20 Nov Filántropos en debate
Por Randall Lane
FORBES: ¿Las personas con éxito tienen la obligación moral de ser solidarias? ¿Se trata de una decisión emocional (“puedo hacer el”bien”) o de una decisión intelectual (“siento la obligación de hacer el bien”)?
MELINDA GATES: Ambos cuentan, pero no diría que el aspecto emocional se debe a una obligación. La solidaridad debe provenir del corazón. Una de las cosas sorprendentes de la filantropía es salir y hablar con la gente. Así, nos damos cuenta de las similitudes en términos de lo que las personas desean y necesitan. Por eso, para mí es un impulso del corazón que siento y llevo cuando vuelvo a mi casa. Pero también está el aspecto intelectual, que te dice: “Ya me reuní con tal persona o con una familia o un grupo de campesinos, pero ¿cómo llego a decenas de millones?
DAVID RUBENSTEIN: Coincido. Mi teoría es que, en primer lugar, hay que donar dinero porque es un acto egoísta. Nadie que dona dinero dice: “Me siento muy mal, me odio por haber donado ese dinero”. En realidad, te sentís mejor y, cuando te sentís mejor, vivís más porque tu salud emocional será mejor. En segundo lugar, puede que de hecho ayudes. Nunca se sabe. Cuando uno intenta hacer algo bueno, no siempre funciona. Pero a veces sí logras ayudar a los demás. Y ayudar a los demás es un instinto humano natural. En tercer lugar, puede que te ganes el cielo más rápido. Por supuesto que no puedo probarlo, pero ¿para qué arriesgarse? Solo podes hacer tres cosas con el dinero. Podes dárselo a tus hijos, podes dárselo a tu albacea para que lo done o podes donarlo en vida. Es mucho mejor donarlo en vida. ¿Cuánto podes darles a tus hijos sin malcriarlos y arruinarlos para siempre? En general, los que marcaron una diferencia positiva en el mundo son aquellos que ganaron el dinero por sus propios medios.
STEVE CASE: Hay tres maneras de donar. Una es firmar un cheque. Otra es donar tiempo y dedicarte a la causa con pasión. Y la tercera es donar tu reputación, o sea, poner tu red de contactos al servicio de la causa. Al principio, con mi esposa Jean creamos algunos emprendimientos. Donamos bastante. Después comenzamos a invertir en organizaciones como Habitat for Humanity y las Olimpíadas Especiales. Durante siete u ocho años no tuvimos web, lo que resulta extraño si pensamos que todo el dinero provenía de Internet. Pensábamos que sería mejor hacerlo de manera discreta Pero después nos dimos cuenta de que no estábamos usando nuestro recurso más preciado: nuestra capacidad de conectar gente, de crear situaciones de colaboración y de difundir las causas. Esto nos llevó a comprometernos con The GivingPledge.
FORBES: Melinda, vos hablaste de do¬nar a causas que te apasionen. Con Bill han donado muchas cosas, como vacu-nas, que son muy abstractas y relativamente lejanas. ¿Cómo hacen para que a la gente le resulte atractivo esto?
BILL GATES: Lo mejor es fomentar que la gente se acerque y vea las cosas. Si alguien va a África y ve la belleza, y además puede ver lo que les pasa a los niños, que la malaria es horrible, eso le llega. Pasa lo mismo con las escuelas. Si vas a una escuela de una zona pobre y ves algunas de las patologías que pueden desarrollarse, en términos de con-troles de seguridad y de niños que no van mucho a las clases, y después vas a una escuela a algunas pocas cuadras, como una escuela autónoma que tiene otro funcionamiento, y ves el contraste, querés que todos los chicos tengan acceso a lo que ves en la segunda escuela. Y después, hay que tomar un poco de distancia y decir: “¿Qué falla en este sistema? ¿Por qué no puede resolver estos problemas la combinación del mercado con el gobierno? ¿Quién estudia de qué manera se recompensa a los maestros? ¿Quién estudia por qué son buenos? ¿Cuál es el marco institucional que podría modificar esto?”.
WARREN BUFFETT: No estoy seguro de que sea intelectual o emocional, pero cuando nací en 1930 tenía una probabilidad de 40 a 1 de nacer fuera de EE. UU. Nací hombre. Las probabilidades eran aún menores. Quedaron en 80 a 1. No es recomendable apostar en una probabilidad de 80 a 1, pero tuve suerte. Como dice Bill, si hubiera nacido algunos miles de años antes, hubiera servido de almuerzo a algún animal, porque hubiera andado por ahí diciendo: “Soy inversor”. Y el animal hubiera dicho: “Los inversores son la especie más sabrosa”. No corro rápido. Y no trepo a los árboles. Y, de pura suerte, nací en el momento correcto, del género correcto como resultó ser en comparación con mis hermanas que eran tan inteligentes como yo, o más, en el lugar correcto, y en un sistema donde invertir paga muy bien. No me siento culpable. Me siento agradecido. Tengo una pila de acciones en una caja. Llevan 40 años allí. Hace años que no las miro. Podría ir y mirarlas con afecto de vez en cuando, pero no sirven para ninguna otra cosa. No tienen otra utilidad para mí, pero sí la tienen, y mucha, para las personas que mencionan Bill y Melinda.
FORBES: ¿Quién ha tenido algún momento de epifanía respecto de la filantropía a gran escala?
WARREN BUFFETT: Fue hace mucho. Tampoco recuerdo qué almorzamos. [Risas]
MELINDA GATES: Bill y yo habíamos decidido ya, después de comprometernos, que el dinero que provenía de Microsoft regresaría a la sociedad. En nuestro primer viaje a África, en 1993, fuimos a ver los animales y el safari. Estábamos en grupo. El viaje fue increíble. No fuimos a ver la pobreza. Pero en África es inevitable ver a la gente y pensar: “¿Qué pasa acá? Eso fue el comienzo. Como pareja, fue un camino no solo intelectual sino de realización, por lo que aprendimos juntos.
STEVE CASE: Todos nosotros damos porque deseamos lograr un impacto. Deseamos cambiar el mundo. ¿Y cómo se obtiene el impacto máximo, idealmente, con la menor inversión? Se trata de eso, seamos inversores o emprendedores: ¿Cómo se hace para tomar pocos recursos y tener el mayor impacto posible? Buscar maneras de potenciar la inversión y maximizar el impacto no es solo firmar un cheque. Se trata de los resultados, se trata de lo que pasa. Todos aprendimos que es difícil. Requiere de mucho trabajo. Pero si todo lo que uno hace es nada más que firmar un cheque, no sirve.
DAVID RUBENSTEIN: La mayoría de las personas que aparecen FORBES 400 llegaron porque tenían una idea y se ocuparon de ella todo lo que pudieron. Y eso creó una gran riqueza. No les importaba tanto el dinero como esa idea. El mismo principio se aplica a la filantropía. Debe haber una idea de lo que deseas hacer y se debe poner en ella la misma pasión.
concuerdo con Steve. La etimología de la palabra “filantropía”, inventada por los griegos, no tiene nada que ver con donar dinero. Filantropía significa amor por la humanidad, por la gente.
Espero que el movimiento filantrópico, que Warren, Bill y Melinda ayudaron a desarrollar como fenómeno global se vea como algo que va más allá de gente de altos recursos que dona dinero; espero que se vea como gente de altos recursos que dona energía y sus ideas.
FORBES: ¿Hay también una obligación de que se ejerza de manera pública, de demostrar que las personas que tuvieron éxito son solidarias?
STEVE CASE: Para potenciar las acciones al máximo y obtener el máximo efecto de la red, una parte consiste en hacerlo de manera pública. La idea de The Giving Pledge y de un compromiso público puede motivar a otros.
FORBES: ¿Cómo llegaron a la cifra del 50% en The Giving Pledge?
WARREN BUFFETT: Yo dije cero y Bill dijo cien, entonces buscamos un término medio. Salió espontáneamente. Pero creo que la mayoría de las personas que se unieron a The Giving Pledge no donarán sólo el 50%.
MELINDA GATES: Deseo regresar a la idea de lo público y lo privado. Bill ya era muy visible debido a la empresa. Pero para mí, hubiera estado bien hacer todo en forma privada. Al principio pasáramos desapercibidos. Era lindo cuando podíamos ir a distintos países y el gobierno no sabía que estábamos. Pero aprendí que hablar de estas causas es importante. Para reunir a la gente en una causa específica, para reunir gobiernos que donen dinero a causas importantes o para reunir otros filántropos.
WARREN BUFFETT: Se trata de una premisa de The Giving Pledge: Es importante que la gente se manifieste.
BILL GATES: Este tema surgió varias veces en cenas en EE. UU., en China, en India y en otros lugares. Quizás el caso más interesante se dio en Medio Oriente, en Yeda. Había un grupo de gente de altos recursos que enfrentaba la cuestión. Pero una de esas personas mencionó que en el Corán dice que el motivo para hablar de la filantropía propia es fomentar que los demás hagan lo mismo. Y en tal caso, es obligatorio hablar de la filantropía propia. Es una cuestión difícil. ¿Intentas obtener un reconocimiento? ¿O sólo intentas compartir qué funcionó y qué no funcionó? Es fantástico reunir grupos que pueden hablar acerca de lo que hace entretenida la solidaridad y lo que hace que no sea entretenida.
STEVE CASE: Esta cuestión fue un tema importante en la última reunión de The Giving Pledge: ¿Cómo se puede influir más allá de lo que hacemos, especialmente en los gobiernos? Eso te da un impacto aún mayor.
Un impacto importante requiere un esfuerzo personal para intentar crear ese efecto de red.
FORBES: Ustedes se comprometieron con The Giving Pledge: ¿Qué es lo que más los sorprendió al hablar?
WARREN BUFFETT: Creo que tuvimos más éxito del esperado.
BILL GATES: Las personas desean tener una charla abierta y contar qué los hizo donar, y esto inspira a los demás.
WARREN BUFFETT: Estuve con Bill y Melinda en Pekín y Nueva Delhi. Y me resultó sorprendente. Había unas 50 personas en ambas cenas. Tenían las mismas inquietudes. Había perspectivas distintas debido a la cultura y algunas actitudes distintas sobre lo que debía hacer el Estado, ese tipo de cosas. Pero características comunes entre las personas con más de US$ 1.000 millones en Pekín, Nueva Delhi y Nueva York.
MELINDA GATES: Esa generación, la generación que crea riqueza (vemos un gran movimiento en el sector tecnológico de India) está muy motivada para donar dinero e ideas. Hay que asegurarse de llegar a esa primera generación antes de que la riqueza pase a la siguiente, porque a veces la segunda generación piensa: “Tengo que conservar esta riqueza. Me la dieron, y debo transmitirla también”. Pero la primera generación piensa: “La creamos y también es nuestra para donarla”. Es un patrón que vemos en todo el mundo.
WARREN BUFFETT: Pasa también en EE. UU Si heredaron sienten que rompen un pacto si no continúan heredando. Eso no es universal. Pero puedo comprenderlo, pero trato de convencer a la gente para que cambien de perspectiva.
DAVID RUBENSTEIN: Muchos de los que forman parte del 1% tienen miedo de ser identificados como personas con una riqueza enorme, y quizás no desean la publicidad relacionada con el anuncio al donarla. Pero creo esta inquietud no es válida. Gracias a FORBES 400 la gente sabe quiénes son los ricos. Y pienso que los ricos casi seguro donarán porque no hay mucho más que hacer con la fortuna. No podes darles tanto a tus hijos. El mayor impacto de The Giving Pledge será fuera de EE. UU. porque la gente mira aún a ese país como líder. Lo que más me sorprendió es que la gente se acerca y te lo agradece de manera impactante.
STEVE CASE: Lo que hizo Warren fue algo increíble, al donar una cantidad tan importante a la Fundación Gates, sin condiciones ni derechos de mención. Eso inspiró a todos. Un aspecto que inquietó a mucha gente, y entiendo por qué lo hizo, fue que diez años después de tu muerte debe haberse donado todo.
WARREN BUFFETT: Sí.
STEVE CASE: ¿Esto no crea una gran carga, donar tanto dinero tan rápido? ¿Esto te preocupa? ¿Intentas asegurarte de que se mantenga saludable?
BILL GATES: Intentamos que beba Coca-Cola Light en lugar de Coca-Cola común, pero no está funcionando.
WARREN BUFFETT: Coca-Cola Light de cereza.
BILL GATES: Tuvimos mucho tiempo para aprender muchas cosas, no será un problema. Esos dólares tendrán el mismo impacto que las demás cosas que donamos. Pero es fascinante. Nuestro marco temporal es de 20 ó 30 años después de nuestro fallecimiento. Eso sería una perspectiva diferente. Hay otras personas que creen en la perpetuidad. Y eso está muy bien. Hubo algunas fundaciones históricas, como la Rockefeller, que son perpetuas. Y hay algunas que no son tan conocidas y gastan su dinero. Al pensar en esto, tiene sentido contar con un límite finito. No es posible comprometerte con una causa y contar con que las personas de altos ingresos del futuro comprenderán mejor los problemas.
MELINDA GATES: Warren nos influyó mucho en nuestras acciones solidarias. Originalmente, al redactar nuestro testamento, dijimos: “La fundación sobrevivirá 50 años des¬pués del fallecimiento del segundo de nosotros”. Recientemente, lo cambiamos a 25 años. Warren piensa: “No se lo dejes a tus hijos”. Eso nos influyó. Asumí riesgos considerables. Como él dice: “Esforzate por obtener el mayor impacto”. Eso resuena en nuestros oídos, particularmente al hacer algo que requiere agallas.
FORBES: ¿Cómo mantienen el entusiasmo a pesar de las dificultades y los reveses que enfrentan?
WARREN BUFFETT: Si tenes cinco cosas que podrían afectar la vida de millones de personas pero sólo una tiene éxito (y esa es más o menos la probabilidad), no tenes que sentir desánimo por las otras cuatro. Cuando tenes mucho dinero, tenes que hacer las cosas que pueden cambiar muchas vidas. Y tenes que hacer cosas que tienen probabilidades de fracasar. Si son cosas fáciles, que las hagan otros (probablemente ya las hicieron). Eso no es fracaso.
STEVE CASE: También fue necesario un gran esfuerzo para construir las empresas que nos dan la oportunidad de ser solidarios. Hay pocos éxitos que se dan de un día para el otro. Esa persistencia es una destreza importante en todo lo que uno haga. También sabemos que la diferencia entre el éxito y el fracaso a veces es mínima. Permanecer con la idea y perseverar es la diferencia entre el éxito y el fracaso.
FORBES