26 May AL QASR (USA), por mejor corrido, volverá a su país y estará en la Breeders’ Cup
Por Pablo Gallo
La excepcional conducción de Carlos Trujillo y el apresuramiento de Jorge Ricardo a bordo del plebiscitado Bogeyman en un terreno intratable se conjugaron para el triunfo de Al Qasr (USA) -foto de archivo-, representante de la hípica peruana, en el Gran Premio Internacional 25 de Mayo-G1 (2400 mts., $ 510.000).
Y otro cotejo del máximo nivel disputado en nuestra tierra se va hacia el extranjero, en una tendencia dolorosa que no es casual, pese al empeño de algunos en minimizarla para defender su negocio.
Un retirado piloto de notable trayectoria, alguna vez, nos confesó en charla de amigos: “Si en un desarrollo pasás a un caballo antes de entrar al derecho, después que te gane otro, pero no ése, porque si te gana ése quiere decir que te apuraste”. Y Bogeyman, que a poco de incursionar la recta desbordaba cómodamente al norteamericano, pagó la hierba mala en la lomita, donde sufrió una repentina merma en su accionar. Entonces Al Qasr, que por los 400 parecía condenado al placé, volvió sobre sus pasos, atacó a Bogeyman y lo sometió en los 50 metros decisivos, superándolo por 2 cuerpos al cabo de 2:23.51, con 25:05 de cierre para los últimos dos furlongs. A otros 2 largos, la valiente Almudena (PER) adelantó a Soy Carambolo y a Siembra Azul para redondear una cosecha inolvidable de la hípica del Rímac.
El largometraje tuvo a Al Qasr en la vanguardia, flanqueado por Nordeste mientras el Teletimer iba señalando 51.85, 1:19.34 y 1:45.29… y Bogeyman marchaba 3º por dentro, casi pisándolos, con Rabid in The Rye a su lado externo. Trujillo, inteligente, dejó pasar a Nordeste en la salida del opuesto, éste se abrió ostensiblemente en plena curva y Ricardo avanzó entre ambos con Bogeyman para pisar los 700 en ganancia e ingresar a la horizontal a la cabeza del pelotón.
Luego, lo comentado. La disparada del defensor de las sedas “Keyser Soze”, separándose unos 4 cuerpos del extranjero en los 400 definitorios. La paciencia de Trujillo, sin inmutarse al ser relegado, hábil para sacar de la empalizada a su montado y astuto para mostrarle la cancha, cambiándolo de andarivel y acelerándolo por afuera. El declive del pupilo de Juan Carlos Bianchi, proporcional al crecimiento del vástago de Aptitude (USA) preparado por Juan Suárez Villarroel. El repentino silencio de la mayoría, seguido de los gritos de la barra de Monterrico. Una mirada sorprendida de Ricardo, que seguía pegando de derecha al observar cómo le firmaban la boleta. La consagración del cuatroañero de la reputada cuadra “Soribel”…
…Y una nueva copa de G1 que nos arrancan de las manos, en casa y con justicia. Esta vez gracias a un animal de alto concepto, procedente de desafortunado 3º en el GP República Argentina-G1 –marchó desestribado-, allí con déficit de espacio, acaso el único punto “favorable” de la novela para la dirigencia palermitana; es decir, el resultado de un Gran Premio desposeído de su esencia más allá de la guapeza de Expressive Halo.
El 1-3 peruano, repetimos, no es fortuito. Y si continuamos apostando a las copas de precoces, a la búsqueda de la inmediatez y a separarnos de las raíces que fomentaron nuestro prestigio mundial, esa evidente inclinación se hará tan cuesta arriba… como los 150 finales de esta nochecita para Bogeyman.
TODO A GANADOR