23 Dec The Rolling Stones: medio siglo de rock
Noticias aquí y allá, y mucho dedo cruzado, aquí, como para que Sus Majestades Satánicas se apiaden del tan fiel público argentino y sumen a Buenos Aires en la lista de shows para celebrar sus cincuenta años de reinado.
Es que la banda misma ha dicho que el año próximo podrían sumarse más shows a los cuatro ya confirmados, que serán el 25 y el 29 de este mes, en el O2 Arena de Londres, y el 13 y el 15 de diciembre, en el Newark Prudencial Center, de Nueva Jersey.
La maquinaria stone está en funcionamiento. Ya fueron testigos de ellos los pocos privilegiados que obtuvieron un lugar en los dos ensayos con público que tuvieron lugar en París, el 25 y el 29 del mes pasado.
Pero hay más. Hoy en Inglaterra, y mañana en el resto del mundo, incluida la Argentina, sale a la venta Grrr!, el álbum triple que recorre su carrera y que incluye dos temas nuevos, “Doom and Gloom” y “One More Shot”. También mañana, Universal pondrá en las bateas locales, Charlie Is My Darling – Irlanda 1965, la película rodada ese año, inédita hasta ahora, dirigida por Peter Whitehead.
Pero habrá que esperar un mes más, hasta el miércoles 21 de diciembre, para que la señal paga HBO cierre la fiesta con el estreno de Crossfire Hurricane, un documental sobre los primeros años de la banda. A continuación, las palabras de Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood y Charlie Watts, sobre estos cincuenta años en carrera, extraídas de una entrevista que la discográfica Universal acercó a LA NACION a propósito de este festejo.
LOS COMIENZOS
Mick Jagger: “Cuando comenzamos, éramos una banda de blues que tocaba los domingos para estudiantes universitarios que no tenían nada que hacer. Lo que significábamos para esos estudiantes era algo nuevo y divertido; también tocábamos para los de las escuelas de arte. Tocábamos blues, un poco de rhythm and blues y otro poco de rock and roll, pero, sobre todo, blues. Eso éramos. Cuando nos hicimos más populares, lo abandonamos y nos convertimos en algo completamente diferente, una banda para chicas. Fuimos ídolos para adolescentes durante un buen tiempo. Y luego volvimos a ser una banda para universitarios. Así que hemos sido muchas cosas; aunque ahora creo que uno es cosas diferentes para distinta gente”.
EL PERÍODO BEATLE
Charlie Watts: “Esa época en que la gente gritaba lo llamo el «período beatle». Lo odiaba, no había nada peor. Solía esconderme en los negocios cuando las chicas nos perseguían por la calle y me volvían loco. Creo que no hay nada como subir al escenario y que el lugar esté lleno de chicas gritando y saltando. Imaginate, estar ahí tratando de tocar”.
LAS CHICAS
Keith Richards: “El público eran básicamente chicas de 13, 14, 15 años, y yo pensaba: «Bueno, soy un blusero». La brecha entre tu idea de lo que hacés y tu verdadero público es increíble. Pensaba: «Dios, tienen más volumen que nosotros». Los shows podían durar 10 o 15 minutos, y por ahí ni siquiera podías tocar, estabas esquivando proyectiles, había desmayos y chicas saltando desde los palcos. Era tal el espectáculo que uno se preguntaba quién era el público. Sentía que era yo quien iba a ver a esas chicas saltando, transpirando, gritando. Era bizarro. Si alguien entonces me preguntaba cómo me ganaba la vida, yo podía decir: «Me paro en esa plataforma y las adolescentes vienen, se les humedecen las bombachas y se vuelven locas». «¿Y te pagan por eso?», me podrían preguntar. «Sí, y muy bien»”.
EN CUALQUIER LADO
Keith Richards: “Tocar en un garaje, un bar, un teatro pequeño o un club es para nosotros el equivalente de que nos pongan caramelos al alcance de la mano. Dame mi pequeño amplificador Fender y olvidate de las distracciones de la gran tecnología y de las computadoras. Siempre es un desafío y siempre es interesante poder mirar al público a los ojos. En esos lugares nos ponemos a prueba: si no podemos rockear en un club, nene, entonces dejo todo y me dedico al golf o algo así”.
LOS ESTADIOS
Mick Jagger: “Siempre me gusta ir a ver un poco al público mientras está sonando la banda soporte. Puedo verlos porque en general todavía es de día y me sirve para chequear un poco, para ver qué tipo de público es; qué aspecto tienen, cómo actúan… También miro la forma del estadio, porque todos son un poco diferentes… Cuando salimos a escena, ves tal vez 5000 personas, tal vez más, que luego parecen desvanecerse en el anonimato. Pero siempre podés ver a los de adelante, como en cualquier recital. Además tenemos algunos que nos siguen y a los que conocemos por sus banderas y carteles, hasta podemos escucharlos gritar. Así que no es tan anónimo como la gente piensa”.
LA PERMANENCIA
Keith Richards: “Somos buenos en lo que hacemos, y amamos lo que hacemos y lo hacemos sólo por nosotros mismos. Por supuesto no nos molesta que nos paguen, pero eso no es lo que mueve a la banda. A veces me pregunto: «¿Qué querés hacer de verdad, Keith? ¿Sentarte en casa, pintar, escribir o algo así?». Pero hay una fuerza magnética que me lleva a decir: «Lo que realmente quiero es tocar con Charlie Watts y Mick y Ronnie»”.
“DOOM AND GLOOM”
Ronnie Wood: “Es difícil en estos días y estos tiempos crear una nueva canción. Lo que Mick tenía claro en su mente, así como le pasaba a Keith con «One More Shot», era que tenía que ser simple y salvaje, y dejar que la naturaleza siga su curso. Y así fue en el estudio. Hicimos un tema un martes -«One More Shot»-, el miércoles grabamos -«Doom and Gloom» y el jueves los overdubs. En los viejos tiempos, nos hubiera llevado seis meses hacerlo. Somos los nuevos Rolling Stones «eficientes»”.
EN EL ESTUDIO
Keith Richards: “Creo que mucho de la energía viene de que hacía mucho tiempo que no trabajábamos juntos. ¡Seis años fuera de la ruta, me estaba poniendo muy ansioso! Mick y yo compusimos un par de canciones; al principio, con «Doom and Gloom» le dije: «Mick, es un título raro para el festejo de 50 años». Pero ya sabés cómo son los Stones, siempre contra la corriente. Es un gran tema, con una letra buenísima. Le dimos a un par de tracks en París, hace unos meses, «Doom and Gloom» y «One More Shot». Fue interesante porque creo que nunca grabamos un tema tan rápido, tres tomas y listo. Nos miramos preguntándonos si necesitaba algo más. Fue rapidísimo, los Stones son increíbles de esa manera, la química y la energía que hay cuando nos juntamos. Lo difícil es juntarnos. Pero una vez que estamos juntos, en los lugares correspondientes, Charlie detrás de los tambores y un par de guitarras, la sensación es extraordinaria, incluso después de todos estos años. Sentís que debe de haber alguien más en la habitación. Y pensás: «Está Mick, estoy yo, están Charlie y Ron», y te das cuenta de que es esa otra entidad que mueve las cosas… como sea que se llame”.