26 Jun El Independencia y una Copa UTTA inolvidable
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Unos 25.000 espectadores colmaron el histórico circo rosarino en una de las mejores versiones
Moviliza la Copa UTTA. Y vaya si ayer en el Hipódromo Independencia de esta ciudad se tuvo una muestra. La serie crece en calidad y convocatoria, y todo lo bueno que venía de verse en Las Flores encontró una ratificación a las pocas semanas apenas.
Fueron alrededor de 25.000 los espectadores que disfrutaron de una fiesta donde el turf, la familia y la alegría se conjugaron para redondear una tarde que si no fue perfecta, le pasó rozando.
Sobraron las imágenes conmovedoras; las fotos inolvidables; y la emoción no escapó a nadie cuando se presentó al grupo de chicos que integran la Asociación de Equitación Integral Rosario (ADEIR), entidad en la que recayó la acción solidaria En El Lugar del Otro y que se ocupa de dar amor a chicos con capacidades diferentes.
Tampoco en el momento en que El Virgin Gorda (Grand Reward) se quedaba con el Clásico Copa UTTA faltaron las sonrisas y las lágrimas de emoción. Ocurre que ganar la carrera se ha transformado en un objetivo de máxima para los propietarios del interior; es casi como tocar el cielo con las manos.
Con Carlos Felice como bastión hacedor principal, la serie itinerante volvió a dejar su sello. Quizás una de las pruebas irrefutables haya sido ver a Juan Carlos Vignatti, veterano Presidente de la comisión de carreras local, llorando como un chico a la hora de los agradecimientos y con 25.000 almas observaban atentos desde el playón del Paddock, ese que, según los memoriosos, desde los tiempos de oro del Independencia no lucía tan concurrido.
Decir que la Copa UTTA se ha transformado en un fenómeno hípico y social no falta en absoluto a la verdad. Ha conseguido agrupar al turf de tierra adentro en un proyecto de reivindicación de sus virtudes y su historia; pero por sobre todo de su pasión por el deporte. Los máximos aún no le tienden la mano que deberían; quizás si algún dirigente de los grandes hubiera estado en Rosario comenzaría a comprender que aquí corren muchos más objetivos que simples y egoístas intereses sindicales.
UTTA – OSPAT no corta una pista de carreras para impedir que se corra. Por el contrario, abre hipódromos, les da vida a otros cuyos bríos están en baja y alimenta esperanza. Obviamente que falta, pero para un trabajo unipersonal, los resultados son impecables. Es hora de que la ayuda llegue, para que no se transforme en una quijotada.
Fue conmovedor lo de ayer en el Independencia, en un pensamiento unánime. Rocío Marengo, la bellísima animadora de la tarde junto al tremendo Diego Romero, lo plasmó en palabras: “Esto que pasó acá no me lo voy a olvidar jamás; me dan ganas de quedarme a vivir”, dijo emocionada y de forma sincera. El público premió su entusiasmo y simpatía con una ovación.
La noche y el fresco empezaron a ganar la escena, pero el calor de la Copa UTTA fue el que triunfó por varios cuerpos. El turf era historia y llegaba el tiempo del gran cierre de la mano de una banda sin igual: Los Auténticos Decadentes.
Hit tras hit la gente disfrutó de un final a toda orquesta. Eran 25.000 personas en un hipódromo bailando, cantando y saltando. Los Decadentes brillaron.
“Cuando me llegue la muerte vivirás por siempre en mi corazón”, cantaba Cucho (Gustavo Parisi), la voz emblema del grupo. Para muchos es la Copa UTTA la que ya está justamente en el corazón. Alegría, sonrisas y emoción no son sentimientos muy sencillos de transformar en denominador común o conjugar. Los logros están a la vista y para aquél que no quiera verlos, será su propio problema.
TURF DIARIO