Algo más de lo mucho teorizado sobre muerte digna

Algo más de lo mucho teorizado sobre muerte digna

Por Carlos Felice
Viene a mí el recuerdo de dos notables conferencias brindadas por personas que sabían que contaban sólo con meses de vida. Randy Pausch y Steve Jobs.
El primero, cumpliendo con el rito de la última conferencia en Carnagie Mellon, mientras que Jobs, en Stanford.
Son excelentes sus piezas oratorias, recomiendo a aquellos que no las conocen que las consigan.
Ambos, curiosamente , con cáncer en el páncreas sabiendo que tenían meses de vida.
Lo admirable de estos hombres ea su dignidad y su actitud frente a hechos dramáticos
Ambos hablan aquí de lo que yo considero debería interpretarse como muerte digna, no debatir sobre la muerte. Sino sobre la vida y cómo vivirla. Atreverse casi sin tiempo a soñar y tratar de conseguir esos sueños.
Cuando estos académicos ya fallecidos dicen “me estoy muriendo” pronto, y he escogido estar alegre, hoy, mañana y cualquier día que me quede (Pausch), o como Jobs, hasta el final de su fuerzas innovando o creando, uno empieza a entender que estas personas eran honestas con las demás. Daban consejos difíciles de seguir, decían la verdad, hablaban de la gratitud y no creían que quejarse y cuestionarse todo podía resolver sus problemas, sino que hablaban de cómo vivir su vida , cómo vivir el tiempo que te quede. Jobs ofrecía la metáfora de que, a veces, la vida te da en la cabeza con un ladrillo. No pierdas la fe, decía.
Lo que te mantiene en marcha es el amor por lo que haces, indicaba que debemos encontrar lo que amamos!
De estos dos extraordinarios hombres podemos reflexionar sobre la finitud del hombre, recordar que vas a morir es la mejor firma de evitar la trampa de pensar que tienes algo que perder, y probablemente la pérdida del miedo a la angustia existencial ayude a tomar grandes decisiones.
El tiempo es limitado y existen nuevos dogmas de los que podemos aprender.
Por ejemplo: cómo humanizar la relación médico/paciente. Paciente, enfermedad o carencia de salud.
Enfrentarse a los dilemas de la enfermedad es dramático para todos nosotros, es cierto, entonces ¿cómo poder acercar desde la experiencia profesional al paciente a su familia que debes prepararte a morir o a perder a tu ser querido?
Mucho de lo aquí reseñado son importantes enseñanzas hacia la búsqueda de humanizar aún mas la práctica médica.

Esperemos que permitan reflexionar, repensar, y darnos cuenta de que estamos discutiendo dogmas que van más allá de lo intelectual y que son certezas: el final de la vida es algo que todo compartimos pero que mientras la nuestra, la suya, la mía, dure, tengamos el coraje de seguir nuestro corazón e intuición.