Lecciones de amor y calma

Lecciones de amor y calma

Por Christine-Marie Andrieu
Muchas personas no saben meditar, entrar en sí, lidiar con el estrés. Los swami son guías espirituales que ayudan a las personas con ese tipo de cosas.” Así lo explica durante su visita al país Swami Paramtej, de El Arte de Vivir, la fundación internacional dedicada a reducir la violencia y el estrés en la sociedad. “También ayudamos a la gente a profundizar primero en sí misma, para que luego pueda ayudar a los demás. Primero se debe cuidar de sí mismo. Porque si uno no está bien necesita que otro lo cuide. El primer paso es estar bien uno, el segundo es ayudar a los demás.”

Mantenimiento. “No es posible no tener pensamientos ni emociones negativos: surgen en la interacción con los demás. Uno no está sentado en medio del Himalaya o en una cueva lejos de todo. Uno está conociendo tantos tipos diferentes de personas y lidiando con distintas situaciones: todo esto lo afectará. Es como decir ¿puedo salir a la calle sin ensuciarme? Bueno, no. Pero se debería saber cómo limpiarse, cómo tomar una ducha”, explica el swami. Por otro lado, “los pensamientos y las emociones se descontrolan, como sucede con cualquier cosa que no se cuida. Sabemos cómo empezar a pensar, pero no sabemos parar: aunque queramos, los pensamientos no se detienen. Para eso se necesita ayuda, habilidades, herramientas. Es lo que nosotros hacemos”.

Diversión ilimitada. En esta visita a la Argentina, el swami se tiró en paracaídas. “Quise hacer algo diferente. Me gustan las aventuras. Había hecho bungee jumping y parapente. Esto era algo que nunca había hecho y quería ver qué se siente ser como un pájaro. Mientras uno cae no hay tiempo de pensar en nada. Cuando se abre el paracaídas se comienza a disfrutar, mirar alrededor y sentir la paz. Fue una linda experiencia, divertida. La diversión es muy importante. ¿Qué haría uno sin diversión? A nadie le gusta estar serio. Enamorarse, disfrutar., ¿significan qué? ¡Pasarla bien, divertirse! Y la espiritualidad se trata de diversión ilimitada. Lo que hacemos es quitar el estrés y todo lo que restrinja. Entonces la vida se llena de amor, de dicha y diversión. Yo no desaprovecho ninguna oportunidad para divertirme. Mañana haré esquí acuático.”

La experiencia del amor. “Deseamos sólo lo que no tenemos. Sabemos que el amor es lo que realmente importa. Pero, ¿qué hemos hecho para ganarlo, para nutrirlo? Sin amor nadie querría vivir, entonces tiene sentido pensar estas cosas. Lamentablemente las personas quieren amor, pero no saben cómo obtenerlo, entonces buscan afuera: en puestos laborales, en relaciones, en objetos. No saben que el amor es una experiencia interior. Al rato en que uno empieza a prestar atención a eso, todo cambia. Las circunstancias y los objetos externos no importan. Uno ya no exige amor ni vas corriendo detrás de la gente para obtenerlo, sino que comienza a dar amor.” ¿Y cómo conectar con el amor que tenemos adentro? Con algunos minutos diarios de respiración y meditación.

Tomar conciencia. “Debemos cuidarnos. La mente, el cuerpo, la alimentación…, todo juega un papel fundamental. Al meditar, la conciencia se torna más y más aguda. Uno empieza a darse cuenta de lo que está comiendo y los efectos que tiene. Hay ciertas comidas que causan aletargamiento. Lo mismo pasa cuando decimos algo a alguien: no sabemos el efecto que nuestras palabras tuvieron en su mente. Pero cuando somos conscientes, somos conscientes de lo que estamos hablando y de cómo afectará la mente de otro. Esto nos ayuda a salvar tantos vínculos.”
LA NACION