Coldplay: Mylo Xyloto o el desafío de ser distintos

Coldplay: Mylo Xyloto o el desafío de ser distintos

Por Sebastián Esposito
U2 puede retirarse en paz. Coldplay tiene todo para tomar el trono del pop épico global y aun cuando hacen lo posible para no hacerse cargo, están yendo en la dirección correcta. Este año, Chris Martin y los suyos no pasaron por Buenos Aires, por eso fuimos a Rock in Rio a cruzarnos con ellos. Una invitación de su discográfica, EMI Music, nos llevó a ver al cuarteto inglés al gran escenario del festival brasileño y, también, a charlar cara a cara con su baterista, Will Champion.
-¿Cómo fue el proceso creativo?
-Fue increíble, trabajamos con Bryan Eno desde el principio. En el último álbum, él fue el productor en el modo tradicional de la tarea. En este caso no, él empezó a intervenir desde el principio y nos ayudó con las letras y con la música; nos ayudó a pensar nuevas ideas. El es más que el productor en este álbum, es escritor y un performer [de hecho figura como compositor adicional y enoxificador ]. Nos sentimos muy libres a la hora de trabajar en Mylo Xyloto porque ya tenemos una larga trayectoria. Somos afortunados, no muchas bandas tienen la oportunidad de hacer cinco álbumes. Sentimos que no tenemos nada que perder. Mucha gente ya conoce y sabe qué quiere decir Coldplay. Nos sentimos libres para probar diferentes cosas y escuchar diferentes tipos de música, y realmente intentamos expandir todos los tipos de sonido y hacerlos fluir en distintas direcciones.
-Hay un hilo temático, una historia de amor que cruza todo el álbum. ¿No?
-Así es. De hecho, originalmente, íbamos a hacer un álbum acústico, muy chiquito e íntimo. Pero después algunos sonidos empezaron a aparecer. Eran sonidos que no encajaban en ese tipo de atmósfera, entonces empezamos a grabar esas canciones y pensamos que podíamos hacer el disco acústico y después hacer otro disco. Pero sólo nos podíamos concentrar en una cosa por vez. Incluso, teníamos la idea de hacer una película, tal vez una animada, para que acompañara el álbum, pero después se hizo muy difícil, porque lleva mucho tiempo hacer algo así. El álbum es como la banda de sonido de una película que todavía no hemos hecho, pero que capaz algún día hagamos. Pero sí tiene una historia de amor y es como de película.
-Algo inesperado es la participación de Rihanna. Quizá sea el riesgo mayor que tomaron con este álbum.
-Todavía no puedo creer que lo haya hecho. Supongo que cuando esa canción fue escrita [“Princess of China”], hace un año y medio, salió directamente como una canción de un hombre y una mujer, y tener a alguien que cante y grabe con nosotros era algo que nunca habíamos hecho antes. A veces, uno se puede acostumbrar al sonido de una banda y el riesgo de repetirse es el de perder la frescura. Cuando escuché esa canción, instantáneamente sentí… ¡Guau! es algo diferente. Sentimos un poco de miedo cuando encaramos el tema, pero ahora nos damos cuenta de que si vamos a hacer una canción con otro, tiene que ser con el mejor, y ella es increíble.
-Hay tres o cuatro baladas acústicas que son marca registrada de Coldplay.
-Sí y al menos dos surgieron al principio, cuando estábamos escribiendo los temas del álbum acústico. De hecho, la canción “Charlie Brown”, originalmente era mucho más acústica, con un sonido más folk. Chris [Martin] está preparado para escribir canciones que suenen naturales y lo puede hacer en diferentes estilos. Es increíblemente versátil.
– “Charlie Brown” es una de las canciones optimistas. El álbum en general destila optimismo. ¿A qué se debe?
-Una de las cosas que tiene el disco es que trata de encontrar un mástil que conecte la belleza y el color con el mundo, algo difícil de lograr. Si te preocupás demasiado, todo se vuelve bastante deprimente. Lo que quiero decir es que la vida es bastante realista, no siempre es perfecta. Nosotros queremos que el álbum sea una especie de explosión de color, y una especie de celebración de todas las cosas que hay que celebrar en la vida.
-El primer single, “Every Teardrop is a Waterfall“, disparó la polémica del plagio. Se habló del clásico “I go to Rio”…
-Y de “Ritmooo, ritmo de la nocheee” [canta el baterista]. No sabíamos nada al principio, no conocíamos ni la canción de Peter Allen ni “Ritmo de la noche”. El tema de Allen creo que está en la película Biutiful [dirigida por Alejandro González Iñárritu], cuando Javier Bardem se mete en un club suena esa canción. Chris escuchó el coro “Ta ta ta”, se inspiró a partir de ese sonido y pedimos permiso para usar el ritmo de la canción. Lo mismo hace la gente del hip-hop cuando usa viejas canciones en sus propias versiones.
-“Paradise” es, quizá, la que mejor pinta para clásico de la banda. ¿Estás de acuerdo?
-Me hace acordar a Coldplay en un montón de maneras. Surgió hace como dos años, y nosotros realmente la amamos y tuvimos que encontrar la manera de producirla y hacerla. Pienso que tiene elementos que la relacionan con la música pop, pero, al final del día, es sólo una canción. A algunos les gustará; a otros, no, pero es todo lo que nosotros podemos hacer.
-¿Cómo se relacionan en vivo las nuevas canciones con las viejas?
-Es emocionante lo que sucede y con cada nuevo álbum disfrutamos mucho el hecho de llevar al directo el clima del álbum. Algunas se llevan muy bien de manera natural, como “Viva la vida” con “Charlie Brown”.
-¿En 2012 volverán a tocar en Buenos Aires?
-No estoy seguro si será en 2012 o en 2013, pero tengo que decir que la Argentina es uno de los lugares donde nos sentimos más a gusto. Los fans argentinos son una locura, son fantásticos. Hacen que nos sintamos muy bienvenidos y nos encanta tocar ahí. Espero que volvamos muchas veces más.
Queda tiempo para desviar la charla hacia otros temas y mientras el sol que calienta Río se guarda para otra jornada, el recuerdo de Amy Winehouse se filtra entre Mylo Xyloto y los pareceres de un disco que ya es de dominio público. “La pudimos ver en sus inicios -comenta Champion-. Era increíblemente talentosa y tenía una personalidad interesante. ¡Qué trágico final! Nadie puede olvidar los álbumes que ella hizo en su corta vida. Se van a escuchar por siempre y ella va a ser recordada como un talento enorme. Es una pena no tenerla entre nosotros, cantando.”
LA NACION