26 Nov Hugh Jackman: “la familia siempre va a ser mi prioridad”
Por Eduardo Bejuk
Cuando Hugh Jackman se sienta, te mira, sonríe y suelta su acento australiano, particular forma del inglés que obliga a prestar mayor atención, uno se da cuenta de que este tipo la tiene clara-. “Hacéte amigo”, parece decir, “que soy una persona común y corriente, sin aires de divo, sin creerme ese puesto número uno en el ranking de los más facheros. Me sobrará fama, pero no voy a echártela en cara. ¿Cómo andas?, ¿qué contás?… tanto tiempo”. Y lo logra. El tipo lo logra. Y uno deduce, sin caer en la trampa, sin comprar todo espejito coloreado pero tampoco asumiendo la defensiva, que efectivamente Jackman se siente más a gusto en esa posición. La del movie star distraído, más de su casa que de Hollywood, más de la Australia sin vértigo que de la industria estadounidense. La del hombre con tiempo y ganas de escuchar al otro. Y claro, hay una base: él, hombre de inquietudes varias, estudió periodismo y se graduó en la Universidad Tecnológica de Sydney. Saber comunicar es natural en Hugh. Y ahí está, en una sala de hotel californiano, frente al redactor de estas Pampas, que acaba de ver la avant-premiére de su última película (Gigantes de Acero -Real Steel, en inglés-, superacción garantizada con toque Disney; que distribuye, y pincelazos Spielberg, que produce), sobre la que naturalmente querrá hablarnos. Mientras afuera, como manda el sempiterno Febo de Los Angeles, las calles hierven y el tránsito no da sosiego. Príncipes y mendigos conviven, sobre el asfalto estrellado, en la extraña escenografía de Beverly Hills. -En esta película te toca hacer el papel de padre. Pero de “malpadre”. Justo la imagen opuesta que proyectas cuando se te ve en familia.
-Es verdad. El personaje que interpreto mantiene una relación distante con su hijo (Nota de la Redacción: genialmente encarnado por el promisorio Dakota Goyo). Relación que irá cambiando durante la película y que la hará interesante. Pero en cierta forma me resultó divertido hacer ese papel, porque no tiene nada que ver conmigo. No digo que sea el padre pefecto, pero uno trata de hacer lo mejor posible y de pasar todo el tiempo que pueda con sus hijos. -¿Y te trajo recuerdos de tu propio padre? -¡Mi padre fue un hombre asombroso! Trabajó para mantener a cinco hijos y nos crió maravillosamente. Todavía recuerdo aquellos lindos tiempos en los que nos íbamos de campamento y él cocinaba para todos. Aclaro: yo no soy muy bueno cocinando.
No será ducho en la cocina, pero la impronta de familiero es una marca registrada en Jackman, quien el 12 de octubre cumplirá jóvenes 43 años. Está casado desde 1996 con la también actriz Deborra-Lee Furness (51) y es padre adoptivo de Osear (10) y Ava (5). Se los ve, habitualmente, com¬partiendo momentos felices. “De algo estoy muy seguro: La familia siempre va a ser mi prioridad. Cuando no estoy filmando, aprovecho para compartir la vida con mis hijos, del mismo modo que lo hizo mi padre con nosotros”, afirma Jackman. En Gigantes de Acero se lo verá de otra forma, aunque la relación padre-hijo funcionará como eje central de esta película dirigida por el canadiense Shawn Levy (Una noche en el museo) que incluye en el elenco a la bella Evangeline Lilly (Kate en la serie Losf). ¿De qué va la peli? Futurista, repleta de acción y efectos sorprendentes, gira alrededor de las batallas de boxeo entre robots manejados por humanos. Habrá un niño (encantador, por cierto), un robot-héroe (carismático) y un hombre que busca redención (ahí entra el bueno de Hugh). El innegable sello Spielberg-Zemeckis (productores) se advierte a la legua, lo mismo que la influencia de la inmortal Rocky. El filme, pensado para entretener, logra su objetivo. “La verdad, disfruto mucho de mi trabajo. Sinceramente. Me pagan por hacer lo que me gusta y eso es mucho. Soy un actor que además ama de manera apasionada el teatro y piensa seguir en ese camino también”, aclara Jackman, que siempre bromea acerca de su posicionamiento como el hombre más deseado del cine: “Cuando gano alguna encuesta de belleza mi mujer me suele decir que debe ser porque no participa Erad Pili, je”, repite riendo cada vez que toca el tema. -Esta vez te tocó hacer de ex boxeador. ¿Te gusta el boxeo?
-¿Gustarme? ¡Lo amo! Fue una de las cosas que más me entusiasmó de este proyecto. Claro que siempre me situé en la mirada del fanático, no del peleador. Así que tuve que aprender algunos movimientos.
REVISTA GENTE