12 Feb Si se preguntan qué pasó ayer, la respuesta es: ayer pasó “Bogeyman” (Gran Premio Martínez de Hoz G1)
Por Carlos Felice
Desde el Anchorena Thunder One venía esperando esta carrera, y Don Juan, luego de los clásicos donde Bogeyman cedió a 50 metros del disco, insistía en que el tostado no respondía a lo que le demostraba por la mañana, con lo cual el Keyser tenía una yunta valiosa para el Martínez, con el incentivo de correr el Latino.
Hace quince días inversionistas extranjeros mostraron serio interés por el Thunder Gulch, se acercaron al Stud de Ernesto y comenzaron las actuaciones de rigor, placas, revisión y negociación sobre el precio, igualmente seguimos preparándolo para correr, mientras Bogey seguía fenómeno con el Mago con su fe intacta en el caballo.
Hablamos con Villagrita el día de las anotaciones y se decidió por el potrillo al que considera un pingo y pensamos con el Team en el fabuloso Ricardinho para el tostado.
Asegurada la presencia de La Laguna Azul el juego estaba planteado.
Dos días antes carrera (con corrida y partida hechas, habían sido fantásticas) se concreta la venta de Thunder One a Hong Kong, sólo faltan los resultados de los análisis de sangre el martes, y nos queda el bonito Bogeyman como representante.
Estaba yo desde el día de las anotaciones muy feliz, porque una caballeriza relativamente nueva, con tan poco plantel, tenía la posibilidad de dos representantes cuando este mundo y las Cabañas se reservan pedigree maravillosos dignos de admirar.
Sinceramente, y respetando allegados y profesionales de la potranca, siempre pensé que le podíamos ganar.
Tengo años de carrera, desde pibito y sé lo de la relatividad de los tiempos. La potranca le había ganado a las potrancas y la Copa de Plata, pero enfrentaba por primera vez a los machos, y esta no es una carrera de recta.
En la previa se la agrandó aún más, y entonces la responsabilidad era toda suya, de pronto Zenyata o Rachel Alexandra o Havre The Grace había emergido en la grama de San Isidro.
Grama que a Bogeyman le viene como ración y que con 60,5 kilos en el lomo obligaba a planificar la carrera ante los 51 kilos de la Orpen que sabíamos puntera.
Había además dos o tres punteros que echarían fuego al combustible. Picabia era uno de ellos, con lo cual decidieron los monstruos Juan y Ricardo traer a Bogeyman tercero o cuarto, porque el caballo también sabe correr de atrás.
Luego, todo listo para la largada y me sorprendió el ritmo con que La Laguna Azul asediada por Google Earth impusieron los primeros 400, 800 y mil dos. O estábamos ante el espectro de Secretariat o esta pista, en su recta final iba a cobrar el esfuerzo.
A esa altura la acción de Bogeyman en los ochocientos, con un garoto inspirado me reilusiona y cuando veo en el opuesto y en el palo de los 600 las acciones me vuelvo eufórico. En mi casa en Santa Fe con toda mi familia conmigo comencé a alentar como loco, cuando en los 400 Ricardo pasa a La Laguna Azul como un poste era euforia porque los de atrás no traían fuerza y el mío estaba en su tarde más gloriosa, era una máquina de correr los últimos metros, me quedé ronco de gritar y de contento por tanto, por Bogeyman, un gran caballo con úlceras que lo habían perjudicado toda su campaña y que hacía tres carreras habíamos cuidado, por Ricardinho, porque para mí su voluntad de vencer es un ejemplo de vida, y por ese extraordinario cuidador, esa leyenda viviente llamada Don Juan Bianchi que en la distancia debe, se debe él escribir un manual de cómo entrenar. Luego, Alberto Candioti y el Manager del Keyser, el talentoso Nicolás Martín Ferro en el podio recibiendo premios, y mi tributo de esta carrera a la memoria de la beba Gianella Mirón, y la emoción de ver la chaquetilla izada vencedora.
Luego el enorme agradecimiento a quienes me felicitaron y me quieren y lo de siempre, que algo le pasó a la potranca (respetuosamente, ayer le pasó Bogeyman), y leer esos comentarios de los que sabían que la Orpen es mucho más que Bogeyman y no podía perder con ESTE (ojalá tuvieran un pingo así), o de los que directamente saben nada y dicen “de dónde salió ESTE”. Ahí te juro, mirá que sé de códigos y del respeto que se debe tener cuando se gana o se pierde, me pongo tan feliz del recuerdo, que inmediatamente hago click, repito la carrera y veo como “ESTE” extraordinario Bogeyman ayer era invencible ( y en mi interior se las dedico). El sábado Bogeyman fue una aplanadora, un tractor, un pingazo. Su mérito dando casi diez kilos fue enorme, y el binomio es del Hall of Fame: Ricardo/Bianchi. El turf tiene este touch. Qué felicidad, qué feliz estoy.