16 Sep Abren un refugio para dormir entre las nubes
Es un fin del mundo posible: un paraíso poco transitado, enclavado en un valle de contornos inciertos, que a menudo “choca” con el cielo. La imagen es literal. Justamente, por esa razón, el lugar se conoce como el “Paso de las nubes”.
Para alcanzarlo habrá que dejar la ciudad de Bariloche temprano por la mañana y llegar en vehículo hasta Pampa Linda, otro punto de encanto en el Parque Nacional Nahuel Huapi: el campo base del cerro Tronador. Lo que sigue es más rústico todavía: armar una mochila, cargar agua para la travesía, atarse los cordones y salir a caminar. El sendero cruza primero el río Alerce y luego se pierde por un bosque andino tupido, cuya vegetación se achata a medida que se gana altura. Seguimos. Se atraviesa un campo de mallines de barro movedizo, donde resultará inevitable mojarse los pies, y se encara finalmente, ya sin respiro, un tirabuzón que zigzaguea hasta destino.
Arribar al Paso de las nubes, un trayecto que requiere de entre dos y cuatro horas según el estado físico del caminante, fue durante muchos años un momento tan sublime como breve. Se tomaban algunas fotografías, se venía la noche y, sin tiempo, había que seguir camino hasta la zona del ventisquero Frías porque en el lugar no había nada. Pero el sábado quedará formalmente inaugurado el refugio de montaña más moderno del país en ese mismo sitio, lo que implica el comienzo de otra historia.
Se trata de un proyecto del Club Andino Bariloche que esperaba un mecenas desde 1941. El millón de dólares que requirió su construcción fue donado íntegramente por la Fundación Hermanos Agustín y Enrique Rocca, hijos del ex titular de Techint y montañista fallecido en un accidente aéreo en la Patagonia, Agostino Rocca. Llevará su nombre.
Su construcción demandó 250 vuelos en helicóptero en los que fueron transportadas 200 toneladas de material. “Se siguieron nuevas pautas internacionales de seguridad y cuidado del medio ambiente”, explica Maxi Alvarez, arquitecto y director de la obra. “Buscamos que fuera una estructura de acero galvanizado para soportar las inclemencias del clima, con revestimiento de chapa prepintada y placas de madera interior. La idea era hacer un edificio más eficiente”, agrega.
El refugio será abastecido de energía hidroeléctrica por una turbina ubicada en un cauce de agua a 500 metros. Contará con un sistema especial de tratamiento de residuos cloacales conocido como evapotranspiración, que evita el uso de cámaras sépticas y reduce los residuos en un 95 por ciento. Para Ramón Chiocconi, presidente del Club Andino Bariloche, no hay dudas. “Se trata del refugio más moderno del país”, asegura fascinado con lo que se viene. Se viene la apertura este sábado y luego la concesión para su explotación comercial. El “Rocca”, con capacidad para que 80 personas pueden pernoctar allí, funcionará de noviembre a abril. Otro imán para Bariloche, que viene golpeada por la lluvia de ceniza volcánica, y una nueva tentación para los amantes de la montaña.
CLARIN