03 Nov La mafia desde adentro
Por Jorge Urien Berri
Una tarde de enero de 1965 un persistente periodista que estaba por renunciar a The New York Times se separó de sus colegas en un pasillo de los tribunales de Manhattan y se acercó a Salvatore (Bill) Bonanno, número dos de la más poderosa de las cinco familias mafiosas de Nueva York dirigida por su padre, el mítico Joseph Bonanno, misteriosamente desaparecido seis semanas atrás.
El joven Bill Bonanno iba a declarar en un juicio y no respondió la curiosa invitación del redactor. Tampoco le dijo que no. Gay Talese no buscaba arrancarle una declaración sino un libro. Sin apuro, claro. Un libro sobre la vida cotidiana de Bill, su familia, su infancia. No uno más entre los centenares de volúmenes sobre la mafia sino uno como jamás se había escrito, un libro -y esto no lo dijo porque probablemente la idea aún estaba a medio cuajar- que narrara la mafia desde adentro pero no desde el punto de vista de un mafioso, y que se leyera con ritmo de novela, sólo que todos los hechos, detalles, nombres y personajes serían verdaderos. Todo. Narrar con las herramientas de la ficción la más pura y desnuda verdad. Maduraba así una rama del “nuevo periodismo” que tuvo a Gay Talese como su creador, según reconoció Tom Wolfe, otro de los padres de la criatura.
Después de mucho insistir, Talese se ganó la confianza de Bill y de a poco accedió a su hogar y a sus familiares, incluido el más reticente: su padre, reaparecido tras un eclipse de diecinueve meses. Talese convivió con los Bonanno poniendo en práctica su método de inmersión profunda. A diferencia de los periodistas de investigación, no se limitaba a indagar hechos: a sus fuentes también les preguntaba qué sintieron, qué pensaron, qué temieron, qué fantasías los animaron y qué frustraciones los hicieron vacilar. Algo similar había ensayado en El reino y el poder , un fascinante recorrido por el presente y el pasado de The New York Times y sus periodistas que lo ocupaba cuando finalmente entró en la vida de los Bonanno, o ellos en la suya. Talese extremó su método hasta un nivel de entrega que casi le costó el matrimonio cuando, para escribir sobre sexo en La mujer de tu prójimo , manejó una casa de masajes y vivió en una comunidad nudista. Con la familia Bonanno logró un retrato tan íntimo de la mafia que, por un lado, se lo acusó con malicia de defenderla -Talese no juzga, sólo narra- y por el otro, dio origen a la serie Los Soprano .
La historia de Bill es la de la decadencia de la mafia en los Estados Unidos y es la historia de una tragedia personal y familiar. Bill Bonanno sintió el mandato paterno, siempre tácito, nunca verbalizado, de continuar la trayectoria del padre. Condiciones le sobraban, pero sus mundos diferían. Bill no nació en Sicilia y estudió en la universidad. Además, las complicidades políticas, judiciales y policiales que engordaron a la mafia se habían aflojado y el ascenso de Bill generó una guerra con otras familias y también dentro del clan Bonanno. Nadie sabía quién era aliado y quién enemigo y delator. Dueños de millones de dólares ilegales, Bill y los suyos no podían tocar un centavo por el asedio judicial y se empobrecían siendo ricos, esquivaban atentados, se escondían semanas en tugurios o debían alojar en sus hogares a los custodios y poner en riesgo la precaria armonía familiar.
Esta nueva edición de una obra agotada hace mucho trae de regalo un epílogo en el que Talese, que dedicó el libro a los hijos de Bill “con la esperanza de que entiendan más a su padre y lo sigan queriendo”, pone al día lo qué ocurrió con cada uno de sus personajes de carne y hueso.
LA NACION