Una excursión tras los pasos de los heroicos gauchos de Güemes

Una excursión tras los pasos de los heroicos gauchos de Güemes

Por Claudio Gómez
El héroe gaucho olvidado por la historia argentina”. Así describen los salteños a su prócer local: Martín Miguel de Güemes . Es que, según explican, este general fue clave durante la guerra de la independencia, siendo apoyo del Ejército Nacional comandado por José de San Martín y frenando desde el norte el ingreso al país de las tropas realistas españolas.
Nacido el 8 de febrero de 1785 en el seno de una familia acaudalada, Güemes dejó joven su Salta natal para viajar a Buenos Aires y formar parte de la Reconquista de Buenos Aires y de la defensa de la Ciudad. Allí protagonizó un hecho insólito y prácticamente inédito en el mundo: aprovechando la bajada en el Río de la Plata, encabezó un grupo de apenas veinte gauchos y tomó, a caballo, el buque de guerra inglés Justine, que había quedado encallado.
Pero la mayor parte de su historia se centra en la capital salteña , donde los recuerdos y homenajes se hacen presentes en cada uno de sus extremos. De hecho, es tanta la fusión con Güemes, que será difícil recorrer la ciudad sin invocar las proezas del héroe gaucho. En las afueras, disperso en las sierras bajas del Valle de Lerma , se ubica el denominado “ Circuito Güemesiano ”, un paseo corto de sólo medio día pero que alcanza para conocer vida, obra y muerte de este militar, siempre sin dejar de lado la belleza natural de la región.
Por otra parte, cada 17 de junio, Salta y sus alrededores se revolucionan. El motivo: homenajear al héroe local en el aniversario de su muerte. La tradicional ceremonia comienza la noche previa del 16 con la “Guardia Bajo las Estrellas”. En la base del cerro San Bernardo, al noroeste de la ciudad, gauchos salteños y de otras provincias que llegan exclusivamente para esta fecha se reúnen en los alrededores del monumento a Güemes para conmemorar los diez días de agonía del general. Entre tradicionales fogones, enormes ollas de locro y expresiones folclóricas, la vigilia continúa toda la madrugada hasta las primeras luces del día.
Como cierre de los honores al prócer local, fortines gauchos compuestos por decenas de agrupaciones tradicionalistas desfilan escoltados por la guardia de honor desde la Casa de Gobierno hasta el pie del monumento, rememorando cada año una ceremonia que perdura en el tiempo.
A poco más de 11 kilómetros de Salta se encuentra el primer punto histórico del recorrido: La Pedrera , escenario el 24 de marzo de 1814 de una brutal embestida de Güemes contra las milicias españolas apostadas en el lugar.
Siguiendo por un camino de tierra, a 24 kilómetros del centro de la ciudad, se llega a finca La Quesera , un antiguo convento. Aquí, de acuerdo con el relato de los pobladores, el general fue asistido por sus hombres mientras escapaba herido de muerte, luego de ser emboscado por más de 300 infantes españoles cuando se dirigía a ver a su hermana Magdalena, en las cercanías de la plaza Belgrano. En la actualidad, los visitantes encuentran en La Quesera una salida ideal para realizar cabalgatas y vivir la cultura gaucha. Además, el trekking por la Cuesta de la Pedrera permite apreciar la diversidad del bosque de transición, adornado por ceibos, nogales y cedros. Al regreso, un asado tradicional acompañado por vinos de Cafayate.
El “Circuito Güemesiano” alcanza su tramo más emblemático a 2 mil metros sobre el nivel del mar. Rodeada de cerros y de una vegetación tupida, se ubica Finca La Cruz . Perteneciente a su padrastro José Francisco de Tineo, Güemes usó la que era su casona familiar como cuartel, hospital y lugar de adiestramiento de sus milicias gauchas durante la guerra de la Independencia. Similar a las típicas construcciones rurales del siglo XVIII, presenta dos plantas con balcones, galerías de madera, un patio central con extensas murallas para repeler ataques enemigos y gruesas paredes de adobe, útiles para regular la oscilación térmica. En 1941 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Alberga en su interior el Museo de la Vida Rural Salteña. Pinturas a mano y elementos como armas, espuelas, planchas o filtros de agua caseros, ayudarán a darse una idea de cómo era la vida a principios del 1800.
Siguiendo el camino hacia el sur, se sitúa la Capilla de El Chamical , construida en 1818 por orden del propio Güemes. Sólo tres años después, el 18 de junio de 1821, los restos del general fueron enterrados en su modesto cementerio, aunque en 1823 se ordenó el traslado a la Catedral de Salta, donde descansan en el “Panteón de las Glorias del Norte”.
El final del recorrido coincide con el final del héroe local. En Cañada de la Horqueta , el monolito que se eleva entre los árboles recuerda que ese fue su último destino. Allí, fatalmente herido, agonizó durante diez días. Murió el 17 de junio de 1821, bajo la sombra de un cebil. La leyenda de Güemes comenzaba a hacer historia.
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