20 Oct Emirates apunta al polo como negocio
Por Francisco Olivera
Pocos días antes de inaugurar el vuelo Dubai-Buenos Aires, con escala en Río de Janeiro, la aerolínea Emirates se plantea tiempos cortos para hacerla rentable. “Seis meses”, ha dicho su presidente, el británico Tim Clark. En el mediano plazo, en cambio, los objetivos son menos obvios. Fernando Joselevich, líder de la filial argentina, revela que sueña con explotar, más adelante, el traslado de caballos de polo, para lo que necesitará una aeronave 100% de carga. Emirates es una de las líneas aéreas más grandes del mundo. Acaba de cerrar la compra más importante en la historia de la aviación: 18.000 millones de dólares para la adquisición de 50 Boeing 777-300. Justamente la aeronave con que hace la ruta hacia aquí. Joselevich agrega que el primer vuelo fue completo y con público heterogéneo: Dubai es punto de conexión con Asia y Europa al mismo tiempo. “Vemos gente que va de vacaciones, o de luna de miel, y se queda algunos días en Dubai por curiosidad. También varios polistas”. Ese último aspecto, apuntalado en la certeza de que la carga es un negocio importante para Emirates, abona su idea de aprovechar el mercado equino. “El polo es un punto muy atractivo”, sostiene. Pero será tal vez una segunda etapa. Por lo pronto, Clark le puso plazos al éxito de la nueva ruta. “A San Pablo volamos desde septiembre de 2007 y a los 6 meses ya daba ganancias. Las expectativas para Buenos Aires son similares. No nos gusta esperar 3 años; queremos el dinero lo antes posible”, dijo en el Dubai Air Show, en esa ciudad, al que la empresa invitó a medios argentinos y brasileños, entre ellos LA NACION. Clark cree que América del Sur le reportará viajeros interesados no sólo en los Emiratos Arabes, sino en otros destinos. “Hicimos relevamientos y vemos que la demanda argentina será no sólo del país a Dubai, sino a los principales puntos de nuestra red. Pensamos en japoneses, brasileños, y en expandir la oferta a India, a Paquistán”. Además, está convencido de que, en un negocio de riesgo como el de la aviación, una situación macroeconómica crítica no tiene por qué coincidir con una demanda menor. “Ante una crisis, hay gente que lo último que ajusta son las vacaciones.” LA NACION