30 Apr Cien personas ya pidieron que no los traten en estado terminal
[NOTA DE ESTE BLOG: MUERTE DIGNA
Tanto a la hora del diagnóstico como del tratamiento, los avances técnicos y científicos aplicados a la medicina evolucionan cada día, salvando la vida de personas que en otras condiciones o en otros tiempos no habrían tenido esperanzas de sobrevivir. Y eso es maravilloso. Que el ser humano continúe desarrollando conocimientos que aumentan la expectativa de vida -y nos permiten disfrutar de ella durante mucho tiempo más- eso es maravilloso. Pero no somos inmortales. Tarde o temprano la muerte llega. Y no a todo nos llega de golpe.
¿Hasta dónde la medicina debe intervenir para sostener una vida? La respuesta es difícil, compleja, diferente en cada caso, pero la problemática acerca del derecho a una muerte digna se ha instalado en nuestro país y es un debate que nuestra sociedad debe darse.
El 27 de septiembre 2011 se realizó una audiencia pública en el Senado de la Nación, con cinco proyectos presentados sobre el tema. Si bien allí se escucharon diferentes posturas sobre cuestiones como el testamento vital, la objeción de conciencia y cómo decidir en casos de estado de incapacidad, hubo acuerdo en que no se está debatiendo la eutanasia y nadie busca el encarnizamiento terapéutico.
Es en el camino entre estos dos extremos por donde parece que avanzará la legislación sobre la muerte digna en Argentina, buscando que las personas que sufran de una enfermedad incurable o irreversible tengan la posibilidad de escoger entre varias alternativas con respecto al final de su vidas, sin abreviaciones innecesarias y sin sufrimientos adicionales.]
En el Hospital Italiano de Buenos Aires existe desde hace un año el programa de Directivas Anticipadas. “Son la manifestación escrita hecha por una persona capaz, quien, consciente y libremente, expresa las opciones, preferencias o deseos que deben respetarse en la asistencia sanitaria por recibir cuando se produzcan circunstancias clínicas que le impidan comunicar personalmente su voluntad”, explica Laura Pezzano, del Comité de Bioética Asistencial. La acompaña en el proyecto Rosa Angelina Pace.
En este año se registraron más de 100 directivas y se recibieron otras muchas consultas de pacientes que se mostraron interesados pero aún no lo han decidido. “Se trata de pacientes con edades que van desde los 45 hasta los 90 años , aunque en su mayoría son adultos mayores (más de 65 años). Entendemos que si bien cualquier adulto puede hacerlo; la edad es un factor determinante a la hora de tomar estas decisiones. Son las experiencias por las que se ha atravesado en la vida las que llevan a reflexionar sobre el cuidado futuro y es eso lo que va de la mano de la edad en la mayoría de los casos”, dice Pezzano.
“Los individuos tenemos derecho a tomar nuestras decisiones sobre qué cuidados médicos aceptamos o no recibir. Son elecciones que hacemos cotidianamente, decidimos a qué médico consultamos, evaluamos si nos satisface su atención, optamos seguir o no sus recomendaciones. Pero existen situaciones en las que podemos perder la capacidad de decidir o de expresar nuestra decisión, esto muchas veces ocurre en situaciones graves, críticas, cercanas al fin de la vida. En el momento en que esa decisión es más trascendente es cuando más valioso es conocer la preferencia de ese paciente y es justamente cuando tenemos más dificultad para saber su opinión –explica la especialista–. Las Directivas Anticipadas son herramientas a disposición de los pacientes que buscan respetar sus preferencias, sus valores, sus decisiones, aun cuando el paciente haya perdido la capacidad de expresarlas; ése es su objetivo y en ello radica su valor. El proceso de toma de decisiones en pacientes críticos es sumamente complejo, tanto para el equipo de salud que debe hacer su recomendación como para la familia que debe colaborar en la elección del curso de acción a seguir. Contar con la posibilidad de conocer con claridad lo que ese paciente opinó es sumamente valioso, alivia esa pesada carga y probablemente ayude a encontrar consuelo seguros de haber actuado cumpliendo su voluntad”.
“Me preocupa que se establezca como requisito que las directivas anticipadas deban hacerse ante escribano público –dice Pezzano–. Trasladar las decisiones de salud al ámbito de otras cuestiones de orden jurídico sería desnaturalizarlas como acto médico y probablemente burocratizarlas, y como consecuencia estaríamos enunciando un derecho al que sería difícil acceder”.
CLARIN