La Iglesia argentina crece en la Web

La Iglesia argentina crece en la Web

Patricio Bernabe
Fue un proceso que se dio en forma paulatina pero firme. La Iglesia Católica en la Argentina, al igual que ocurre con la de otras partes del mundo, se renueva también con el aprovechamiento de las nuevas tecnologías. Sitios web, uso de Twitter y de Facebook y hasta una adoración del Santísimo Sacramento online son algunas de las herramientas elegidas para continuar transmitiendo un mensaje milenario.
Ya desde el mismo momento de la masificación de Internet y las redes sociales la Iglesia argentina tomó nota del fenómeno. “Esto necesariamente está modificando y enriqueciendo la comunicación de la Iglesia con la sociedad”, afirma el presbítero Jorge Oesterheld, vocero del Episcopado.
Actualmente la totalidad de los obispados cuentan con páginas web y las comunicaciones entre las diferentes instituciones de la Iglesia se realizan en forma electrónica.
“Como a cualquier otra institución, para la Iglesia la conexión a Internet se ha convertido también en algo indispensable. La facilidad y la velocidad de la comunicación virtual enriquecen las comunicaciones personales. Es más fácil llegar a públicos muy amplios a los que no se tenía acceso y es un instrumento en el que los jóvenes se sienten muy cómodos”, agrega Oesterheld, quien está además en forma personal en Facebook y en Twitter.
Daniel Cabaña, director de la Red Informática de la Iglesia en América Latina (Riial), afirma que “si bien no existe un registro oficial, se aprecia un permanente crecimiento” de la participación de la Iglesia en Internet y las redes sociales.
“Permanentemente se suman obispados, parroquias, congregaciones, movimientos apostólicos, como también organismos pastorales de nivel nacional y regional”, sostiene Cabañas.
En el horizonte hay planes muy ambiciosos: desde crear bolsas de trabajo compartidas entre las diócesis hasta plataformas de e-learning, videos y chats.
Oesterheld señala que las nuevas tecnologías “son relativamente baratas” y eso ha facilitado mucho su incorporación a la vida cotidiana de las comunidades. Pero enfatiza: “El esfuerzo mayor hay que hacerlo en el campo de la formación. En este aspecto el mayor desafío es que nadie quede afuera”.
Justamente una de las ventajas que le aporta Internet a la Iglesia, apunta Cabañas, es que permite “una mayor cercanía a los lugares más alejados, que pueden acceder a beneficios que antes eran exclusividad de los centros urbanos”.

Ida y vuelta
Pero la nueva realidad trae también sus retos. “La presencia en Internet implica interacción, un constante ida y vuelta, no es una comunicación estática en la que uno emite mensajes y muchos reciben. Si no estás dispuesto a interactuar, la red te sirve de muy poco. Este es el mayor desafío para una institución como la Iglesia, que está más acostumbrada a ser emisora que receptora de mensajes”, apunta Oesterheld.
Si bien los medios electrónicos permiten la difusión masiva de contenidos, Oesterheld aclara que eso no es aún evangelización. “La transmisión del Evangelio requiere la presencia concreta de personas y comunidades en las que vivir y celebrar la fe. No se puede transmitir el Evangelio por Internet, como no se puede educar a un hijo por Internet”, dice.
Uno de los más activos participantes y defensores de la presencia de la Iglesia en el mundo digital es el sacerdote Guillermo Marcó, director de la Pastoral Universitaria. “Si en la Web hay ya millones de personas, por qué no nosotros. Ya la gente casi no distingue lo que es el mundo online y el offline “, afirma.
Marcó aporta también una mirada crítica: “La mayoría de los sitios vinculados a la iglesia no son más que carteleras estáticas. Nosotros proponemos algo interactivo, que sea 2.0, por eso creamos la parroquia online , donde se puede encontrar el Santísimo Sacramento y rezar ante él en tiempo real”, afirma. “Esto permite a muchos enfermos, que no se pueden desplazar, tener la oportunidad de orar”, añade.
Para esta original adoración se instaló una cámara frente al Santísimo Sacramento, que está en un oratorio cerrado dentro de la capilla de la sede de la Pastoral Universitaria del Arzobispado de Buenos Aires, y que transmite las 24 horas. La iniciativa cuenta con la aprobación del arzobispo de Buenos Aires y primado de la Argentina, cardenal Jorge Bergoglio, de cuya jurisdicción depende esta iniciativa. Luego de ingresar al sitio ( www.parroquiaonline.com ) se debe hacer un clic en “Rezo” (que luego se transforma en “rezamos”).
Marcó aclara que esto busca generar una suerte de comunidad virtual de fieles, pero que la experiencia “no reemplaza lo presencial”, sino que añade un servicio, al que se sumará más adelante la posibilidad de bajar música religiosa a los celulares. Allí se informan también los horarios de las misas, algo similar a lo que ocurre con el sitio El Evangelio del Día, en el que el internauta se suscribe y lo recibe por mail o en su celular.
Marcó es un defensor del uso de Facebook. “Me sirve muchísimo, es un lugar de encuentro habitual y una herramienta pastoral.” Y confía en que estos espacios y caminos que se abren para la difusión del mensaje se extiendan aún más.
LA NACION