Con sus detractores y defensores, la literatura ya se lee por Twitter

Con sus detractores y defensores, la literatura ya se lee por Twitter

Por Ivana Romero
Un tweet es una flecha al corazón de lo desconocido”, reflexionó la escritora estadounidense Joyce Carol Oates sobre esta red social en la que, por ejemplo, inició una campaña contra el uso de armas en Estados Unidos tras la Masacre de Newton. Chuck Palahniuk, autor de El club de la pelea, luego adaptada al cine por David Fincher, suma unos 400 mil seguidores y desde su nick @chuckpalahniuk recomienda libros, noticias y reportajes. La canadiense Margaret Atwood sorprende por su actividad tan fluida donde toca temas como la conservación de la naturaleza, la literatura, el destino de los escritores y la escritura en un mundo cada vez más digital. Con estos nombres –a los que se suman Bret Easton Ellis, Salman Rushdie, Paulo Coelho, Patricia Cornwell, E.L. James, Juan Villoro y Arturo Pérez-Reverte, entre otros– la edición on line del diario español ABC acaba de publicar un ranking un tanto caprichoso: quiénes son los escritores más irreverentes y seguidos en Twitter. Aunque la lista tenga nombres en lengua inglesa, españoles y apenas un brasileño, Coelho –colado quizás por ser best seller–, lo cierto es que en todo el mundo los escritores utilizan los 140 caracteres de la plataforma para fines tan diversos como explicar su aversión por las películas de Michael Haneke, recomendar su obra o la de otros, o reírse de sí mismos.
Al menos esto último es, por suerte, alguna de las cosas que hacen los escritores locales en la web. Por ejemplo, Carolina Aguirre –que en sus libros y blogs se ha tomado en solfa varios estereotipos femeninos y tópicos asociados, como las dietas– escribe en su cuenta @aguirrecaro: “Vienen los analfabetos, luego los animales, debajo los insectos y abajo de debajo de debajo de esos, las personas que escriben LIGTH”. Natalia Moret, autora de Un publicista en apuros, colecciona sueños con forma de relato en @nataliamoret: “Soñé que discutía con mi madre porque no me dejaba vivir en paz. Le decía ‘¡Cortala! ¡Cortala! ¡Estás en todo mi derecho!'”. Y Juan Terranova, en @juanterranova, recomienda con fervor dos cosas: el álbum Idle moments, del guitarrista Grant Green, y su última revista cultural on line, Paco .
Volviendo al ranking del ABC, la que se lleva el reinado de popularidad no es otra que J.K. Rowling, con más de un millón de seguidores. La presencia de la creadora de Harry Potter en la red social se incrementó desde que presentara su novela para adultos Una vacante imprevista, que ya se consigue en Buenos Aires.
El autor de Los versos satánicos, Salman Rushdie, tiene más de medio millón de seguidores en su cuenta @SalmanRushdie, donde escribe a diario. La norteamericana Patricia Cornwell, última ganadora del Premio RBA de Novela Negra, también acumula miles de fans, a quienes les ofrece buenos (y obvios) consejos, como: “Hacé lo que es correcto y nunca mires hacia atrás”. El brasileño Paulo Coelho, que escribe tanto en portugués como en español, inglés y francés, destila consejos espirituales a sus casi siete millones de seguidores, pero también apunta a la realidad: “Cada nueva respuesta en Davos deja al menos dos nuevas preguntas”, puso en @paulocoelho en relación con la cumbre que acaba de cerrar su 43º edición, considerando que en Europa “ya pasó lo peor”.
A principios del pasado mes de marzo, el escritor estadounidense Jonathan Franzen arremetió contra Twitter durante una charla en la Universidad de Tulane, en Nueva Orleans. “Es inexplicablemente irritante, representa todo lo que odio”, llegó a decir el autor de Libertad. Franzen argumentó que “es difícil citar hechos o crear un argumento en 140 caracteres, es como si Kafka hubiera decidido escribir La metamorfosis por videoconferencia o como escribir una novela sin la letra ‘p’. Es un medio tremendamente irresponsable. Sólo me importan los lectores y escritores serios, esa es mi gente.” Bueno, en el siglo pasado, Georges Perec escribió la novela La desaparición prescindiendo de la “e”, tan común en el francés, y no le fue tan mal.
Se ve, sin embargo, que hay escritores que no están tan interesados en ser seguidos sólo por gente seria. Arturo Pérez-Reverte acumula casi 600 mil seguidores. También desarrolla una prolífica y polémica actividad textual como cuando llamó al ex ministro español Miguel Ángel Moratinos “perfecto mierda” o cuando irrumpió en el debate sobre las infracciones a la ley antitabaco al afirmar con ironía: “Anna Frank fumaba. La delató un vecino a la Gestapo.” Sí, son mensajes breves, efímeros, que como dice Oates, van hacia lo desconocido. A veces, sí, son flechas que dan en su corazón y a veces se pierdan antes, por ahí.
TIEMPO ARGENTINO