28 Dec Depinder Lamba: “El futuro es fascinante para ambos países”
Por Emiliano Galli
Es cierto, la tecnología facilita los negocios. Es posible que sofisticadas matrices estadísticas elaboren perfiles de mercado a medida. Pero siguen siendo excluyentes dos sillas, una mesa, dos personas y un contrato para sellar un negocio.
Viajar, intercambiar tarjetas, visitar fábricas, entregar muestras, estrecharse las manos sigue siendo el único código universal para integrar cadenas globales de producción.
Son ritos ineludibles, y si bien hay destinos en cuyo camino se recorre hace mucho, en pleno siglo XXI, los empresarios argentinos todavía no caminaron mercados como India, donde contar con perfiles de mercado es casi igual a tomar agua en un colador: siempre algo se va a escapar. “Los hombres seguimos siendo necesarios para hacer negocios”, dice Depinder Lamba.
Lamba es un es un pionero en la relación bilateral: “En India, todos se iban a Europa y Estados Unidos a estudiar y trabajar. Yo elegí un destino diferente”. No se sabe qué sorprende más de este empresario y consultor de negocios con India y el sudeste asiático: que sea prácticamente el único Sikh (una de las religiones practicadas en India, cuyos seguidores se reconocen por el turbante en la cabeza y por el apellido compartido: Singh) caminando por Buenos Aires, o su español totalmente aporteñado, luego de más de 30 años de vincular intereses entre ambos países. En 1994 realizó la India Products Fair en Buenos Aires, a lo que siguió una serie interminable de “primeras” exposiciones y misiones de India y hacia India.
-¿Qué balance de la evolución de la relación comercial entre la Argentina e India?
-Yo diría que no hemos visto realizada ni siquiera una mínima parte del potencial complementario entre ambas economías. El intercambio no se diversificó, textiles por un lado, materias primas agrícolas por el otro. Todo se mantuvo, por años, en un nivel exploratorio. Pero eso está por cambiar. India se expande hacia nuevos horizontes, y el interés por invertir en el extranjero es enorme. Diariamente se acumulan propuestas en mi casilla, lamba@latinindiaimpex.com.ar para explorar todo tipo de negocios, como en agroindustria, por ejemplo, pero también en servicios, minería, farmacéutica, indumentaria. La Argentina está en la agenda.
-¿A pesar de todo?
-Los hombres de negocios atendemos la coyuntura, claro. Pero cuando poco se ha hecho para “conocerse y complementarse”, el largo plazo es lo que importa. Y el futuro es fascinante para ambos países.
-¿Por qué no nos conocemos tanto?
-Sin hablar de culpas, hablemos de responsabilidades. El empresario debe viajar, pero sobre todo orientarse antes. El funcionario diplomático tiene que facilitar, allanar el camino. Es una pena que termine el mandato de Ernesto Álvarez [embajador argentino en India], que hizo mucho, pero es una garantía que siga allá Tomás Ferrari [cónsul argentino en Mumbai]. Además, debemos agradecer que el gobierno de India envió a un embajador senior y eficiente como Amarendra Khatua a la Argentina.
-¿Y usted qué lugar vendría a ocupar?
-(Risas) Tengo la bendición de conocer muy bien ambos lados, países que amo. Todos nos necesitamos mutuamente. Es importante que las cámaras comerciales reciban las inquietudes empresarias y tengan el paraguas de las embajadas. India es un BRIC, es cierto, pero el mundo cambia, muy rápidamente. La relación bilateral, de menos de 2000 millones de dólares, no explica lo que estos dos países pueden hacer. Pero eso está a punto de cambiar, y creo que 2013 será un año de deslumbrante. Pondremos un gran empeño en seminarios, misiones y exposiciones para hermanar comercialmente ambos países.
LA NACION