Cada vez más trabajadores crean su propio negocio para completar ingresos

Cada vez más trabajadores crean su propio negocio para completar ingresos

Por María Gabriela Ensinck
Dos de cada 10 adultos argentinos estaban emprendiendo un negocio en 2011, un 40% más que el año anterior. Se trata de la tasa de actividad emprendedora (TEA) más alta en los últimos ocho años, según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), un estudio que realiza anualmente un consorcio académico de investigación, sin fines de lucro, en 54 países. El fenómeno tiene su correlato internacional: “En todas las naciones encuestadas, aumentó la tasa emprendedora, como respuesta a la crisis económica que recorta empleos”, destaca Silvia de Torres Carbonell, directora del capítulo local del GEM.
Sin embargo, en la Argentina tiene características particulares. “A diferencia de lo que ocurrió entre 2002 y 2003, cuando gran parte de la población activa se volcó a generar su propio emprendimiento porque había perdido su empleo formal, hoy cada vez más personas ocupadas emprenden, como una forma de complementar ingresos, corroídos por la inflación”, explica Torres Carbonell.
El salto que pegó la tasa de actividad emprendedora durante el último año (14,7% en 2010 a 20,8% en 2011) reconoce varias causas: por un lado la coyuntura económica que impulsa a buscar nuevas fuentes de ingresos, y por otra parte “hay una cultura emprendedora que se está generando y tiene que ver con una mayor visibilidad de los emprendedores como actores sociales, y la difusión de historias de éxito que funcionan como modelos a imitar”, apunta Torres Carbonell. “La tendencia al emprendedorismo es creciente en la Argentina y en el mundo, y esto es muy positivo”, puntualiza.
Pero lo importante no es sólo la cantidad de nuevos emprendimientos sino su calidad (en cuanto a generación de valor agregado y puestos de trabajo) y perdurabilidad en el tiempo. La Argentina es considerado un país de ingresos medios y como tal, su actividad emprendedora es mayor que en las economías más desarrolladas. Sin embargo, la tasa de mortalidad de empresas también es alta. Si bien el estudio GEM está enfocado en la creación de nuevas empresas, a partir de 2010 se empezó a medir la tasa de discontinuidad de los emprendimientos. Concretamente, se pregunta a los emprendedores si el último año tuvieron que cerrar su empresa, a lo que un 4% de los encuestados argentinos contestó afirmativamente. La proporción es similar al promedio de la región (5% en Perú; 4,96% en México, 6,8% en Chile y 6% en Colombia).
Al indagar los motivos, las razones negativas (falta de rentabilidad, falta de financiamiento), predominaron por sobre las positivas (oportunidad de venta del negocio, oportunidad laboral).

Cuestión de actitud
El nivel educativo y el haber pasado por una experiencia de trabajo en relación de dependencia son factores que favorecen el éxito de los emprendedores. En la Argentina, según el GEM, más de la mitad de los emprendedores tienen estudios universitarios en curso (22,4%) o completos (18,74%). Pero más allá de los conocimientos en su rubro y el capital previo, existe un conjunto de actitudes que todo emprendedor debe tener: “Una de las más importantes es el entusiasmo y aprender de los propios errores”, detalla Carbonell. También son importantes indicadores del éxito de un emprendedor el grado de innovación que tiene su producto, el uso de tecnologías y el grado de proyección internacional de su producto o servicio. En este sentido, los resultados del GEM señalan que los emprendimientos argentinos son poco innovadores en general y una minoría se lanza pensando en el mercado global.
Sólo un 32% de los emprendedores argentinos señalaron que su producto o servicio es novedoso para el mercado, frente a un 45% de los peruanos y 57% de los chilenos. En tanto, un 10% dice estar “utilizando la última tecnología disponible”, en comparación con el 17% de los emprendedores colombianos. En cuanto a la internacionalización, menos del 1% de los proyectos nacientes en la Argentina tiene más del 75% de sus clientes en el exterior, cuando esta proporción es del 4% en Chile y Uruguay.

Necesidad vs. oportunidad
La motivación es un factor determinante en el éxito o el fracaso de un emprendimiento. En líneas generales, hay dos tipos de emprendedores: aquellos que lo hacen por necesidad, y los que lo hacen por oportunidad de negocios. En los primeros, suele predominar la improvisación y la visión de corto plazo: emprender algo para salir del paso, sin ambición de crear empleos ni lazos con proveedores y clientes.
En la otra vereda están los que emprenden porque detectan una oportunidad de negocio. Estos generalmente lo hacen con un plan, se fijan metas de crecimiento y aspiran a generar empleos más allá de su círculo familiar. Estos son los negocios que tienen mayores probabilidades de éxito.
Sin embargo, según el informe, la clave pasa también por encontrar la oportunidad en medio de la necesidad, y en esto tanto el Estado como las organizaciones civiles (fundaciones, centros de estudios, cámaras sectoriales) tienen una importante función de promoción y capacitación.
En la Argentina, los primeros años de la década predominaron los emprendedores por necesidad. Pero actualmente casi la mitad (9% del 20% que son emprendedores) dice hacerlo por “oportunidad de negocio”. En tanto, un 6% lo hace por necesidad y un 4,62% por “otros motivos”, entre los que predominan la “oportunidad de completar sus ingresos”, lo que se parece bastante a una necesidad de emprender. Se trata de personas que aún estando ocupadas, crean su propio negocio en paralelo, en un intento por cerrar la brecha entre sus ingresos reales y el aumento del costo de vida.
EL CRONISTA