05 Dec El manejo del caballo hecho simple: el método de Clinton Anderson
Por Clinton Anderson
Mi conductista de caballos Clinton Anderson es famoso por su método de manejo del caballo fácil de entender, que principalmente se centra en la seguridad. Lo que comenzó en su niñez como una pasión por los caballos en su natal Australia, se ha convertido en un incontrolable deseo por ayudar a otras personas a alcanzar un nuevo nivel en el manejo del caballo. De adolescente, aprendió de los jinetes australianos Gordon McKinlay e lan Francis, estudió todos los libros y videos que encontró, incluso viajó a Estados Unidos a seguir aprendiendo de los grandes maestros americanos. “Soy un ferviente convencido de que nunca dejas de aprender o de ganar habilidades, durante los últimos 19 años he ganado una increíble cantidad de experiencia y conocimientos”. La culminación de esto es el Método de Downunder Horsemanship, un programa que paso a paso ayuda a propietarios a lograr que sus caballos sean obedientes, seguros y complacientes.
Lo que diferencia el método de Clinton Anderson de otras técnicas es su énfasis por la seguridad y el rápido logro de resultados. “Nadie quiere estar junto a un caballo del que se debe de estar al cuidado debido al miedo que le tiene” explica Clinton, “Ya sea que compitas y vayas a eventos ecuestres los fines de semana o porque te gusta montar por veredas cada vez que tienes la oportunidad, estar en con¬tacto con tu caballo debe ser una actividad relajante y positiva. Debes de poder gozar tu relación con él y él debe de gozar de tu compañía.” El método de Clinton se centra alrededor de gozar del respeto del caballo mediante una serie de ejercicios a pie diseñados para ganar el control sobre sus patas. “Cuando logras controlar las patas del caballo ganas confianza, y cuando ganas confianza en tu caballo y en tu habilidad de controlarlo entonces puedes relajarte y divertirte.” Clinton comenzó a compartir su método en 1988 cuando viajó por Estados Unidos ofreciendo clínicas y demostraciones. Para el año 2001 se convirtió en el primer conductista en comenzar su propio programa de televisión, en la cadena RFD-TV de Estados Unidos, que se convirtió rápidamente en el de mayor audiencia entre aquellos dedicados a caballos.
En 2011, Clinton demostró de nuevo ser el líder en su ramo al lanzar su propio programa también en la cadena FOX SPORTS, cadena transmitida a nivel nacional en Estados Unidos que alcanza los 80 millones de espectadores.
Clinton alcanzó los titulares en 2003 cuando ganó el célebre concurso Road to the Horse y nuevamente en 2005 cuando se convirtió en el único doble campeón del evento que consiste en domar a un caballo bruto en tan solo 3 horas. Cuando ganó el Roi/d to the Horse la primera vez, creó una tradición al terminar la doma parándose sobre el lomo del caballo trabajado y haciendo tronar un látigo en el suelo mientras saludaba al público con su sombrero. El movimiento se volvió tan popular que hoy en día da vida al logotipo del evento. En la actualidad, Downunder Horsemanship tiene su sede en Stephenville, Texas, donde Clinton continúa animando los sueños de jinetes con sus videos, instructivos y manuales escritos que comprenden un profundo método de estudio en casa, así como innovadoras herramientas de aprendizaje.
En sólo 4 años su club denominado No Worries Club, una comunidad de seguidores del método, ha crecido hasta alcanzar los 13,000 socios y sigue ganando popularidad. Siendo un respetado entrenador, en su propio derecho, Clinton cría y compite con sus propios caballos en reining y corte de ganado, donde frecuentemente se coloca en los primeros lugares de ambas disciplinas. Cientos de propietarios de caballos viajan a su rancho en Texas, cada año, para participar en clínicas donde aprenden a destacar en el manejo del caballo, les explica los beneficios de su Método y realiza demostraciones del increíble vínculo que puede establecerse entre el caballo y el humano.
La Filosofía de Clinton: La frustración termina donde el conocimiento empieza.
“Antes de poder entrenar a un caballo debes de comprender la psicología básica del caballo y conocer qué es lo que lo define. Cuando comprendes cómo es que el caballo procesa sus pensamientos y por qué hace lo que hace, tanto cosas buenas como malas. entonces podrás lograr cualquier cosa.” nos explica Clinton. “Si no en-tiendes cómo trabaja el cerebro de tu caballo y por qué reacciona de tal manera a ciertas situaciones, entonces vas a luchar para alcanzar tus objetivos en su manejo”. Siendo que el manejo del caballo no siempre resulta fácil, será más sencillo entenderlo cuando puedes identificar qué es lo que motiva a tu caballo a comportarse de la forma en que lo hace. Clinton nos platica: “Cuando yo era niño, manejar a mi caballo me resulta¬ba difícil porque no entendía lo que él estaba pensando. Un día mi caballo podía hacer los ejercicios a la perfección y yo me sentía de maravilla. Caminaba de regreso a las caballerizas pensando que yo era un regalo de Dios para él. Pero al día siguiente él hacía todos los ejercicios terriblemente mal y se comportaba como si no recordara absolutamente nada de lo que habíamos trabajado el día anterior. Entonces me sentía pésimo y pensaba que era un rotundo fracaso. Los caballos son excelentes instrumentos para aumentar la confianza en uno mismo pero también pueden echar a la basura la poca que puedas tener en tan solo unos instantes. Si alguna vez has perdido la paciencia, te has sentido derrotado y con ganas de regalar tu caballo debido a la frustración porque no puedes enseñarle lo que tú quieres, no te preocupes pues entonces eres completamente normal. Todos hemos estado en esa situación y la mejor manera de solucionar esos problemas es educarse a uno mismo.”
Mantén las cosas simples
“Una de las cosas más frustrantes que pueden sucedemos es tratar de lograr algo, una tarea, y no tener idea de cómo hacerlo. De niño leía muchos libros y observe muchos videos sobre entrenadores que lograban hacer cosas increíbles con sus caballos. Podían hacer que caminaran hacia atrás con el solo hecho de apuntarles con el dedo índice, o podían hacer que caminaran de lado alrededor de toda la arena dándoles instrucciones casi imperceptibles. Yo sólo quería controlar las patas de mi caballo igual que ellos y tener ese tipo de éxito al montarlos”, afirma Clinton. Al mismo tiempo que estaba impresionado con las habilidades de estos entrenadores para hacer que sus caballos hicieran los ejercicios que les pedían, Clinton se sentía frustrado pues su caballo era completamente lo opuesto. “Yo salía al potrero para hacer que mi caballo caminara hacia atrás y el me intentaba morder o se me abalanzaba encima. Yo buscaba en los libros o revisaba los videos buscando una solución a mi pregunta: ¿qué pasa si mi caballo quiere matarme? Pero no encontraba las respuestas, ya que los entrenadores de estos libros y videos me hacían entender que mi caballo respondería satisfactoriamente la primera vez que lo intentara, cuando en realidad nada podía estar más apartado de la realidad. La razón por la que parecían tan simples sus enseñanzas era que en sus demostraciones siempre utilizaban caballos ya entrenados, que sabían qué hacer y qué es lo que se esperaba de ellos.” No fue sino hasta que comenzó a participar en clínicas que Clinton se dio cuenta de que los caballos son tal como los humanos: no aprenden a la primera. “Cuando le enseñas a un caballo una lección por primera vez, éste va a sentirse confundido, frustrado y tal vez, incluso agitado y nervioso, y esto es perfectamente normal. Debemos permitirle al caballo expresar sus emociones mientras lo entrenamos. El trabajo del entrenador es aprender cómo ayudar al caballo a entender, de la forma más simple posible, qué es lo que se espera de él.” Después de trabajar con miles de caballos, literalmente, Clinton com¬prendió que aprenden mejor utilizando un método que les enseñe paso a paso cómo hacer las cosas. “Son ani¬males inteligentes, pero no pueden procesar demasiadas cosas al mismo tiempo. Pronto me di cuenta de que si me tomaba el tiempo de dividir cada lección en etapas y le enseñaba al caballo cada una por separado, entonces aprendía mucho más rápido y progresaba a un ritmo más acelerado.” No fue sino hasta que comenzó su propio rancho de entrenamiento que Clinton se dio cuenta de que los propietarios de los caballos que estaba entrenando necesitaban tanta ayuda como el propio caballo. “Ahora soy el primero en decirles que en realidad no tengo un talento natural para entrenar caballos, de hecho hay muchos hombres y mujeres en el mundo que pueden entrenarlos mejor que yo. Para lo que sí creo que tengo un talento natural es para explicarles las lecciones a las personas. Yo no les aviento la información solamente y les deseo suerte.” De hecho, cada una de las lecciones de su método de aprendizaje se presentan mediante un sistema paso a paso llamado: Los 8 pasos para el éxito, que consisten en: Objetivo, el por qué. Etapa de Enseñanza, Errores del Jinete/Entrenador, Problemas del Caballo, Solución de Problemas, Consejos para Tener éxito y propósito Práctico.
“Estas 8 etapas 0 pasos hacen simple el aprender a enseñar cualquier maniobra al caballo. La frustración comienza cuando el conocimiento termina. Así que en realidad entre más conocimiento tengas, tendrás una menor probabilidad de experimentar frustración. Al comprender cómo comunicarte con tu caballo aprenderás a tenerle confianza para que puedas relajarte y disfrutar de tu relación con él.”
Para aprender más sobre Clinton Anderson, su método de entrenamiento y sus caballos visita www.down.un-derhorsemanship.com.
REVISTA EQUINO