11 Dec Cinco masones porteños destacados de la segunda mitad del siglo XX
Por Antonio Las Heras
Es habitual escuchar entre quienes no forman parte de las diferentes órdenes masónicas que hay en la Argentina la reflexión sobre que la intervención destacada de masones en lo público – sea político, militar, científico, literario, artístico, etc. – parece haberse agotado durante las primeras décadas del Siglo XX. Más aún, en nuestra participación en conferencias y mesas redondas – sobre todo las realizadas en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires donde la concurrencia es de varios centenares de personas – oímos preguntas del tipo: “Pero los masones siguen hablando siempre de quiénes hicieron la patria… ¿y después que pasó, se escondieron, dejaron de participar?”
Lo cierto es que no ha sido así. Para demostrarlo, en este trabajo nos vamos a ocupar, a manera de ejemplo, de cinco masones porteños.
Mas antes de adentrarnos en el tema específico, queremos hacer algunas consideraciones.
La primera es sobre el título de este trabajo, donde se ha colocado la palabra “destacados.” No ha de verse en ello ningún juicio de valor. Sino, simplemente, el hecho de que nos estaremos refiriendo a personas que realizaron actos por los que – de una manera u otra – han quedado en la Historia de la Argentina.
En segundo lugar señalar que en la Argentina, y más específicamente, en la ciudad de Buenos Aires, desde el siglo XVIII, han existido logias masónicas de diferentes orígenes. En este mismo territorio funcionan no una, sino varias instituciones, todas masónicas aunque cada una tenga ciertas peculiaridades. La hay de varones, de mujeres y mixtas; las que practican el Rito Escocés Antiguo y Aceptado, el de la Estricta Observancia, el Escocés Rectificado (Cristiano), el del Derecho Humano o el egipcio de Memphis Misraim, etc.
Comenzaremos con el doctor César de la Vega – médico – quien, durante la tercera presidencia de Juan Domingo Perón, fue Secretario de Estado del Menor y la Familia en el marco del Ministerio de Bienestar Social que estuviera cargo de José López Rega. Fue en otros momentos, embajador en la UNESCO así como en Francia y Dinamarca; algunos durante la presidencia de Isabel Perón.
Los periodistas de investigación Susana Viau y Eduardo Tagliaferro (1.-) – al igual que otros estudiosos argentinos y extranjeros – afirman que de la Vega tuvo estrechos vínculos con el Venerable Maestro Licio Gelli y aún más, que era miembro de la Logia P 2. En el mismo sentido lo afirma Marcelo Larraquy (2.-) al explicar que en la lista de 962 miembros que fuera encontrada por la policía italiana en la residencia Villa Wanda, en Arezzo, propiedad de Gelli, se encontraba el nombre de César de la Vega. Sobre esta nómina, Federico Carlos Barttfeld (46 años empleado del Servicio Exterior de la Nación) – quien también figura en ella – en una entrevista concedida al periódico PERFIL afirma que “no era una lista de afiliados a la P2, era una lista como la que puede tener cualquiera en su agenda y había sido escrita por él.” (Refiriéndose a Licio Gelli.) (3.-)
El mismo Larraquy informa sobre la asistencia de López Rega a la casa de César de la Vega (situada en el barrio de Belgrano) con motivos del festejo de cumpleaños de éste último, lo que permite inferir un vínculo importante de conocimiento entre ambos. (4.-)
El tema no es menor, pues De la Vega realizó una extensa carrera masónica (iniciada en la Respetable Logia Panamerica Nº 397) que lo llevó en junio de 1972 a ser electo para ocupar el cargo máximo de en la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones; esto es, el de Gran Maestre, que mantuvo hasta mediados de 1975. Hizo lo propio en el Gran Capítulo del Real Arco de la Argentina de la Suprema Orden de los Masones del Santo Real Arco de Jerusalém de la República Argentina. Ésta es una institución a la cual sólo se puede ingresar por invitación y – en aquellos tiempos – habiendo alcanzado primero la jerarquía de Venerable Hermano. De 1979 a 1981 fue Tercer Gran Principal. De 1981 a 1987 Segundo Gran Principal. Y llegó a la cabeza de ésa Orden en 1987 siendo instalado como Primer Gran Principal, cargo que declinó al año siguiente tras haber completado un período.
A partir de ese momento, Carlos de la Vega parece haber abandonado toda actividad masónica registrable.
El profesor doctor Alfredo Kohn Tebner destacado traumatólogo, reconocido médico cirujano, profesor titular en la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, director del que allá por los años setenta fuera el más importante sanatorio de la Ciudad de Buenos Aires (llevó por nombre “Metropolitano”) que hasta contó con el primer helipuerto. En 1969 resultó tesorero de la comisión provisoria, durante el período 1970/71 fue vicepresidente de la primera comisión directiva y en 1972 presidió la segunda comisión directiva de la Sociedad Argentina de Medicina y Cirugía de la Pierna y el Pié, con sede en la calle Vicente López al 1.800. En 1979 fue electo vicepresidente, asumiendo la presidencia en 1980 de la Asociación Argentina de Ortopedia y Traumatología.
Kohn Tebner participó en la Logia Panamerica Nº 397, fue Venerable Maestro (presidente de logia), ocupó algunos cargos entre las autoridades de la Gran Logia y también formó parte de la Suprema Orden de los Masones del Santo Real Arco de Jerusalém de la Argentina.
Simón Alberto Lázara (n. 3/X/1940) – cofundador y vicepresidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, secretario general del Partido Socialista Unificado, concejal en la legislatura porteña, diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires (1987/1991) y, más tarde, vocero del presidente Raúl Alfonsín – tuvo una larga trayectoria masónica que continuó hasta su muerte.
Inició estudios de Derecho, que dejaría truncos. Prosiguió su militancia en las filas del Partido Socialista Argentino (PSA) y luego en el Socialista Unificado, que él fundó. Durante la dictadura militar surgida con el derrocamiento de la presidente María Estela Martínez de Perón, en 1976. fue uno de los fundadores de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) a cuyos cuerpos directivos pertenecía en el momento de su muerte. Las arbitrariedades y crímenes del llamado “terrorismo de Estado” fueron objeto de su denuncia dentro y fuera de la Argentina, sosteniendo siempre que las fronteras políticas no debían ser obstáculo para el castigo efectivo a los delitos de lesa humanidad.
En 1973 fue electo concejal del Consejo Deliberante de la Capital Federal. Catorce años más tarde (1987) ingresaría a la Cámara de Diputados, como candidato independiente en las listas de la Unión Cívica Radical (UCR), partido al que se incorporaría al concluir la década de los ochenta. Fue durante varios años portavoz y estrecho colaborador de quien fuera Presidente de la República Argentina, el doctor Raúl Ricardo Alfonsín.
Lázara fue iniciado en la Logia Sol de Mayo Nº 8 de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones. En este taller ocupó diversos cargos hasta convertirse en su Venerable Maestro. En varias ocasiones ofreció conferencias abiertas al público (llamadas masónicamente “tenidas blancas”), muy concurridas, disertando en el Gran Templo que esa institución tiene en la calle TTe. Gral. Perón casi esquina Libertad, de la ciudad de Buenos Aires.
Lázara falleció el 29 de abril del 2000. Su cuerpo fue velado en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara de Diputados de la Nación. Esa noche, antes del amanecer, el personal de seguridad, de maestranza y unas pocas personas que acompañaban el féretro tuvieron la oportunidad de ser testigos de un ritual inesperado. Se reunieron en torno al féretro un grupo de hermanos masones que compartieron toques y signos expresando en voz bajas algunas palabras, tras lo cual se retiraron. El por entonces Gran Maestre Dr. Jorge Alejandro Vallejos, se hizo presente en el velatorio antes que el cuerpo fuera retirado acompañado por una comitiva formada por miembros del cuerpo directivo de esa Orden. En el acto de inhumación una oración fúnebre fue pronunciada por quien era el Pro Gran Maestre, licenciado Jorge Alberto Wesolowsky.
Hoy el espacio verde situado entre la calle Moreno y avenida Boedo de la Ciudad de Buenos Aires lleva el nombre de Simón Lázara.
El Maestro Masón, dirigente socialista, docente, fundador del sindicato docente CTERA y militante por los derechos humanos Alfredo Pedro Bravo (n. 30/4/1930 f. 26/5/2003) que pasó prolongado lapso detenido y torturado por la dictadura que asaltó el poder en la Argentina el 24 de marzo de 1976.
Bravo nació en Concepción del Uruguay, Entre Ríos. A los 18 años, recibido de maestro en Avellaneda, se instaló en un pueblo de Santa Fe donde comenzó su labor de maestro rural. De allí regresó para cumplir con el servicio militar. Ya residiendo en la ciudad de Buenos Aires inició luego su militancia gremial participando en la redacción del Estatuto del Docente y protagonizar la unificación de su gremio en la CTERA, de la cual fue secretario general. En 1957 se había apartado del Partido Socialista presidido por Américo Ghioldi a causa de su oposición a que sus compañeros integraran la Junta Consultiva, creada por los militares que derrocaron a Juan Domingo Perón en 1955.
El 8 de septiembre de 1977 Bravo fue secuestrado mientras estaba dando clases de castellano en una escuela nocturna de Primera Junta. Permaneció desaparecido hasta el 20 de septiembre y recién fue liberado en 1979. La tortura le dejó secuelas vasculares en sus piernas.
Cuando recuperó la libertad se incorporó a la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos. En el gobierno de Raúl Alfonsínfue designado subsecretario de Estado del área de Educación, cargo al cual renunció a causa de su desacuerdo con la Ley de Punto Final y Obediencia Debida.
Resultó electo diputado nacional por la Unidad Socialista en 1991 junto a Guillermo Estévez Boero y Ricardo Florencio Molinas. Su mandato legislativo fue renovado en 1995 y 1999. En el 2001 es consagrado por el voto popular como senador por la ciudad de Buenos Aires (en una alianza con el partido ARI conducido por la dirigente Elisa Carrió), cargo que no puedo ejercer al haberle sido despojado por la mayoría oficialista.
Luego de participar activamente en la reunificación del Partido Socialista en el año 2002, es proclamado por el congreso partidario candidato a presidente para las elecciones de 2003, acompañado por Rubén Giustiniani como candidato a vicepresidente.
Hincha y socio de River Plate (club fundado por Masones, dicho sea de paso), fue miembro de la Asamblea de Representantes para el período 1993/1997 y candidato a presidente en 1997 por la Agrupación Tradicional River Plate. En el 2001 integró su última fórmula junto a Carlos Lancioni.
En las primeras horas del 26 de mayo de 2003, sufre un ataque al corazón y fallece, el mismo día que asumía el presidente Néstor Kirchner. Sus restos fueron velados en el Salón de los Pasos perdidos. Hoy, uno de los salones del Ministerio de Educación de la Nación lo recuerda con su nombre.
Bravo mantuvo en hermético secreto su condición de miembro de la Hermandad Masónica, lo que sólo fue quebrado al momento de su muerte con un aviso fúnebre en el diario LA NACION donde se leía: “La Masonería Argentina participa el fallecimiento de su querido hermano y distinguido ciudadano.” Obviamente el rótulo “Masonería Argentina” no distingue a una orden en particular. Empero podemos afirmar que Bravo fue miembro activo de una logia dependiente de la Gran Logia de la Argentina de Libres y Aceptados Masones por haberlo reconocido el Gran Maestre Dr. Sergio Nunes en un reportaje realizado en 2008. (5.-)
A más, nuestras investigaciones nos han llevado a conocer que fue iniciado en la Logia Sol de Mayo Nº 8 y que, posteriormente, pasó a trabajar en una “logia a cubierto”; así se denominan las que se reúnen fueran de los sitios habituales y han sido autorizadas directamente por el Gran Maestre sin darse a conocimiento en el boletín oficial de la orden. Se trató de la Logia Independiente que se reunía en el domicilio personal de Simón Lázara, quien la presidía y, en su condición de operativa, tenía como finalidad analizar situaciones políticas y generar posibles esquemas de acción.
Las logias operativas se diferencian de las llamadas “logias simbólicas” por que las operativas siempre tienen una finalidad específica. No necesariamente política. Puede ser literaria, artística, científica, filosófica, etc. Las logias lautarinas fueron, precisamente, logias operativas destinadas a concretar la independencia de esta parte de América del dominio de la corona de España.
El profesor doctor Alfredo Guillermo Kohn Loncarica (n 11/7/1945) – hijo único de Kohn Tebner – realizó una intensa y destacada labor académica de prestigio internacional en el campo de las humanidades.
En 1971 se graduó de Médico en la Universidad de Buenos Aires. A poco de su graduación ingresa a la Cátedra de Historia de la Medicina de la Facultad de Ciencias Médicas de la UBA – que tenía como titular al Prof. Dr. Argentino Landaburu – donde permaneció de manera ininterrumpida hasta el fin de sus días alcanzando la titularidad así como también la dirección del Instituto de Historia de la Medicina, del Museo Houssay de Historia de la Ciencia y la Tecnología, del Museo de Historia de la Medicina y de la Cirugía “Vicente A. Risolia”.
Estudioso incansable, hombre de lecturas diarias y siempre con tiempo para escribir artículos, conferencias, ensayos. Se especializó como médico legista en 1972, del trabajo en 1973 e higienista en 1975. Profesiones que ejerció con marcado interés. Fue también médico perito en la Justicia.
De su fervor por la lectura, el estar informado y actualizado da buena cuenta una nota que le realiza LA NACION revista (5 de agosto de 2001), donde Kohn Loncarica comenta que todos los días lee Le Monde, El País, Clarín, La Nación.
Recién recibido de médico comenzó a participar en las reuniones de la Sociedad de Fomento de Villa Devoto ocupando diferentes cargos en la comisión directiva hasta ser electo presidente. También fruto de su esfuerzo y perseverancia fue la creación de una Junta de Estudios Históricos de Villa Devoto, que tuvo poca existencia.
En 1981 obtuvo el grado de “doctor en Medicina” de la Universidad de Buenos Aires con una tesis titulada “Historia de la Inmigración Médica en la Argentina” con la dirección de Landaburu, que obtuvo calificación sobresaliente y recibió el Premio Facultad.
En 1976, editorial Stilcograf publicó su libro “Cecilia Grierson, vida y obra de la primera médica argentina” y, de inmediato, ingresó como miembro activo a la Sociedad Argentina de Escritores (SADE).
Fue profesor de Historia de la Ciencia en la Universidad de Morón, de Biología en la Universidad Argentina John F. Kennedy así como en la del Museo Social Argentino. Docente visitante en universidades de España y de México. En 1981 fue director, por concurso, de la Biblioteca del Congreso de la Nación; cargo al que renunció durante 1982. Integró la comisión de la Sociedad Latinoamericana de Historia de la Ciencia y presidió la Sociedad Argentina de Humanismo Médico. Fue categorizado como investigador nivel I del programa UBACYT, dirigió proyectos de investigación del CONICET director externo y tuvo a su cargo la tutoría de nueve tesis doctorales; integró varios jurados de concursos para cátedras. Director del Comité Independiente de Ética en Investigación (CIEI) y Director Organizador del Centro Universitario de Bioética, CUBE. En 1993 el Centro Editor de América Latina publica “La ciencia en la Argentina: perspectivas históricas” que lo cuenta como coautor junto a figuras de prestigio mundial como el ingeniero José Babini. Integró la comisión directiva del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia. Obtuvo en una beca que le permitió permanecer como investigador y docente seis meses en la Universidad de Salamanca.
La política no fue ajena a sus ocupaciones. De ideas socialistas en su juventud, con el regreso de la democracia fue jefe de asesores del diputado Miguel Unamuno, también del diputado nacional Jorge Horta. Luego se afilió al radicalismo, ocupando cargos similares hasta convertirse en jefe de asesores del diputado nacional Jorge Reinaldo Vanossi. En los últimos años de su vida, con expresada cierta desilusión, se alejó de la actividad política para consagrarse al campo académico.
Kohn Loncarica participó desde joven y de manera muy activa en la “Liga Argentina de Cultura Laica” entidad paramasónica fundada en 1946 que funcionó en la calle Sarmiento 1876 al lado de donde tenía su sede el Gran Oriente Federal Argentino (calle Sarmiento 1872), otra de las varias órdenes masónicas que tuvieron (o aún tienen) asiento en la Ciudad de Buenos Aires.
Kohn Loncarica tuvo un paso más bien breve en la Masonería activa. De acuerdo a nuestras investigaciones, concurrió a ella sólo algunos años, habiendo obtenido el grado de Maestro Masón. Frecuentó la Logia Tolerancia Nº 4 (que aún se reúne todos los viernes en el antiguo edificio masónico de la calle Tte. Gral. Juan Domingo Perón 1242) Tras lo cual dejó de concurrir manteniendo, empero, lazos fraternales y de trabajo con reconocidos miembros de la Masonería. Tal es el caso del doctor Emilio J. Corbiere, destacado dirigente socialista, periodista, autor de varios libros de ensayo precisamente sobre ésta entidad, que alcanzó el Grado 33. Era frecuente, en particular en fines de semana o con motivo de algún festejo familiar, encontrar a Corbiere presente en la residencia de los Kohn de la avenida Salvador María del Carril del barrio de Villa Devoto.
Alfredo Guillermo Kohn Loncarica falleció el 25 de enero de 2005, después de una prolongada lucha contra un cáncer pulmonar. Sus restos fueron cremados y se encuentran a resguardo en una urna depositada en el panteón que la Sociedad Científica Argentina tiene en el cementerio porteño de la Recoleta.
Referencias
(1.-) VIAU, Susana Viau y TAGLIAFERRO, Eduardo. En el mismo barco. http://www.pagina12.com.ar/1998/98-12/98-12-14/pag03.htm
(2.-) LARRAQUY, Marcelo. LÓPEZ REGA. LA BIOGRAFIA. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2003. Págs. 214, 235 y 386
(3.-) Suplemento “El Obervador”, periódico PERFIL. Buenos Aires, 31 de agosto 2008. Pág. 4
(4.-)LARRAQUY, Marcelo. LÓPEZ REGA. LA BIOGRAFIA. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2003. Pág. 219
(5.-) A solas con el Gran Maestre Sergio Nunes. Semanario. NOTICIAS URBANAS Nº 135, Ciudad de Buenos Aires, 08/05/2008
TRABAJO PRESENTADO EN EL XI CONGRESO DE HISTORIA DE LA CIUDAD DE BUENOS AIRES.