Abejas reinas: ¿un resultado de la colmena corporativa?

Abejas reinas: ¿un resultado de la colmena corporativa?

Por Estefanía Giganti
No es ningún secreto. Las jefas no tienen la mejor reputación en el mundo corporativo. De hecho, la mayoría de las veces son las propias mujeres las que no las suelen querer, dejando atrás cualquier tipo de cofradía de género. Se quejan de su estilo de liderazgo y critican muchas veces lo que dicen o dejan de decir.
De hecho, numerosos estudios prueban que las propias mujeres prefieren jefes hombres. Así lo reveló hace poco una encuesta de la consultora británica UKJobs, que confirmó que 63% de las trabajadoras consultadas tienen predilección por superiores del sexo opuesto. ¿Las ventajas de los jefes? Son más directos al hablar, no suelen tener una agenda oculta, sufren menos cambios de humor, critican menos al resto y se involucran menos en los juegos políticos de oficina. Lo mismo opina el 75% de los hombres, que prefirió superiores de su mismo género.
Y eso no es todo. Investigaciones alemanas dieron un paso más hace un tiempo y mostraron pruebas de que las mujeres que respondían a una supervisora eran más procilves a sufrir problemas de salud, que aquellas que tenían jefes hombres. Insomnio, depresión, dolor de cabeza y acidez fueron algunos de los males sufridos.

Culpa compartida
Pero, ¿por qué las jefas resultan tan poco queribles, al punto de que pueden llegar a enfermar a sus subalternas? Los expertos aseguran que no se trata de un malestar aislado, producto de envidias de pasillo. Numerosos estudios aseguran que las mujeres ejecutivas suelen sufrir del “Síndrome de la abeja reina”.
Se distancian de sus subordinadas mujeres, les muestran poco apoyo y a veces hasta sabotean su carrera. ¿Por qué lo hacen? Una abeja reina suele sentirse amenazada por otras mujeres y como consecuencia trata de debilitar su posición. En lugar de aconsejarlas, apoyarlas o mentorearlas, la abeja corporativa trata de frenar el desarrollo de sus reportes, sobre todo de los de su propio género.
Pese a tanta mala prensa, una flamante investigación de la Leiden University de Holanda acaba de sacar la responsabilidad a las abejas reinas por esta indeseable conducta. En el fondo, según el estudio, ellas sólo siguen las reglas de la colmena.
La investigadora Belle Derks y otros tres colegas llegaron a la conclusión de que esta conducta es el resultado de una cultura organizacional sexista que la alimenta. Es el ambiente laboral, dominado por hombres, el que convierte a las mujeres en abejas reinas. Además, existen estándares esquizofrénicos: si un hombre es competitivo, eso se considera una virtud, mientras que en las mujeres este comportamiento se ve como algo negativo.
El estudio asegura que las mujeres adoptan la conducta de abejas reinas, cuando se ven condicionadas a pensar y actuar con los prejuicios de género reinantes en las oficinas.
Por eso, sostienen los investigadores, aquellas organizaciones que quieran fomentar el desarrollo de líderes mujeres deben tener en cuenta el componente cultural: “Si sólo se ponen mujeres en posiciones altas y no se trabaja sobre el prejuicio de género, estas mujeres se verán obligadas a distanciarse del grupo. No actuarán como mentoras de otras mujeres. Se elegirán a ellas mismas en lugar de al grupo, como hacen los hombres.
EL CRONISTA