04 Jul Un nuevo thriller político sacude al régimen chino
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Por Natalia Tobón Tobón
Un nuevo thriller político desvela al régimen chino. Después de haber filtrado información a Estados Unidos por varios años, un oficial de Seguridad de alto rango fue detenido en Hong Kong y será juzgado por espionaje.
El caso es el último capítulo de una serie de escándalos políticos que golpean al gobierno chino este año, desde el caso de la ex estrella del comunismo Bo Xilai hasta la fuga del disidente Chen Guangcheng , y que ponen al aparato de seguridad chino en duda justo cuando tiene lugar una delicada transición del poder.
Con este escándalo, Zhou Yongkang, de la rama conservadora y responsable de la inteligencia china, recibe un último golpe que fortalece el ala reformista del Partido Comunista Chino (PCCH)
El anonimato, fuentes secretas y conjeturas marcan este nuevo thriller , que conjuga una trama policial y otra política, y que ya es tildado del más grande caso de espionaje en China desde 1985.
El oficial -cuyo nombre y cargo se mantienen aún en reserva- fue arrestado en febrero de este año. Sin embargo, ambas naciones decidieron mantener en silencio el caso.
El espía, de 38 años, trabajaba dentro del Ministerio de Seguridad, la entidad encargada de las operaciones de inteligencia a nivel nacional e internacional de China, y estaba bajo el mando directo de un viceministro, cuya confianza habría ganado hacía seis años.
Bajo sospecha de que había un “topo” en el ministerio, las autoridades dejaron pistas falsas durante tres meses, que condujeron finalmente a su captura. Fuentes conocedoras del caso afirmaron a la agencia Reuters que el viceministro ya fue suspendido y se encuentra también bajo investigación.
Las mismas fuentes añadieron que todo empezó como un caso de polleras. El oficial habría sido seducido por una agente de la CIA en Hong Kong, quien le habría tomado fotos y luego sobornado a cambio de entregar información. Luego, el funcionario habría comenzado a recibir una gran suma de dinero a cambio de los secretos.
La información filtrada hacia Estados Unidos trataría principalmente sobre actividades de espionaje político, económico y estratégico chinas llevadas a cabo en el exterior. Aunque aún no se sabe el grado de confidencialidad que pudo haber sido comprometido.
Este caso se enmarca en una serie de escándalos políticos que golpean al gobierno chino desde que comenzó 2012, año de transición del poder presidencial entre Hu Jintao y Xi Xinping. Y los dos anteriores escándalos también se vincularon con Estados Unidos.
El primero fue el de Bo Xilai, el político chino que se pensaba sería uno de los nueve hombres más importantes dentro del régimen chino con el próximo cambio de gobierno, en octubre próximo.
El dirigente cayó en desgracia precisamente cuando Wang Lijun, el jefe de policía de Chongqing -ciudad en donde Bo era el líder del Partido Comunista-, se refugió en el consulado de Estados Unidos buscando asilo a cambio de información privilegiada.
Wang afirmó conocer secretos que comprometían de manera profunda a Bo y su esposa, Gu Kailai.
El líder fue expulsado del partido y ahora está involucrado en una investigación por abuso de poder y corrupción. Además, su esposa fue vinculada al homicidio del empresario británico Neil Heywood.
Se dice que Heywood debía ayudar a la familia Bo a sacar grandes sumas de dinero de China, pero que la mujer no aceptó la comisión pedida por el británico y para garantizar su secreto lo habría envenenado.
Luego salió a la luz el caso de Chen Guangcheng, el activista ciego que logró escaparse del arresto domiciliario en el que se encontraba hacía más de un año.
Chen buscó refugio precisamente en la embajada de Estados Unidos en Pekín. Después de varios días de negociaciones, que coincidieron con la visita de Hillary Clinton a China, Chen obtuvo el permiso de salir con su familia del país para estudiar en Nueva York.
El descubrimiento del espía y los casos anteriores pusieron en la mira a Zhou Yongkang, noveno en jerarquía en el Politburó y actual jefe del Comité Central político y legislativo de China. El es el responsable directo del aparato de seguridad del régimen comunista, y todos estos escándalos se le suman como fracasos.
La brecha de seguridad bajo su mando ya le costó a China más dinero que el mantenimiento del ejército nacional, según afirmaron fuentes a The Financial Times.
Zhou, además, fue el mentor de Bo Xilai y agente clave en el ascenso del controvertido líder. Zhou veía a Bo como su sucesor directo, pero ante escándalos judiciales de tal envergadura, se puso en tela de juicio su criterio.
Riesgo
El reconocido líder no fue aún sacado de su cargo. Sin embargo, a nivel interno se afirma que le quitaron todas sus responsabilidades y perdió su derecho de escoger a su sucesor. Retirar públicamente a Zhou implicaría un riesgo aún mayor a la seguridad china, pues al ser el jefe de inteligencia podría llegar a revelar secretos ultraconfidenciales del gobierno y del partido.
Esta no es la primera vez que China y Estados Unidos se han visto vinculados en casos de espionaje. El caso público más reciente fue en 2010, cuando Google culpó a China de espionaje informático, al descubrir que se habían hackeado cientos de correos electrónicos y 20 compañías estadounidenses.
Pero el más grave hasta este momento se registró en 1985, cuando el oficial chino Yu Qiangsheng desertó, acudió a Estados Unidos, y les informó que un analista retirado de la CIA estaba trabajando como espía para China. Ese analista se suicidó un año después en una prisión estadounidense. A pesar de la gravedad de este nuevo caso de espionaje, la facción reformista dentro del Partido salió bien librada.
La ratificación de la incapacidad de Zhou como funcionario les resta credibilidad a la facción conservadora, a la que él pertenece, y a los demás miembros del partido que están en contra de una China más democrática.
LA NACION