de recibir 840.263 personas a 1.370.500. Según el ministro de Cultura porteño, Hernán Lombardi, un factor determinante del aumento en el número de visitantes es “la persistente propuesta de exposiciones temporarias, porque las muestras permanentes son valiosas, pero tienen un piso de visitantes”.
Otro factor que pudo haber influido en la ciudad fue, según el ministro, la implementación de estrategias específicas para promover los circuitos de museos: la Milla de los Museos, que genera visitas en conjunto del Planetario al Fernández Blanco, y la Milla Cultural del Sur, desde el Mamba hasta Proa, aunque técnicamente esta última sala tampoco sea un museo. El funcionario porteño señaló también la atracción que ejercieron los grabados de Goya exhibidos en el museo de Belgrano, el Enrique Larreta, o la muestra de trajes españoles regalados a Evita.
Además de los espacios estatales, crece la concurrencia también a los museos privados, que atraen multitudes con patrimonios exquisitos, como el Museo del Automóvil, el Museo del Mate, el Museo La Boca o el de River Plate.
Entre estos últimos, uno de los que se posicionaron rápidamente fue el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba), que desde su apertura, en 2001, fue creciendo en volumen de visitantes y “creó un público” específico, según dicen en esa casa. En 2002 fueron al Malba 201.800 personas, total que fue creciendo hasta tocar, en 2005, un pico de 426.882 visitantes.
Ese año se exhibieron muestras de los maestros Antonio Berni (Antonio Berni y sus Contemporáneos) y Xul Solar. La primera atrajo a 110.681 personas y la segunda, a 87.647 visitantes. El promedio general del Malba se asentó en unos 350.000 ingresantes anuales.
Otro de los espacios privados que se convirtieron en un atractivo centro en La Boca es la Fundación PROA, que durante el año que acaba de finalizar registró unos 100.000 visitantes en sus salas, y 130.000 si se contabilizan también los que participaron en otras actividades en el auditorio y el Espacio Contemporáneo, donde se exhiben intervenciones de artistas contemporáneos en espacios no convencionales.
En 2012 la muestra más convocante fue la de Giacometti, con 39.905 visitantes. Otras igualmente significativas fueron las exposiciones de Louise Bourgeois en 2011, la llamada Futurismo en 2010 y Duchamp en 2008-09.
LA NACION