Copa UTTA: la hípica y la necesidad de re-pensarse

Copa UTTA: la hípica y la necesidad de re-pensarse

Por Carlos Felice
Este domingo empieza una nueva edición de la Copa UTTA, la cuarta temporada que erigimos llenos de satisfacción y que constituye un nuevo capítulo de este libro de la reivindicación del turf nacional que estamos escribiendo los argentinos de las provincias.
A este capítulo, que aún tiene sus páginas en blanco, pero que empezarán a escribirse hoy nomás, con las actividades de compromiso social que estaremos realizando en la ciudad de Gualeguaychú en el marco del Programa “En el lugar del otro”, quiero escribirle estas primeras palabras introductorias, porque entiendo que los comienzos, como los finales, nos inundan de una energía muy especial a todos.
Y estas son las palabras con las que quiero iniciar estas páginas.
Quiero mencionar que como dirigente he tratado, en estos años de lucha, de desplegar mis sentimientos y cualidades, si es que las tengo, y de compartirlas con la ilusión de encontrar a otros semejantes con sueños asimilables, a compañeros con los cuales pudiéramos apoyarnos ante los obstáculos del camino. Tuve la suerte de encontrarlos, lo más sorprendente es que no solo encontré a algunos, sino que encontré a muchísima gente que imaginaba un futuro mejor para esta querida actividad. La contundencia del enorme número, de la enorme cantidad de hombres y mujeres de esta actividad que brindan su apoyo a diario a nuestra labor por todos los medios, hoy es un dato de la realidad. Salí a buscar a algunos, y me encontré con la gente, con el pueblo del turf.
Puedo ser ingenuo, pero he hecho discutir la problemática del turf. Creo que esto es real, que las acciones que motorizamos desde una unión de trabajadores organizados, como es la Unión de Trabajadores del Turf y Afines, lograron impactar a lo largo de los años nada menos que en el pensamiento, indujeron a la reflexión de todos, a hacer preguntas y a buscar respuestas, aún cuando no siempre nos pusimos de acuerdo, aún cuando hay tensiones ideológicas. Y si la intuición es correcta, esto es un mérito. Hoy la actividad hípica se enfrenta a la necesidad de re-pensarse y creo que es un logro nuestro.
Así, nos toca enfrentar dualidades: el desarrollo regional vs. el desarrollo individual de unos pocos.; lo racional contra lo irracional; el humanismo vs. el materialismo; las tradiciones de nuestras idiosincrasias contra dirigentes en Francia, Inglaterra, Dubai o Nueva York; y siguen los antagonismos… hay que tomar posición, señores, hay que definirse, son tiempos de definiciones de fondo ¿qué causa defiendo? ¿Por qué la defiendo? ¿defiendo causas? ¿Puedo prescindir de las causas y aislarme en la defensa de mi pequeño espacio personal?
Mi respuesta es la siguiente. Yo, que amo el turf desde chico, estoy junto a esos que también lo han amado y sufrido. He visto la exclusión y la marginación y por eso construyo, realizo, produzco realidades, constituyo hechos. Y a esos adversarios que nos eligen, les digo “bienvenidos, van a saber quiénes somos nosotros, van a constituir nuestra dignidad desde el momento que nos han visto, si nos ven, existimos, somos, tenemos cuerpo, forma, pensamiento”. Pues el turf federal, pues nuestras familias y compañeros, recién hemos comenzado a darle identidad a nuestra integridad de trabajadores del turf. Lejos de concluir, recién estamos comenzando.