Mensajes sanmartinianos para ejecutivos

Mensajes sanmartinianos para ejecutivos

Por Silvia Stang
Hay monturas de cuero en lugar de las cómodas sillas de los salones de hotel. Hay estrellas y luna llena en vez de las lámparas lujosas de un centro de convenciones. Los seminarios sobre estrategias del líder empresario organizados por la consultora Orion son poco convencionales. Y la razón es fuerte: el fundador de esta compañía con sede en Rosario dedicada a dar servicios a aseguradoras, considera como líder digno de mirar e imitar al general José de San Martín. Por eso la actividad de capacitación dirigida a empleados propios y ejecutivos de empresas clientes se hace mientras se cabalga tres días por los Andes.
“San Martín hizo en su vida una conjunción fantástica entre el pensar y el hacer; muchos se quedan en la idea y en el diagnóstico, pero él avanzó y concretó, aun cuando su idea era construir un ejército en medio de la nada, del desierto, porque eso era Cuyo”, relata Víctor Hugo Rodríguez, que se convirtió en un hombre de negocios un año después de su participación en la Guerra de Malvinas, de la que también tomó lecciones -además de colaboradores- para la empresa.
Los valores del prócer que se rescatan son aquellos “principios rectores que no se modifican, porque son trascendentes”, como la ética, el honor, la conducta, la rectitud, el ser justo y el compromiso.
Rodríguez rescata, como concepto fundamental, que el liderazgo fue asumido por San Martín de manera firme, clara y sin delegaciones. Pero no por una cuestión de demostrar quién mandaba -contra esa idea, se recuerda que renunció al poder, al dinero y la gloria-, sino para asumirse como único responsable de las decisiones y sus consecuencias.
El concepto de la responsabilidad, dicen los oradores del seminario -del que participó La Nacion-, surge de la propia convicción sobre lo que se está planeando. Y esa convicción es, a su vez, el arma para lograr el alineamiento de los colaboradores: otra de las lecciones para quienes tienen cargos en las corporaciones y gestionan un equipo. “El conocía como nadie a cada uno de sus hombres y les asignaba misiones según sus capacidades”, comenta Rodríguez, que preside la Asociación Sanmartiniana Cuna de la Bandera, de Rosario, una entidad que organizó 15 cruces de los Andes a lomo de caballo o mula.
El cuidado por las relaciones humanas y hasta por las emociones es otro rasgo que surge de la figura del general, del que esta semana se cumplen 162 años de su muerte. “Cuando sus asesores le dijeron en Chile que diera a conocer las cartas que había encontrado entre los chilenos y los generales españoles para descubrirlos, él decidió leerlas personalmente y solo, debajo de un árbol, para expresar después: «No es bueno el resentimiento y el enfrentamiento entre los hombres de una comunidad»”, narra Rodríguez.

Grandes desafíos
“Lo que no me deja dormir es, no la oposición que puedan hacerme los enemigos, sino el atravesar estos inmensos montes”, expresó San Martín en una de sus cartas, en referencia al cruce de la Cordillera. Como se sabe, no fue un desafío en una única complicada geografía, sino en varias: como estrategia de despiste, el paso se hizo por seis diferentes puntos y eso convierte la hazaña en una lección sobre planeamiento, organización, control y conducción. Además, hace valorar la capacidad de guardar secretos: siempre hay alguna parte del plan que en algún momento sólo el líder conoce.
Rodríguez aclara que en Orion hay un constante interés por conocer nueva información que va surgiendo sobre temas de conducción empresaria. En los seminarios de verano en los Andes, de hecho, las enseñanzas sanmartinianas se van entremezclando con las de otros líderes de ayer y de hoy.
El surgimiento de la consultora de servicios para aseguradoras tuvo que ver con un pensamiento estratégico: “Vi que las compañías de seguros trabajaban de 8 a 15, mientras que afuera los estudios de abogados, la policía, el asegurado, el tercero, el hospital, todos tenían absoluta libertad de acción todo el tiempo; a las compañías la información sobre un siniestro les llegaba días después”. Rodríguez relacionó esa carencia con la falta de información que hubo en la primera línea durante la Guerra de Malvinas. Y buscó actuar de manera diferente.
Orion se dedica a ofrecer servicios de gestión de siniestros, análisis de culpabilidad, investigación contra el fraude y negociación con terceros. Tiene 250 empleados, que trabajan en una red de 60 bases en el país. Y uno de los logros que destacan es que el 95% de las negociaciones encaradas termina en acuerdos.
No son justamente las batallas lo que se rescata para proponer a los directivos empresarios que pongan su mirada en San Martín. No son los enfrentamientos, sino la capacidad de organización del equipo y, en todo caso, del encuentro con el otro para lograr las metas. Desde esa visión, dice Rodríguez, el prócer sentenció que “la biblioteca destinada a la educación universal es más poderosa que nuestro ejército”.
LA NACION