El boom del video club online

El boom del video club online

Por María Eugenia Pintos
Que el público ahora ve películas por la web no es novedad. Sí, en cambio, que ya puede pagar a cambio de ese servicio y exigir calidad como cliente. El desembarco en la Argentina del gigante del alquiler de películas y series online, Netflix, promete sacudir la oferta de cine domiciliario. No se trata de cualquier jugador, sino de uno de los servicios de suscripción a filmes y series por Internet más importantes del mundo. A cambio de un abono mensual de 39 pesos, el cliente puede acceder a los contenidos de cine y TV a través de una computadora u otros dispositivos conectados a Internet. Las películas no se descargan, sino que se miran en streaming.
La noticia, por lo tanto, es importante para el mercado de la exhibición y distribución, porque añade una alternativa más que competirá con la TV por cable, la descarga online y el streaming, el cine, la piratería y los videoclubes. Lo que resta por ver, ahora, es si el servicio funcionará a nivel masivo como en otros países teniendo en cuenta que el ancho de banda promedio en la Argentina es menor.
Como promoción de lanzamiento, Netflix ofrece en el país -lo mismo está haciendo en Brasil- un mes de suscripción sin cargo. Luego, el servicio se podrá pagar sólo por Internet y con una tarjeta de crédito internacional. Sobre los contenidos locales que estarán disponibles, trascendió que la empresa ya firmó un acuerdo con Telefé Internacional para formar parte del catálogo. Entre los competidores más directos, aparece el sitio Cuevana, que es gratis, aunque sin prestar atención a los derechos de autor, facilita la reproducción de series y filmes.
Creado por Reed Hastings en 1997 como un delivery de DVD, Netflix tiene 25 millones de usuarios en Estados Unidos y Canadá, 800 empleados en sus dos oficinas del Silicon Valley (California) y un plan de expansión que empezó hace pocos días en América Latina. Durante la presentación del servicio en Buenos Aires, Jonathan Friedland, vicepresidente de Comunicaciones Corporativas globales de la compañía, reconoció que “el mercado del videostreaming es bastante virgen pero con algunos jugadores”, como Telefónica (On Video) y también la tevé por cable. “Tenemos una estrategia de aquí a cuatro años. Éste es un mercado bebé todavía; entonces vamos a ver muchos cambios, inclusive quién es la competencia. Pensamos duplicar los contenidos antes de fin de año”, amplía.
Entre los servicios que piensan lanzar, en América Latina habrá una pantalla dedicada a los niños menores de 12 años, un lugar donde pueden buscar sus programas, presentados de la manera que ellos lo quieren ver y confiable para los padres. Friedland ofrece más detalles: “Ése es el tipo de mejoramiento del servicio que intentamos. El 60 por ciento de nuestros contenidos se ve a través de consolas de juegos. Queremos que a la gente le guste el servicio, que lo use y nos dé pistas para mejorarlo. No establecemos ningún contrato con el usuario; no es como una empresa de telefonía. Lo puede probar por un mes; si le gusta lo toma tres meses y así. Intentamos hacer un servicio amigable, fácil. Hoy, la manera en que la gente ve televisión está cambiando y nosotros venimos a ofrecer un servicio que es parte de ese cambio: que la gente pueda obtener lo que quiere cuando quiera, por un precio, por supuesto”.
En contrapartida, al no tener estrenos de cine con el nuevo servicio, el usuario cuenta con la ventaja de elegir y ver la película que desee y que esté disponible dentro del catálogo de Netflix, sin ningún tipo de cortes comerciales. Para registrarse en el servicio sólo basta llenar las casillas requeridas (mail y tarjeta de crédito) en la página principal (www.netflix.com). Al aceptar la membresía, se accede directamente al mes de prueba gratis.

Menú muy variado
Está claro que el negocio tradicional de películas se ha diversificado. Blockbuster, la cadena de alquiler de DVD que le pagaba anualmente a los estudios centenares de millones de dólares por sus películas, es una de las compañías que más recientemente sufrió en carne propia y que tuvo serias dificultades para adaptarse al cambio tecnológico y a la aparición de los abonos en los que se paga una tarifa fija al mes por todos los DVD que uno quiera.
A su vez, Walmart, la mayor cadena de venta minorista del mundo, es otro jugador que se sumó a la carrera que encaró Netflix: anunció que ofrecerá, en Estados Unidos, películas en streaming el mismo día que salgan a la venta en DVD, a través de su plataforma de películas online Vudu. Los usuarios podrán acceder a esa plataforma de video, donde encontrarán una biblioteca de más de 20.000 títulos para ver en streaming o descargar en un reproductor compatible. Walmart, que hace un año y medio compró Vudu, intenta competir -de esta manera- con Netflix y iTunes, hasta ahora los soportes más populares para ver películas y series en Internet. Por el momento, los precios del nuevo servicio estarán desde los 0,99 dólares por el alquiler de un filme, y a partir de 4,99 dólares por la compra.
Amazon, por su parte, también lanzó un servicio de películas en la web para competir en forma directa con Netflix. Para ello, lanzó su propio servicio que ofrecerá acceso online a 5.000 filmes y programas de televisión. Esta nueva oferta formará parte de Amazon Prime, el servicio premium de la firma minorista que les da a los clientes la posibilidad de recibir envíos ilimitados por una tarifa anual de 79 dólares. Si bien Amazon Prime será un servicio más pequeño que Netflix, cuenta con una mayor cantidad de películas y programas de TV disponibles hasta el momento. Para competir con Netflix, Amazon adquirió recientemente Lovefilm, el servicio británico de distribución de DVD por suscripción.
En definitiva, el debut de Netflix trae desafíos que no fueron vistos en los mercados base, Estados Unidos y Canadá: en América Latina, las velocidades de descarga de datos son menores. Además, la piratería de películas es de las más extendidas del planeta y la marca Netflix -con sede en California- no es demasiado conocida en esta región. En cada país, se ofrecerá tanto contenido extranjero como local, con algunos títulos doblados al portugués, español o inglés. Asimismo, los usuarios podrán optar por ver las películas o series con subtítulos. Habrá que ver si la gente cambia rotundamente el living de la casa por la pantalla grande del cine. El tiempo lo dirá.
REVISTA DEBATE