Propuesta premium

Propuesta premium

Por Jorge Pandini
o es malo equivocarse, lo complicado es no tener sabiduría para corregir el rumbo. Y con la presentación en nuestro país del 508, Peugeot deja bien en claro cuál es su intención: competir también en los segmentos altos con productos de gran diseño y excelente calidad.
Precedida por el éxito rotundo de la exquisita coupé RCZ, que demuestra la clase de vehículos que Peugeot es capaz de producir, llega ahora la gran berlina que se destaca por diseño, confort y equipamiento. La primera versión disponible es la naftera, con motor 1.6 de 163 CV, a la que se sumarán antes de fin de año dos HDi: un dos litros de 163 CV y el 2.2 de 204 CV, que equipa la versión GT.
Desde el diseño, el cambio de rumbo es apreciable a simple vista. Después de la experiencia del 407, hay una clara corrección de las proporciones: el voladizo delantero se redujo de manera considerable (4,3 cm más corto), con lo que disminuye la posibilidad de tocar abajo en lomos de burro, cunetas o pendientes; la distancia entre ejes es más larga (9,2 cm) y se alargó el voladizo trasero. De ese modo, visto de perfil, tiene una silueta más equilibrada. Y tal como sucedió con el Citroën C5, en Peugeot no ocultan su intención de competir en el segmento de las berlinas alemanas, siempre lideres en el segmento premium.
Como dijimos, la primera versión que se lanza en nuestro país, y con la que pudimos tomar contacto, es la naftera con el motor 1.6 de 16 válvulas y turbo de alta presión, que entrega 163 CV de potencia máxima. Tiene, al igual que las dos versiones diésel que llegarán este año, una caja automática Tiptronic de 6 marchas, con opción secuencial de levas al volante.
Llega a los concesionarios con dos niveles de confort Allure, a 180.000 pesos, y Feline, a 203.000, ambas con tres años de garantía o 100.000 kilómetros. En el 508 no se puede hablar de una versión base ya que la Allure, de entrada a la gama, tiene de serie, entre otros elementos, head up display (que proyecta la información básica de conducción y navegación a la altura de los ojos), 6 airbags, ABS con repartidor de frenado, control de estabilidad, alarma, antinieblas delanteros y traseros, climatización automática bizona, cierre centralizado de puertas y baúl a distancia, iluminación de acompañamiento Follow me Home y de recibimiento, levantavidrios eléctricos delanteros y traseros con sistema antipinzamiento (evita que el vidrio pueda lastimar los dedos), regulación eléctrica de la altura de luces y volante regulable en altura y profundidad.
Entre el equipamiento de serie en todos los modelos también hay que mencionar el eficiente y apreciado sistema de asistencia al arranque en pendiente (evita en una subida que el auto se vaya hacia atrás cuando está detenido), la dirección asistida variable, espejos retrovisores exteriores con mando eléctrico, computadora de a bordo multifunción, control de velocidad crucero, limitador de velocidad, encendido automático de luces, limpiaparabrisas con detector automático de lluvia y sistema de asistencia al estacionamiento trasero.
Obviamente, en las versiones más costosas el arsenal tecnológico es mayor, pero como se ve es un auto altamente equipado.
Como dijimos, nos pusimos al volante del naftero 1.6. El interior es confortable, con comandos bien distribuidos y materiales de primera calidad. El esquema de suspensiones es pseudo MacPherson adelante y multibrazo independientes atrás. El auto marcha firme en la ruta y confortable en la ciudad.
La caja acompaña bien al motor de 163 CV, una potencia adecuada, y ayuda a un consumo muy razonable en un auto de este tamaño: 7.6 litros cada 100 km en ciudad y 4,6 cada 100 a 90 km/h en ruta según los datos oficiales, con una velocidad máxima de 220 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos.
El auto transmite seguridad, ayudado por una dirección con asistencia correcta. Para el 90 por ciento de los conductores, este motor resultará suficiente, pero es cierto que si aspira a competir en el segmento de alta gama se puede quedar corto frente a rivales de peso. Quienes busquen algo más, deberán esperar a la versión GT que llegará antes de fin de año, y que puede manejar en Europa en 2011. La GT tiene un motor turbodiésel 2.2 de 204 CV, con suspensión delantera de doble triángulo y otro esquema de chasis y relaciones de caja.
La llegada del 508 confirma la decisión de Peugeot de expandir su amplia oferta con productos del segmento premium. Es un auto de altísima calidad y excelente equipamiento, que hace honor a la larga tradición de la marca. Gran noticia para los amantes de Peugeot y una excelente propuesta que sorprenderá a quienes nunca se subieron a uno.
LA NACION