01 Sep Victoria, hasta allí siempre
Por Rolly Villani
La historia de Victoria, la ciudad ubicada sobre el delta del Paraná, en el sudoeste de la provincia de Entre Ríos, se divide en antes y después del puente de 60 kilómetros que la vincula con Rosario, en la provincia de Santa Fe. Antes de que se habilitara esa vía, en 2003, Victoria tenía escaso movi¬miento turístico. Pero desde entonces se convirtió en salida de fin de semana para muchos rosarinos y también en un lugar de tránsito de la conexión más directa entre San Pablo (Brasil) y Santiago (Chi¬le). Cruzar el puente puede llevar cerca de una hora y es una maravilla para la vista y las emociones. Desde lo alto se pueden apreciar el paisaje de las islas y el caudaloso río Paraná. Y tiene su en¬canto ir adivinando desde lejos a esta ciudad de 30.000 habitantes.
La ciudad y sus playas
Victoria está situada sobre el riacho Victoria al oeste y rodeada por el arroyo El Ceibo.
Por la topografía del suelo entrerriano, la ciudad presenta un paisaje ondulado de notable relevancia. Las famosas cuchillas tienen en esta zona una dimensión mayor que en otras. Y como en buena parte de las ciudades entrerrianas, la arquitectura de su casco céntrico es de origen colonial español y su conservación es tal que se puede ver aún el diseño de las leyes de In¬dias: un cuadrado encerrado entre cuatro bulevares, a partir de los cuales comienza la zona de chacras.
En el centro está la plaza principal, llamada San Martín, y en sus alrededo¬res, los edificios emblemáticos, como la iglesia, la Policía, la Municipalidad y el Banco de Entre Ríos. Más lejos, la avenida costanera Dr. Pedro Radio, el puerto y la avenida Centenario ofrecen un paseo des-contracturante y bello.
Para los amantes de la playa de río, Victoria ofrece una amplia gama de ofertas, empezando por el Balneario Municipal que corre a la par de la cos¬tanera, sobre el riacho Victoria. Durante la temporada de verano ofrece gratuita¬mente una infraestructura completa de sanitarios, vestuarios, mesas y bancos, cantina, juegos de recreación y parrillas individuales (atención, los entrerrianos llaman churrasqueras a las parrillas). A sólo 1.000 metros de allí se encuentra el Camping Municipal, con las prestaciones imprescindibles para la estadía: sanita¬rios, proveeduría y restaurante.
Hay otra opción en manos privadas, el balneario Camalote, que ofrece un mante¬nimiento intenso tanto de la arena como de los servicios. En el predio se puede par¬ticipar de torneos en diferentes discipli¬nas, eventos de recreación y actividades aeróbicas con profesores de educación física. Cuenta con paradores internos y un drugstore abierto las 24 horas. Queda en la avenida costanera y la prolongación de la calle Laprida. Y por último, en dominios del Club de Pescadores Victoria, entre el Balneario Municipal y el puerto, La Playita es de acceso libre (hay que pagar un bono muy accesible) y ofrece a socios, lu¬gareños y turistas sus parrillas, quinchos, cantina, juegos de playa, guardería de niños, estacionamiento, guardavidas y sanitarios con duchas. Entre sus propuestas recreativas se destacan paseos en lanchas y veleros, alquiler de piraguas y kayaks, y cancha de fútbol 5 con iluminación y césped natural. El acceso es por la avenida costanera y Congreso.
Pesca y carnaval en Victoria
La ciudad tiene varios puntos de pesca, como la denominada isla del Pillo, decla¬rada reserva para la pesca deportiva. En Laguna del Pescado y sus bocas hay una reserva de pesca intangible. Como en la mayor parte de la provincia, la especie más abundante -y más buscada- es el sábalo, pero en las aguas de Victoria hay también otras especies, como armados, bagres, bogas, dorados, mandubíes, moncholos, palometas, pejerreyes y el siempre buscado surubí.
Victoria es parte del Delta Medio que llega hasta las islas de Ibicuy, un departamento vecino que aporta a los visitantes una superficie de 370.000 hectáreas y el inmenso delta virgen, aunque para llegar allí es altamente recomendable negociar en el puerto y alquilar una lancha con un guía de pesca. Pese a que la pesca industrial en el Delta viene castigando este recurso, la combinación de infraestructura turística con estos destinos fluviales constituye la alternativa más completa de la región para los amantes de la pesca deportiva.
Pese al prestigio y la relevancia internacional de los carnavales de Gualeguaychú -también entrerrianos, pero del otro lado, sobre la margen del río Uruguay-, Victoria es Capital Provincial del Carnaval de Entre Ríos desde 1970. ¿La diferencia? El carnaval de Victoria no es un espectáculo para ver sino para bailar, dicen los que participaron. Satanú do Samba, Batucada de Moreyra, Mimará y Batuque, entre otras agrupaciones, le brindan color, mascaritas, disfrazados y cientos de caras sonrientes a la postal del evento más particular, atractivo y convocante de la ciudad. Carrozas alegóricas con abundancia de formas y colores, humorísticas, algunas prolijamente diseñadas y otras bastante improvisadas, y un público bullicioso y animado configuran la identidad de un carnaval que no busca parecerse al de Rio de Janeiro. Noche a noche, al-rededor de 10.000 personas asisten a esa fiesta. Una celebración que por su espíritu popular conserva su entrada a precios accesibles permitiendo el disfrute placentero y seguro de la familia lugareña, el visitante casual y el turista cautivado por la propuesta.