06 Feb Un futuro para aprender del caos
En la última edición de la revista Fast Company -una de las publicaciones que mejor retrata el mundo de los negocios y la innovación de esta era- su extensa nota de tapa hace foco en un grupo de jóvenes emprendedores a los que se ubica en la llamada generación “flux”. ¿De dónde viene esta denominación? Se trata de un segmento de hombres y mujeres de negocios que no siguen un patrón determinado en sus decisiones sino que tienen una alta capacidad de adaptación al cambio (y al caos) de un nuevo mundo que avanza sin horizonte definido.
No hay plan, no hay predicción posible, no hay que tener miedo de lo que no se conoce. Estos son las algunos de los principios que guían a la generación flux, que está convencida de que cada ola que surfea puede ser diferente a las siguientes. Abrazar el cambio no es -para sus integrantes- una situación angustiante, es una inmensa oportunidad para hacer las cosas de otra manera.
“Si se quiere prosperar en este clima es necesario un enfoque completamente nuevo”, dice Fast Company, que define a la generación flux como aquella que tiene una mentalidad que abraza la inestabilidad, que tolera -y aún disfruta- de recalibrar carreras, modelos de negocio y suposiciones. El artículo señala también que para tener éxito, empresas y personas tendrán que trabajar duro para entender este nuevo escenario, y no les será fácil: “La mayor parte de nuestras instituciones educativas, empresariales, políticas no están construidas con este modelo de “flujo”. Nos entrenan para una época donde los más importante es la capacidad de adquirir nuevos conocimientos”.
Un ejemplo de este entorno de cambio es lo que sucedió con el negocio de los teléfonos celulares. Hace apenas cinco años, tres empresas (Nokia, RIM y Motorola) controlaban el 64 por ciento del mercado de smartphones. Hoy, son otras dos: Apple y Samsung. Y situaciones similares pueden encontrarse en otros rubros como la música, la industria editorial y la publicidad, por citar sólo algunos casos.
“Este florecer requiere un nuevo tipo de apertura. Hace más de 150 años Charles Darwin previó esta época en su descripción de la selección natural: no es el más fuerte de la especie el que sobrevive; ni el más inteligente. Es el más adaptable al cambio”, sostiene la nota. Ser parte de la generación flux no es una cuestión de edad ni de conocimientos técnicos, es una cuestión actitudinal en la que para ir de A a B y llegar a la meta es posible elegir múltiples opciones… o dejarse llevar por la ola.
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