Celos y amenazas: cómo cayó Petraeus

Celos y amenazas: cómo cayó Petraeus

Amantes, celos, amenazas y espionaje. La caída del idolatrado militar y héroe de guerra David Petraeus suma cada día nuevos elementos que parecen salidos de un thriller político.
Ayer salieron a la luz nuevos datos sobre el escándalo que rodea a su renuncia como jefe de la CIA, tras admitir el viernes que mantuvo una relación extramatrimonial. La prensa norteamericana reveló que los mensajes amenazantes que envió su supuesta amante, la biógrafa Paula Broadwell, a una segunda mujer habrían sido el detonante de su caída en desgracia.
Según se supo ayer, el caso que provocó la renuncia de Petraeus quedó al descubierto por varios correos electrónicos de “acoso” enviados por Broadwell a Jill Kelley, de 37 años, que vive en Tampa y trabaja para el Departamento de Estado. La destinataria de esos mensajes se asustó tanto que, según informaron diarios norteamericanos, recurrió al FBI por protección y para localizar al remitente.
“Sé lo que hiciste”; “retrocedé” y “alejate de mi hombre” fueron algunos de los mensajes que recibió la segunda mujer misteriosa de parte de Broadwell, de 40 años -20 menos que Petraeus- y madre de dos hijos, según reveló The New York Post.
Fue así como el FBI comenzó a investigar las amenazas, hasta toparse con Broadwell y con unos mensajes de naturaleza explícitamente sexual entre ella y Petraeus, que revelaron claramente la relación extraconyugal entre ambos.
Durante los tres años que tardó en escribir la biografía de Petraeus, Broadwell lo visitó seis veces en Afganistán y tras presentar el libro dijo que el militar era su “mentor”.
De acuerdo con The Washington Post, la segunda mujer no trabajaba para la CIA y su relación con el héroe de la guerra de Irak no es del todo clara. Pero Broadwell la percibía como una amenaza para su relación con Petraeus.
En tanto, la cadena ABC reveló que Petraeus les dijo a sus amigos que su relación con Petraeus empezó después de que él dejara el ejército, en agosto de2011.
Algunas personas allegadas al general “habían sospechado que los sentimientos de Broadwell hacia él habían cruzado la línea profesional”, dijo la cadena, que informó que aparentemente fue Petraeus quien puso fin a la relación. Esas personas, continuó la ABC, consideraron que Broadwell “causaba vergüenza y se mostraba demasiado melosa” al hablar de Petraeus.
El escándalo que involucra a Petraeus no se cierra sólo sobre su círculo íntimo. Las repercusiones políticas que podría llegar a tener el caso son impredecibles, porque la renuncia sucedió poco después de la reelección de Barack Obama y cuando Petraeus debería comparecer sobre un supuesto fallo de la CIA para proteger al consulado norteamericano en Benghazi, blanco de un atentado en septiembre en el que murió el embajador Chris Stevens.
La presión sobre el ex jefe de la CIA sigue en aumento. Los republicanos demandan que el FBI explique los pormenores de la investigación que condujo a examinar la computadora del militar en busca de infracciones de seguridad en la CIA, lo que destapó el escándalo.
No obstante, lo que quieren conocer es si la seguridad nacional se vio comprometida en algún momento. “La investigación del FBI aún está en curso; no quiero hablar de ello, sólo quiero decir que hay muchas cosas a tener en cuenta”, dijo ayer la presidenta del Comité de Inteligencia del Senado, la demócrata Dianne Feinstein, que negó que hubiera habido una violación de la seguridad nacional.
Por su parte, el republicano Peter King, alto responsable de la Comisión de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes y uno de los más férreos críticos de la administración Obama, afirmó que el FBI debe explicar con detalle el origen de la investigación.
“Me pregunto cómo estos correos fueron recibidos por el FBI, cuánto tiempo ha llevado esta investigación en la que está implicado Petraeus. El FBI debería haber hablado con el presidente, pues parece que se dio cuenta el día de la elección que el general estaba implicado”, dijo ayer a la cadena CNN.
Precisamente, ése es otro de los cabos sueltos que faltan atar en esta historia: si el asunto se supo antes o después de las elecciones, ya que el efecto de la noticia podría haber influido de forma diferente sobre los comicios.
La Casa Blanca informó que Petraeus habló por teléfono el miércoles pasado con el consejero de Seguridad Nacional, Thomas Donilon, para pedirle una cita con Obama y exponerle su situación. El jueves, el presidente recibió al entonces director de la CIA, que le entregó su carta de renuncia. Pero Obama la aceptó recién el viernes, que fue cuando el caso se hizo público.
Desde ese momento, Petraeus fue reemplazado por Mike Morrell, que hizo varias veces de director interino de la CIA.
LA NACION