4 de junio de 1846, ¿día de la soberanía?

4 de junio de 1846, ¿día de la soberanía?

Por Carlos Eduardo Pauli
No estamos proponiendo un nuevo feriado (bastante ya tenemos). Sólo queremos enfatizar que en El Quebracho, se recogieron los frutos sembrados en la heroica resistencia que nuestras tropas presentaron al invasor anglo-francés en la Vuelta de Obligado. Entre ambos sucesos hubo continuidad. Sin el triunfo categórico de nuestras armas en El Quebracho, aquella gesta de Obligado, no hubiera tenido los triunfos diplomáticos que logró.
Este combate librado en territorio santafesino tuvo una enorme trascendencia para las relaciones entre las grandes potencias y la Confederación Argentina. Después del Quebracho, Inglaterra y Francia desistirán de imponer por la fuerza sus pretensiones comerciales, como lo habían hecho en otras partes del mundo.

Un poco de historia
Gobernaba la provincia de Santa Fe el general y Dr. Pascual Echagüe, quien desde 1842 había puesto fin a la etapa anárquica que siguió a la muerte del brigadier Estanislao López en 1838. Malos vientos soplaban para la Confederación Argentina. Inglaterra y Francia, las dos potencias marítimas más grandes del momento, querían forzar la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay. Francia ya lo había intentado en 1838, pero la resistencia argentina hizo que los invasores tuvieran que retirarse, firmando el tratado Arana-Mackau. Ahora con el apoyo inglés, lo intentarán nuevamente. Los propósitos comerciales de la expedición debían disimularse con propósitos altruistas. Inglaterra y Francia venían a devolver al pueblo argentino la libertad que el tirano de Palermo (Juan Manuel de Rosas), había cercenado. En definitiva, era la lucha de la civilización contra la barbarie. El 20 de noviembre de 1845 la escuadra anglo-francesa logró forzar el paso en la Vuelta de Obligado (cerca de la actual ciudad de San Pedro), pese a la heroica resistencia que le opusieron las fuerzas al mando del Gral. Lucio Mansilla. La noticia en Santa Fe se conoció el 22 de noviembre, a través de la correspondencia de Mansilla al gobernador Echagüe. En esa comunicación, hace un balance de la batalla diciendo: “el día 20 del corriente nuestras armas se han colmado de gloria sosteniendo por ocho horas el fuego de 150 bocas de cañón de los infames anglo-franceses con sólo 20 cañones de menos calibre en las baterías de la Vuelta de Obligado. Apagadas nuestras fuerzas, concluidas nuestras municiones, disputábamos el puesto con la infantería cuando un golpe de metralla sobre el estómago me dejó privado de acción y de voz…” En notas sucesivas va refiriendo su plan de acción, que se sintetiza en hostilizar continuamente desde la costa la marcha del convoy hacia el norte. El 2 de diciembre desde un punto cercano al actual Arroyo Seco, (la estancia de Carbonel), nos dice que la escuadra está detenida por falta de viento y “no siguiendo ellos, es probable pernocte yo también en este punto o Arroyo Seco con la intención de aparecérmeles en el Rosario y en todas partes donde pueda cobrar la cuentita de Obligado”. Sus deseos se cumplirían meses después.
Se salda “la cuentita”
Hostilizada en forma permanente desde los distintos puestos levantados al efecto en territorio santafesino, la escuadra logró dificultosamente remontar el Paraná, llegando hasta Corrientes. Una vez cumplidos los objetivos comerciales de la expedición, ésta emprendió el regreso aguas abajo. En abril de 1846 Mansilla le comunica a Echagüe: “a raíz de las noticias que me comunica Ud., marcho hoy mismo llevando un fuerte batallón de infantería y seis piezas de artillería con el objeto de frustrar cualquier tentativa de nuestros enemigos y proteger las posiciones del Quebracho y el pueblo del Rosario, en caso de ser atacado…”. El 4 de junio de 1846 tuvo lugar el enfrentamiento, una legua al norte de San Lorenzo. El parte que Mansilla envió a Santa Fe es harto elocuente. Le dice al Gobernador; “la provincia que Ud. tan dignamente preside ha adquirido en este punto un nuevo renombre de honor. Los alevosos bárbaros anglo franceses y los piratas mercantes enfrentaron en este punto (el Quebracho) cerca de las once y se trabó un reñido combate que duró más de tres horas. Nuestros enemigos han sufrido inmensas pérdidas, algunos buques de guerra fueron puestos fuera de combate y los piratas han arrojado al agua gran parte de su carga… Nuestra victoria no ha podido ser mayor; el Paraná quedará libre por mucho tiempo de las incursiones de estos bárbaros”. (1)
Dice Saldías; “este combate fue una derrota de trascendencia para los aliados; pues no sólo sufrieron pérdidas más considerables que en Obligado…, sino que se convencieron que no podían navegar impunemente por la fuerza las aguas interiores de la Confederación.” (2)
Se cumplía lo pronosticado por el Gral. San Martín. Cuando la prensa europea le pidió su opinión sobre las posibilidades de triunfo que le asistían a las potencias interventoras, su respuesta fue un categórico, “no lo conseguirán…”. Los hechos le dieron la razón. Después del Quebracho, cambio de ministros mediante, Inglaterra inicia las tratativas de paz, a las que se sumará Francia.
El Libertador pudo contemplar cómo la gesta de la independencia que se iniciara cerca de allí, en San Lorenzo en un ya lejano 1813, se completaba en las Puntas del Quebracho.
Es por eso que quisiéramos que en lugar de un feriado, sea el 4 de junio un día de profunda reflexión. Que sirva para que los niños y jóvenes de hoy sean agradecidos con aquellos, que en ya lejanos tiempos, entregaron sus vidas por una patria digna. A nosotros nos toca hoy ser fieles a esos ideales.
EL LITORAL