11 Nov El negocio de la nostalgia
Por María Fernanda Mugica
Los recuerdos del cine pueden ser tan claros o confusos como los de la vida real: un extraño auto gris deja estelas de fuego a su paso y choca contra un granero. Otro: un joven piloto saluda desde su moto a un avión que pasa sobre su cabeza. Uno más: en la penumbra veteada por los pocos rayos de sol que se cuelan a través de una persiana se recorta la silueta de un hombre poderoso que escucha las súplicas de otro para que imparta su justicia. Las imágenes que cada uno guarda de Volver al futuro, Top Gun y El padrino tal vez sean distintas, pero todo el mundo podría estar de acuerdo con que éstas son de esas películas que dejan huellas. Por eso, muchos tienen la costumbre de revisarlas, una y otra vez, cuando las pasan por televisión o en el preciado VHS, DVD, Blu-ray que las transforma, a su vez, en objeto de colección.
Anclada en la nostalgia del público y cabalgando entre el fanatismo y el negocio, se impuso la tendencia de los reestrenos de clásicos del cines. Además de los films ya nombrados, durante este año volvió a las salas locales El rey león (en versión 3D) y para 2012 están planeados los regresos de Jurassic Park, Scarface, Star Wars. Episodio 1 y Titanic, las dos últimas, para ver con anteojitos. “Mucha de la gente que creció con la cultura cinematográfica sabía que El padrino (1972) es un clásico, algo que está en el inconsciente colectivo, pero quizá nunca la vio o lo hizo en DVD”, explica Analía Sánchez, de CDI Films, la distribuidora que devolvió al título de Francis Ford Coppola a la pantalla grande casi 40 años después de su lanzamiento. Con unas 18.000 entradas vendidas en 33 salas digitales, en el primer fin de semana de exhibición se ganó un lugar en el preciado top ten de las más vistas. “Una excelente cifra, si se tiene en cuenta que en la mayoría de los casos tuvo una o dos pasadas, generalmente a las 22, 23 o en trasnoche”, observaron en el sitio especializado otroscines.com. “Fue una buena oportunidad para que vuelva el público a las salas -insiste Sánchez-: así como no es lo mismo ver cualquier película en cine que en TV, DVD o Internet, confiamos en que muchos que ya la vieron por esos medios quieran revivirla en cines de calidad”.
La apuesta de CDI, que también prevé reestrenar Scarface (1983), de Brian De Palma, en febrero próximo, tiene mucho que ver con el exitoso y pionero experimento que resultó el reestreno local de Volver al futuro (1985), un film ideal como objeto nostálgico. Con motivo de su 25º aniversario, la película protagonizada por Michael J. Fox había regresado a lo grande en 2010 en los Estados Unidos y en Inglaterra, donde fue una de las diez películas más vistas en el fin de semana de arranque y recaudó 1.464.772 dólares, en sólo diez días. Cuando la distribuidora que tiene los derechos de Universal para la Argentina decidió no estrenarla, sir Chandler, creador del sitio web cinesargentinos.com y fanático del film de Robert Zemeckis, decidió probar suerte. Estaba el antecedente de México, que la había reestrenado gracias a los fans. Entonces Chandler negoció los derechos para traerla en formato digital y proyectarla en cines.
“La idea inicial era que esté en 10 o 15 salas -explica Chandler-. En su primera semana se vio en unas 48 salas y finalmente tuvo un recorrido de 60 en todo el país. Fueron casi 60.000 personas en las cinco semanas que estuvo en cartel. Un número sorprendente para una película con 25 años de antigüedad. La recaudación pasó el millón de pesos, por lo que los cines quedaron contentos y Universal dejó las puertas abiertas para nuevos proyectos.”
Entonces se abrió la puerta para Top Gun (1986), de Tony Scott. La ruta fue casi la misma: el film de acción que consagró a Tom Cruise se había reestrenado en los Estados Unidos con motivo de su 25º aniversario y desembarcó en septiembre último en la Argentina. Con una asistencia de 6500 espectadores, la apuesta cumplió con las expectativas de Chandler. “Anduvo bien y permite seguir trayendo cosas”, se entusiasma el ahora distribuidor, que ya baraja Jurassic Park (1993), de Steven Spielberg, posiblemente para marzo de 2012.
Con la chance de ver estas películas en Blu-ray, con imagen y sonido impecables, o bajarlas de Internet, vale preguntarse a quién podría interesarle ir al cine. Parte de la atracción tiene que ver con que la situación comunitaria y de inmersión total de la sala permite no sólo ver al film de otra manera sino que, además, los espectadores de cierta edad pueden revivir la experiencia de la primera vez. “Volver al futuro estuvo hasta en El Trece en su semana de reestreno e igual siguió agotando funciones -dice Chandler-. La gente quería tener esa experiencia en los cines. Algunos para revivir lo que habían experimentado 25 años atrás y otros para hacerlo por primera vez.”
La experiencia es lo que vale
La mayoría de los films que se inscriben en esta tendencia son de la década de los 80 o fines de los 70, aunque los próximos reestrenos se irán acercando más a los 90. En todo caso, se trata de películas con las que crecieron quienes hoy tienen entre 30 y 40 y tantos años, una porción demográfica importante en lo que a consumo se refiere. A estos espectadores se les suman aquellos más jóvenes que no llegaron a verlas en el cine, pero para quienes también fueron parte de su formación cultural.
Dispuesto a capitalizar la nostalgia, Hollywood no sólo tiene en sus planes varios reestrenos convertidos a 3D, sino que también apuesta, cada vez más, a otro modo de reflotar el pasado y ganar unos dólares: las remakes. Tras el éxito de Karate Kid y Furia de Titanes, que recaudaron más de 300 millones de dólares cada una, este año se estrenaron las nuevas versiones de Conan, el bárbaro y Footlose (que llegará dentro de pocos días a la Argentina), mientras espera su turno la remozada Dirty Dancing, entre otras.
Más allá de los reestrenos y de las remakes, hay realizadores que encuentran una forma personal y original de ofrecer una mirada nostálgica, con historias nuevas, pero que remiten, desde lo narrativo y lo estético, a films de otras décadas. La excelente Super 8, producida por Steven Spielberg y dirigida por J. J. Abrams (Lost), es uno de los mejores ejemplos de esta invitación a que los espectadores se reencuentren con su pasado -personal como cinematográfico- en la oscuridad del cine.
De vuelta en 3D
Los reestrenos de Volver al futuro, Top Gun, El padrino y El rey león en 3D son el aperitivo para un 2012 que traerá varios reestrenos que fueron un éxito. Si bien Scarface, el clásico de Brian De Palma, protagonizado por Al Pacino y Michelle Pfeiffer, y Jurassic Park, llegarán en copia digital 2D, otros títulos fueron convertidos a 3D. Con esta posibilidad técnica, Hollywood busca la forma de capitalizar la fama de ciertas películas, agregándoles la tercera dimensión para convencer a los espectadores de pagar una entrada de cine.
Tras la experiencia de Avatar, James Cameron se abocó a convertir Titanic a 3D, para relanzarla el año próximo. Cuando se estrenó en 1997, la historia protagonizada por Leonardo Di Caprio y Kate Winslet fue un boom; con más de 1800 millones de dólares de recaudación mundial, se convirtió en un clásico instantáneo.
George Lucas, otro director y productor tan taquillero y pionero en tecnología como Cameron, también planeó una nueva vida con anteojitos para su saga Star Wars. En 2012 se espera el reestreno de Episodio 1- La amenaza fantasma, de 1999. La idea de Lucas es estrenar cada una de las seis partes de la serie, en 3D, por año.
LA NACION